A la espera de la ley nacional que oficialice el Día del Padre Argentino
El planteo formulado por la historiadora Fabiana Mastrangelo.
La narrativa histórica ha sido abordada, en distintos periodos, de maneras diversas para sustentar proyectos políticos. En Argentina, el relato de los héroes se vinculó a la construcción de unidad en medio de una gama de nacionalidades, producto de la fuerte corriente inmigratoria, y a legitimar las medidas liberales de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Discurso que fue reconsiderado a partir de la década del ‘30.
Tomando distancia de la función ideológica-política que los gobiernos asignan a la historia, resulta relevante observar en la actualidad el fervor sanmartiniano o "sanmartinmanía" que año tras año se intensifica. Confirma la teoría de Jung acerca de que cada pueblo conserva figuras que cumplen el rol de ser arquetipos sociales y permanecen en el imaginario colectivo. El contexto cultural que vivimos y heredamos nos influye sustancial e integralmente tanto en lo individual como en lo comunitario.
En el pasado sólo se lo recordaba el 17 de agosto con actos protocolares en escuelas, organismos oficiales, asociaciones sanmartinianas y grupos tradicionalistas. Desde hace un tiempo, las conmemoraciones se realizan durante todo el mes de agosto y también en otras fechas ligadas a la vida y obra del Libertador: su nacimiento el 25 de febrero, la batalla de Maipú el 5 de abril, su participación en la declaración de la independencia el 9 de julio o en enero con la partida del Ejército de los Andes. Asimismo, proliferan reels, videos, conferencias, cursos, jornadas, representaciones teatrales, programas radiales, televisivos, en streaming, merchandising y múltiples formas de acercarnos a la gesta colectiva encabezada por San Martín.
El éxito del programa Pasaporte Nacional Sanmartiniano, lanzado este año por iniciativa del Ente Regional Cuyo de Turismo, evidencia este entusiasmo. Acerca al territorio el sentido de la epopeya libertadora, resalta el valor patrimonial de sitios históricos y consolida una red turística, cultural y educativa de alcance nacional.
La observación de esta efervescencia lleva a preguntarse: ¿tendrá la sociedad argentina la necesidad de recrear una epopeya semejante que conduzca al país hacia un destino glorioso? ¿Requerimos líderes de esa estirpe? Más allá de las posibles respuestas y causas de este fervor, constituye un síntoma de maduración social. Desde diferentes disciplinas como la psicología, la antropología o la historia se sostiene que reconocer y valorar las figuras paternas o fundacionales es un paso imprescindible para un desarrollo equilibrado tanto individual como colectivo.
Reconocer al 24 de agosto como Día del Padre Argentino es, quizá, el próximo y esperado paso que deberían dar los legisladores nacionales para acompañar a la sociedad en esta pasión sanmartiniana que presenciamos en los últimos tiempos.
Día del Padre Argentino
Hoy se celebra el Día del Padre en todo el territorio mendocino. Recordemos que un 24 de agosto de 1816 nació Mercedes, la hija de José de San Martín y Remedios Escalada, en la calle Corrientes 343 de la ciudad de Mendoza, donde hoy se ubica el Museo de Sitio Casa de San Martín. Fue llamada "la infanta mendocina" por su propio padre. Mercedes Álvarez de Delgado, vecina del matrimonio, y el ingeniero José Antonio Álvarez Condarco, militar y cartógrafo del Libertador, fueron padrinos del bautismo que ofició el sacerdote Lorenzo Güiraldes.
Sanmartinianos de todo el país esperan desde hace años que se oficialice el 24 de agosto como Día del Padre Argentino. Algunas provincias ya lo han establecido por ley.
Los antecedentes de Mendoza se remontan a 1953 cuando la docente Lucía Zuloaga de García Sada consiguió, mediante la resolución 192-T-53 de la Dirección General de Escuela, que se declarara esa fecha como el Día del Padre. Posteriormente, en 1986 la Legislatura aprobó la Ley Nº 5131 que instituyó la conmemoración del 24 de agosto "en todo el territorio de la Provincia de Mendoza".
Diversos municipios mendocinos también se sumaron a esta propuesta. Por ejemplo, a partir de la iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Godoy Cruz, el Concejo Deliberante, a través de la Ordenanza 7049/20, declaró al 24 de agosto como Día del Padre Argentino y dispuso en su artículo segundo "que el Departamento Ejecutivo realice distintas acciones comunicativas, educativas y comerciales en pos de fomentar dicho día en la comunidad de Godoy Cruz". La norma además invita al comercio, la industria y la educación a acompañar esta conmemoración.
La voluntad política expresada en estas iniciativas constituye un símbolo vital de acompañamiento a la sociedad civil que desde hace varias décadas impulsa que el 24 de agosto sea instituido como el Día del Padre en todo el territorio argentino a nivel cultural, educativo y social.