La burocracia, un multiplicador de la injusticia social
El profesor Josém Jorge Chade hace una descripción minuciosa del concepto de "burocracia", pero también analiza sus consecuencias, particularmente en Argentina.
Pensemos un poco a como la Pedagogía Social podría dirigir su mirada sobre la burocracia de nuestros días. No hablo sólo de nuestro país, sino en general.
Si pensamos a una lluvia de palabras sobre la palabra burocracia aparecerían: demora, esperas, trámites, tiempos, años, idas y venidas, discusiones, desentendimientos, olvidos, archivos, desconocimiento, etc., etc. Contrariamente a los orígenes de la burocracia cuando se suponía que fuese un avance positivo para la sociedad
Si investigamos sobre cómo surgió realmente la «burocracia», significado del término y en qué circunstancias lo utilizaban los antiguos encontramos algunos conceptos clave:
- La burocracia surge de la necesidad de administrar Estados centralizados con amplios territorios y sociedades complejas, delegando funciones a funcionarios especializados.
- La palabra se origina de la fusión del término francés «bureau» y del griego «kratos», la palabra «burocracia» indica el poder de las oficinas estatales y de sus funcionarios.
- En la antiguedad, los funcionarios como los escribas eran esenciales para la gestión económica y social, ya que registraban los tributos y administraban la justicia.
- Históricamente, la burocracia implicaría un avance positivo para la división de funciones y el control económico, pero puede llegar a ser opresiva si se extiende en exceso.
- En el mundo contemporáneo, la burocracia es fundamental para el funcionamiento del Estado, pero puede crear distancias entre los ciudadanos y las instituciones si no se gestiona correctamente.
¿Qué es el bureau?
Si pensamos, por ejemplo, en el mundo de hoy, nos damos cuenta de que el Estado es una presencia constante, a través de los ministerios, las oficinas provinciales y municipales.
Los funcionarios que, siguiendo las directivas del poder central, se ocupan de la administración estatal, forman la burocracia.
Esta palabra tiene un origen bastante reciente: de hecho, como se mencionó anteriormente, se creó en Francia en el siglo XVIII a partir de la fusión del francés bureau, «oficina», con el griego kratos, «poder».
El control del territorio
La burocracia desempeñó un papel destacado desde las sociedades más remotas. La presencia de un fuerte aparato burocrático está bien documentada en los imperios mesopotámicos y en Egipto: ¿cuál es la razón? La burocracia se desarrolla cuando un Estado muy centralizado se combina con un territorio amplio que administrar y una sociedad bien articulada. El soberano, al no poder controlar personalmente toda la estructura, delega algunas gestiones al personal designado, que garantiza el buen funcionamiento de la administración, así como un control más capilar del territorio.
Los funcionarios
Los funcionarios solían ser personas de condición semi servil que vivían en el palacio del soberano o en los templos que, en el antiguo Oriente Medio, administraban amplios territorios. Los escribas poseían algunas habilidades técnicas poco comunes en las sociedades antiguas: sabían leer, escribir y hacer cálculos. Estas habilidades les permitían registrar los ingresos y los gastos, calcular las listas de impuestos y las reservas de alimentos presentes en los depósitos, anotar los costos previstos para el ejército y su armamento o los costos de las obras y la construcción pública. En algunos casos, como en Mesopotamia o en la Grecia micénica (Entre el 1600 a. C. y el 1150 a. C.), las tablillas grabadas por los funcionarios y encontradas durante las excavaciones arqueológicas son una fuente primaria para el conocimiento de la economía y la sociedad de una región. Poco a poco, los funcionarios fueron incorporados a oficinas especializadas encargadas de controlar una única actividad, como la correspondencia real, la hacienda o la justicia. En las sociedades más complejas, los escribas administraban la justicia en nombre del Estado, interpretaban las leyes y se ocupaban de los casos judiciales en nombre de los particulares.
La burocracia, señal de desarrollo
Los historiadores perciben la presencia de una burocracia como una señal positiva de desarrollo, ya que implica la división de funciones y tareas, una fuerte articulación social y un control sobre la economía del país. Pero lo que se puede afirmar de los primeros Estados organizados no siempre es válido para el mundo contemporáneo, mucho más complejo. La burocracia sigue siendo hoy en día una necesidad primordial.. Sin embargo, a veces el aparato burocrático puede adquirir una importancia absoluta en la vida social, el número de funcionarios y oficinas puede multiplicarse hasta convertirse en opresivo y crear una enorme distancia entre las cúpulas del Estado y el pueblo.
La paquidermia de la burocracia (se refiere a la rigidez, lentitud e ineficacia que se ha desarrollado en una estructura burocrática, volviéndola insensible o reacia al cambio, el cual se ha vuelto una dificultad para el funcionamiento ágil y eficiente de una organización o la administración pública) se origina cuando el cumplimiento de reglamentos se vuelve un fin en sí mismo, y los procesos se vuelven tan engorrosos que dificultan la toma de decisiones y en consecuencia derrota el intento de modernización por uno a cero. A varios años después del inicio del proceso de informatización de la Administración Pública, los plazos y los costos para cumplir con las obligaciones fiscales y previdenciales siguen siendo bíblicos.
Es factible que cada argentino dedique más de 300 horas al año, casi una hora al día, a desenredarse en el laberinto de plazos y pagos diversos: solicitudes de pensión, declaraciones de impuestos, solicitudes de desempleo, reconocimiento de invalidez, certificados y permisos. Una cifra que aumenta aún más si quien se encarga de los trámites burocráticos es un jubilado o un extranjero: en estos casos, las horas podrían ser mayores.
El resultado es que la burocracia llega a costar al país varios millones con una incidencia global en las empresas y las familias. Un gasto enorme, sobre todo si se tiene en cuenta la cifra per cápita: cada año, los costos de la maquinaria burocrática es muy posible que aumenten por ciudadano entre sellos, comunicaciones, autorizaciones y certificados.
Pero el dinero y los retrasos acaban afectando a los colectivos más vulnerables, como los enfermos y los ancianos. Basta pensar en las interminables esperas para obtener algunos tipos de prestaciones y/o reconocimientos.
La informática debería haber agilizado la burocracia, pero hoy en día, para los ciudadanos que solicitan la certificación para obtener su jubilación u otros trámites específicos, los tiempos de espera, en el mejor de los casos, rondan los dos años y a veces muchos más.
Burocracia social generalizada
Resumiendo si dirigimos una concreta mirada a la «burocracia social» de hoy en su sentido negativo observamos:
Obstáculo para la justicia y los servicios: A menudo, la «burocracia social» se entiende como la degeneración de la burocracia, un sistema que se vuelve complejo, lento, rígido e ineficaz, creando barreras entre el Estado y el ciudadano, especialmente cuando se trata de servicios sociales y de bienestar.
Mentalidad burocrática: este significado está relacionado con la idea de una mentalidad burocrática, excesivamente ligada a las normas, formal y pedante, que obstaculiza la flexibilidad y la capacidad de adaptarse a las necesidades reales.
La burocracia, tal y como está estructurada hoy en día, reproduce las desigualdades. En lugar de ser un instrumento de justicia, se convierte en un multiplicador de la injusticia. Quienes tienen menos competencias digitales, menos tiempo, menos recursos y menos formación se ven inevitablemente en desventaja. En este sentido, la simplificación no es un lujo, sino un imperativo democrático.