Opinión

La difícil relación entre política, corrupción y esperanza

Darío Amante Ripamonti deja aquí su opinion en torno a los tiras y aflojes de la campaña electoral.

Darío Amante

Cuando se acercan las elecciones, empiezan las dudas. Como pasa siempre, aparecen las "operetas" para embarrar la cancha, confundir y hasta desprestigiar al rival. No es nada nuevo. La diferencia es que hoy, con la tecnología y la inteligencia artificial, manipular información es cada vez más fácil. Basta recordar la última campaña donde se lo veía al ex presidente Mauricio Macri apoyar a otro candidato de diferente color político.

Lo que no escapa a la operación mediática es cuando ciertos casos empiezan a resonar y se vuelven moneda corriente. En esas circunstancias, suele escucharse la frase: "roban, pero hacen". Ojalá no lleguemos al extremo de aceptar que "es apenas una coima menor, no como la corrupción de antes". No debemos normalizar lo que está mal, por más insignificante que parezca.

En esta Argentina -y vaya que nos cuesta como sociedad- elección tras elección intentamos depositar nuestra confianza en políticos que prometen mejorar las condiciones de los ciudadanos. La esperanza es que esa confianza no se vea opacada por falsos cantos de sirena ni quede reducida a simples maniobras partidarias, como tantas veces ocurrió con gobiernos anteriores.

No olvidemos que este gobierno llegó con una promesa fuerte de erradicar la casta política y todas sus mañas. Ese fue el mensaje que generó esperanza en millones de argentinos cansados de los privilegios de unos pocos. Ahora, la gran pregunta es si Milei va a poder sostener esa bandera o si el poder terminará arrastrándolo al mismo barro de siempre.

El tiempo, que es un gran consejero, mostrará quién tenía razón. Lo importante es no repetir los errores del pasado y que el poder no termine corrompiendo nuevamente a quienes deberían servir a esta sociedad.

Esta nota habla de: