Vaticano

El Papa despidió a Estanislao Karlic, el cardenal argentino que murió a los 99 años

Miles de fieles participaron de la misa exequial presidida por monseñor Raúl Martín y concelebrada por obispos y sacerdotes de la arquidiócesis. Durante la celebración, se leyó una carta de León XIV.

El papa León XIV expresó sus condolencias por el fallecimiento, el viernes 8 de agosto, del cardenal argentino Estanislao Esteban Karlic mediante un telegrama dirigido al arzobispo de Paraná, monseñor Raúl Martín.

El Santo Padre quiso expresar su cercanía a todos los que forman parte de esa querida comunidad eclesial, quienes recuerdan a este generoso y recto pastor.

"Durante muchos años, y con gran fidelidad, dedicó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia", escribió el Papa, "llevando la luz del Evangelio a diversos ámbitos de la vida y la cultura".

"Entre las numerosas responsabilidades e iniciativas pastorales a nivel local, nacional y continental", señala el papa León, "se ofreció generosamente al servicio de la Iglesia universal colaborando en la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica".

El Santo Padre dio gracias a Dios "por su vida de fe y su profundo amor a la Iglesia", al tiempo que se unía en oración por el eterno descanso de su alma, "para que el Señor Jesús le conceda la corona inmarcesible de gloria".

Desde 2005 el cardenal Karlic es miembro de la Orden de San Agustín, de la que en ese entonces el actual pontífice era prior general. Durante sus viajes a Roma, se alojaba a menudo en la Casa General de los Agustinos donde tuvo la oportunidad de conocer al futuro León XIV y al que lo unía una antigua amistad.

La misa exequial

La catedral metropolitana de Paraná congregó este sábado a miles de fieles que se acercaron para rendir homenaje y despedir al cardenal Estanislao Karlic. Sus restos fueron velados desde ayer en la misma catedral, siendo despedidos finalmente esta tarde con la celebración eucarística presidida por el actual arzobispo de Paraná, monseñor Raúl Martín, y concelebrada por monseñor Juan Alberto Puiggari, arzobispo emérito de la arquidiócesis, y por numerosos obispos y diáconos.

Durante la liturgia, se leyó una carta enviada por el papa León XIV, en la que el Santo Padre expresó su pesar por el fallecimiento del cardenal Karlic, destacó su larga trayectoria y recordó el histórico encuentro con san Juan Pablo II en Paraná.

La homilía fue pronunciada por monseñor Puiggari. En su mensaje, remarcó que la fe y el afecto congregaban a la comunidad para despedir a su hermano y pastor. Señaló que "la muerte, aunque siempre dolorosa, para un creyente no es el final, sino el paso a la vida plena prometida por Cristo".

Destacó su servicio como pastor, teólogo, docente, obispo auxiliar de Córdoba, arzobispo de Paraná, y su trabajo en la Conferencia Episcopal Argentina, así como su aporte a la Iglesia universal en distintos organismos y documentos eclesiales: "Cuánto regaló a la Iglesia Universal como miembro del Comité para la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica, como consejero de la Comisión por América Latina y expositor de la Cuarta Conferencia Episcopal Latinoamericana en Santo Domingo".

Al agradecer su legado, expresó: "La homilía de un funeral no es para hacer el panegírico de la persona, pero sí para agradecer a Dios todo lo que nos regaló por medio de ella. Los regalos de Dios son las personas, como el gran regalo es Jesucristo. ¿Cuántos nos regaló Dios a la Iglesia por medio del cardenal? (...) Cuánto regaló a Dios por medio de su persona como obispo auxiliar de Córdoba y luego como arzobispo de Paraná. Cuánto a la Iglesia Argentina como vicepresidente primero y segundo y luego como dos veces presidente de la Conferencia Episcopal, como presidente de comisiones episcopales, delegado a varios sínodos y tantas otras tareas".

También rememoró su rol en la vida pública del país como impulsor del diálogo en momentos de crisis.

En un tramo de su homilía, monseñor Puiggari citó palabras escritas por el propio cardenal Karlic: "Al pueblo que peregrina en la Argentina le digo que he querido servir a mi bendita patria con toda el alma, soñando para ella una vida de auténtica fraternidad como hijos del mismo Padre, basada en el genuino respeto y diálogo para dar a todos la oportunidad de vivir la vida a la altura de la generosidad que el Señor ha tenido en esta tierra (?) Comprometo mi oración para que todos los argentinos seamos capaces de ponernos de pie y salir con sabiduría, valentía y de verdad de la pobreza material y espiritual en la que lamentablemente nos hemos sumergido".

Recordó también su labor pastoral en Paraná, promoviendo la misión, la formación y distintos encuentros eclesiales, y su firme compromiso con la Eucaristía, celebrada a diario incluso en medio de dificultades.: "Fue un soñador y gracias a sus sueños Paraná pudo tener la gracia inmensa, histórica, de la visita del Santo Padre san Juan Pablo II. Por sus sueños se hizo realidad el COMBLA VI que llenó de entusiasmo misionero a nuestra diócesis. Por sus sueños se hizo la Asamblea Federal de la Acción Católica. Por sus sueños se hizo posible el encuentro de los delegados de pastoral juvenil de la Argentina".

También lo recordó como hombre de Iglesia, de la verdad, del diálogo y del servicio, con una espiritualidad mariana sencilla pero constante. Refiriéndose a su vida espiritual, monseñor Puiggari afirmó: "Fue un hombre de la Eucaristía. La Eucaristía fue el centro y la fuente de su vida sacerdotal y episcopal. Cada misa que celebró, cada hora de adoración, cada homilía en torno al Pan de Vida fue un acto de amor al Señor presente en el Santísimo Sacramento. Con cuánta pasión repetía aquellas palabras del Concilio: 'La Eucaristía es fuente y culmen de la vida de la Iglesia'".

Sobre su manera de predicar, agregó: "No buscó agradar a los hombres, sino ser fiel a Dios. Anunció la Palabra sin recortes ni acomodos, pero con caridad pastoral, convencido de que solo la verdad libera. Anoche una monjita me recordaba que él le decía con fuerza y reiteradas veces: 'Al cielo se va con la verdad. Solo por pertenecer a la verdad se llega al cielo'."

En los últimos tramos de su mensaje, monseñor Puiggari citó otra frase del purpurado: "No tengo otra razón de la que soy, sino una participación del misterio del sacerdocio de Jesús. Eso me ha hecho muy feliz siempre, ser un sacramento, participación real del misterio de Jesús para la gloria suya, porque quiero manifestar su amor al mundo. Lo más lindo de mi sacerdocio es el misterio de servir a los hombres y mostrarles el camino hacia Dios".

Monseñor Puiggari finalizó su homilía confiando el alma del cardenal Karlic a la Virgen del Rosario: "A la Virgen del Rosario, madre y patrona de nuestra Arquidiócesis, le confiamos su alma, que ella lo reciba como madre, lo conduzca al encuentro con Cristo y lo presente ante el Padre como ofrenda agradable."

Cumpliendo su deseo, el cardenal Karlic será sepultado en la Catedral Metropolitana, a los pies del Santísimo Sacramento.

El cardenal Estanislao Karlic fue arzobispo de Paraná entre 1986 y 2003. En 2007 fue creado cardenal por el papa Benedicto XVI. Falleció a los 99 años.

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