Palabras

Conviviendo con errores

El uso correcto o tergiversado de las palabras. Un buen paseo por ejemplos de uso corriente, elaborado por la Prof. Nené Ramallo.

Profesora Consulta por la Universidad Nacional de Cuyo

Todos vivimos en relación con los medios y es, a través de ellos, que vemos cómo se deslizan errores que, luego, se multiplican en el uso consuetudinario. 

Veamos algunos que están presentes hoy en comunicaciones corrientes:

1. El nombre de un sitio de estilistas, que trabajan con los cabellos que se enredan, aparece en las redes sociales con la referencia 'enrredados'. ¿En qué consiste el error? Simplemente en que, si bien fónicamente estamos ante la pronunciación de la vibrante múltiple, ella no se transcribe como dígrafo "erre", cuando va después de las consonantes "n", "s" y "l". La transcripción se hace con la simple "ere", aunque su pronunciación sea la de la "erre". Entonces, 'enredar' y 'Enrique'; 'israelita' y 'desratizar', 'alrededor' y 'alrota'. Quizás, quienes lo diseñaron puedan argumentar que un modo de atraer la atención se consigue por el hecho de publicitar el lugar con un error que escandaliza y que parece replicar el estado de los cabellos; pero siempre hay que procurar no infringir las reglas de modo que la falta quede grabada en la mente desinformada de los más jóvenes. Como las leyes de tránsito, las convenciones ortográficas deben respetarse.

2. Los publicistas se han ingeniado para mezclar dos conceptos muy presentes en la mente de los hablantes: el de los precios, por un lado, y el de las impresiones, por otro. Entonces, cuando los precios se han abaratado de tal modo que nos producen impresión, se hace la simbiosis de los dos vocablos y se crea el adjetivo 'imprecionante', inexistente. La etimología de 'precio' nos arroja que se escribe con "c" por provenir del latín "pretium" y por evolucionar la "t" en "c". En cambio, 'impresión' y toda su familia léxica van con "s" por su origen latino "impressio", con doble "s", que luego, en la evolución al español, queda en una sola. El diseñador de esta propaganda produce, a nivel ortográfico, la consecuencia de grabar, por un medio audiovisual, un error que luego será difícil de cambiar.

3. En una publicidad de servicios de salud a la comunidad, aparece la forma verbal 'protejemos', en lugar de la correcta 'protegemos'. Quien diagramó estos carteles, presentes en muchos negocios y lugares relacionados con el cuidado sanitario, parece desconocer que los verbos terminados en '-ger' y en '-gir' conservan siempre el fonema fricativo, velar, sordo en toda la conjugación; pero deben tener en cuenta que ese fonema se translitera de modo diferente, según vaya ante "e"/ "i" o ante "a"/ "o": en el primer caso, ante las vocales anteriores, será "Ella protege", "Nosotros escogemos el modo", "Rige la ley", "Nuestro servicio te protegió" y "Eligieron ya nuevas autoridades", en todos los ejemplos, con "g"; en el segundo, ante la vocal central "a" y ante la posterior "o", en cambio, tomará la "j": "Escoja la opción correcta"; "Yo me rijo por la antigua ley"; "Protejamos nuestras vidas" y "Quiero que usted elija bien".

4. En épocas económicas críticas, cuando se ofrecen soluciones pecuniarias que parecen aliviar los bolsillos, la gente está atenta: así, un préstamo de dinero, con bajo interés, será un 'superpréstamo' y no, como es dable ver, un 'súper préstamo'; en efecto, el prefijo 'super-' se suelda a la palabra base y no lleva tilde. Recordamos otros usos de 'super-', en calidad de prefijo: en primer lugar, puede significar "por encima de": "Busque en la barra de herramientas el 'superíndice'. "Las cosas han quedado superpuestas". "Arco superciliar". Un segundo significado es el de  "excelente, en grado superlativo": "Es una superpotencia". "Era un superhombre". Un tercer valor es "en grado sumo, en exceso": "Hay superpoblación". "Ha ponderado la superproducción".

No debe confundirse, entonces, el prefijo ‘super-‘, sin tilde y soldado a una base léxica, con la palabra independiente, tildada, que puede ser adjetivo, sustantivo o adverbio: "Subió el precio de la nafta súper", "Fui temprano al súper" y "Nos fue súper en esa presentación".

5. Han proliferado los negocios de fragancias y aceites esenciales. En muchos de ellos, en la cartelería, vemos la palabra 'esencia' mal escrita. En efecto, es un término originado en el latín "essentia", que se entiende como la naturaleza, la cualidad fundamental, lo que hace que algo sea como es. Este sustantivo se vincula al verbo "esse", equivalente a nuestro "ser". Como se puede advertir, la doble "s" latina se transformó en una sola, mientras que la "t" se hizo "c". Por consiguiente, su grafía correcta no es 'escencia', sino ‘esencia'.

6. Con la proliferación de los emprendimientos gastronómicos hay un término de origen francés que se usa en forma permanente: se trata de 'chef', que designa al jefe de cocina de un restaurante y, también, al cocinero profesional de grandes dotes y reconocido prestigio. El error que se desliza es la colocación de doble "f" al final del vocablo. Lleva una sola; es común en cuanto al género: el chef/la chef. Su plural es 'chefs'.

7. La conjunción disyuntiva ‘o', entre números, ha dejado de llevar tilde porque las tipografías del número cero y de la vocal ya no se confunden, en las configuraciones actuales de los teclados; entonces, es obsoleto colocar ‘Tiene 46 ó 47 años' y, en su lugar, pondremos ‘Tiene 46 o 47 años'. Por otro lado, también el espacio en blanco tiene valor significativo; así, en la indicación de la dosis de un remedio, será difícil que el profesional recete "304 gotas tres veces por día"; allí, indudablemente, el espacio entre los números le dará a la indicación el valor exacto de "tres" o "cuatro".

Por último, recordamos que la RAE, en su Ortografía de la lengua española, capítulo 5.1, nos dice: "Existen ámbitos especiales, como la publicidad o el diseño gráfico, en los que no solo es relevante la información que se transmite, sino también la forma o apariencia del mensaje. Se busca, con ella, llamar la atención del receptor -para asegurar así la eficacia del acto comunicativo- o, simplemente, producir un efecto estético o artístico. Para conseguirlo, los publicistas y diseñadores gráficos emplean todos los recursos lingüísticos y gráficos a su alcance (figuras retóricas, juegos de palabras, clases de letras, colores, tamaños, etc.), entre los que cumple un papel no menor el desvío o la transgresión de las normas que regulan el uso común del lenguaje. [...] Estos usos desviados, siempre que se apliquen con sentido y mesura, son admisibles como recursos expresivos o estilísticos, pero conviene tener presente que su utilización abusiva e indiscriminada puede crear desconcierto e inseguridad en los hablantes en relación con la norma ortográfica. Se recomienda, por ello, sopesar bien antes si el fin buscado compensa los posibles perjuicios causados a la herramienta lingüística".

Y concluye en el 5.2: "La creación de marcas y nombres comerciales está estrechamente relacionada con el lenguaje publicitario y el diseño gráfico, ya que la función de una marca es, además de distinguir los productos y servicios de una empresa de los de sus competidores, conseguir que el cliente se identifique con ella y le otorgue su confianza. Por tanto, un primer paso imprescindible es asegurar la fijación del nombre de la marca o el producto en la memoria de los clientes potenciales".

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