Del sol y las baterías a los medicamentos: China busca repetir su fórmula de dominio global
Tras alcanzar un control sin precedentes en paneles solares y litio, las farmacéuticas y biotecnológicas chinas avanzan en acuerdos internacionales. En 2025, siete de los diez mayores contratos de la industria mundial ya incluyeron licencias de origen chino.
China consolidó en los últimos años un liderazgo indiscutible en dos sectores estratégicos: la energía solar y las baterías de litio. Actualmente concentra cerca del 80% del mercado global de células fotovoltaicas, con una capacidad de fabricación 17 veces mayor a la del resto del mundo en conjunto. Este músculo productivo le permitió al gobierno respaldar planes para instalar más de 1.000 GW en células de tipo N, al tiempo que otras naciones avanzan en sus compromisos de emisiones netas. Solo India, en el largo plazo, aparece como un potencial competidor capaz de alterar ese dominio.
En el terreno de las baterías, la posición también es dominante: el 57% de las utilizadas en autos eléctricos se fabrica en China. Empresas como CATL y BYD lideran el mercado global, con cuotas del 34% y 16% respectivamente en 2023. El éxito en ambos rubros se explica por una estrategia sostenida en inversión en investigación y desarrollo, sumada a la producción a gran escala que permite ganar en competitividad. Ahora, esa misma fórmula comienza a trasladarse al campo de los medicamentos.
Las compañías farmacéuticas y biotecnológicas chinas atraviesan lo que analistas describen como un "momento DeepSeek": sus desarrollos se volvieron altamente atractivos para corporaciones internacionales que buscan licencias para producir, comercializar o distribuir fármacos diseñados en China, en lugar de asumir los costos de crearlos desde cero.
El atractivo de estos activos fue confirmado por un reciente informe de Jefferies, banco de inversión estadounidense, que destacó la "eficiencia en costes, los plazos reducidos y la calidad del producto resultante" de la biotecnología china. En la misma línea, la consultora PharmCube relevó que, en el primer semestre de 2025, siete de los diez mayores acuerdos de la industria farmacéutica mundial involucraron licencias chinas.
El respaldo político también es clave. Da Liu, director gerente de CR-CP Life Science Fund -fondo de inversión creado por el Estado chino junto al conglomerado tailandés Charoen Pokphand Group-, sostiene que el país tiene la capacidad de transformar el acceso a los medicamentos: "Podemos reducir los costes de la atención médica y beneficiar a más personas a través de la innovación tecnológica y la mejora de la eficiencia [...] Los recientes logros de China en el campo de la biotecnología demuestran que es posible hacerlo".
Sin embargo, el ascenso no está libre de obstáculos. Las tensiones geopolíticas entre Washington y Pekín complican la expansión de las farmacéuticas chinas mediante fusiones internacionales. Según Da Liu, el gran desafío para convertirse en actores multinacionales de peso será lograr un dominio claro en uno o dos segmentos específicos de la biotecnología que les permitan escalar globalmente.