Agrojusto: la startup mendocina que conecta productores y consumidores con impacto global
En entrevista con EntornoPyme, Nicolás de la Maza, integrante del equipo, repasó los inicios, los desafíos y el presente de una iniciativa que se ha convertido en referente internacional.
Nacida en Mendoza, Agrojusto se expandió a varios países de Latinoamérica con una plataforma que vincula a pequeños productores, comercios y consumidores, promoviendo precios justos, trazabilidad alimentaria y desarrollo sostenible. Reconocida por la ONU, el BID y premiada a nivel local e internacional, la startup se consolida como un modelo de innovación con fuerte impacto social.
En un ecosistema donde los pequeños productores suelen quedar relegados frente a los grandes intermediarios y cadenas de comercialización, una startup nacida en Mendoza está demostrando que es posible transformar la manera en que se produce, se vende y se consume. Se trata de Agrojusto, un emprendimiento que combina innovación tecnológica con un fuerte compromiso social, y que en pocos años logró expandirse desde la provincia cuyana hacia varios países de Latinoamérica.
En entrevista con EntornoPyme, Nicolás de la Maza, integrante del equipo, repasó los inicios, los desafíos y el presente de una iniciativa que se ha convertido en referente internacional. "Agrojusto nació como una plataforma para vincular directamente a productores con comercios. Con el tiempo fuimos sumando nuevas herramientas que hoy nos permiten capacitar, acompañar y generar programas de impacto en diferentes países", relató.
De Mendoza al mundo
El proyecto comenzó con un enfoque local, pero pronto se expandió gracias al potencial de la tecnología. Actualmente, Agrojusto tiene presencia en Guatemala, Chile, México y Argentina, lo que le ha permitido validar su modelo en distintos contextos y culturas.
La clave está en generar mercados más transparentes y accesibles, evitando la dependencia de intermediarios injustos que suelen quedarse con gran parte de la rentabilidad. "Uno de los principales problemas que enfrentan los pequeños productores es la falta de acceso a tecnología y mercados. Nosotros trabajamos con herramientas simples de usar, que no requieren conocimientos técnicos, y al mismo tiempo acompañamos a los productores para que puedan desarrollarse", explicó de la Maza.
A esa propuesta se sumó un desarrollo propio de plataformas de trazabilidad alimentaria, que permiten contar la historia detrás de cada producto: su origen, el esfuerzo de quienes lo produjeron, las técnicas utilizadas y hasta los valores de sostenibilidad o inclusión de género que están presentes en el proceso. Para el consumidor final, esto significa saber mucho más de lo que hay en su mesa; para los productores, implica reconocimiento, diferenciación y mejores precios.
Reconocimientos internacionales
El trabajo de Agrojusto no pasó desapercibido. La startup mendocina fue seleccionada entre las tres de mayor impacto en Latinoamérica, en un certamen apoyado por la ONU y el BID LAB, y recibió una Mención Especial en los Premios SAS (Sistemas Alimentarios Sostenibles).
También ganó un concurso internacional en Bahrein, donde fue reconocida como la startup más innovadora en la intersección entre alimentación y turismo, gracias a un modelo desarrollado junto a una huerta agroecológica mendocina y un restaurante con estrella Michelin.
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Más recientemente, Agrojusto logró incorporarse a la nueva generación de Startup Chile, uno de los programas de aceleración más prestigiosos de la región, lo que le abre las puertas a una incubación clave para su crecimiento.
A nivel local, recibió el Premio Joven Empresario de Mendoza de la Federación Económica de Mendoza (FEM), que la distinguió como el emprendimiento joven más innovador de la provincia. Además, la Cámara Argentina de Comercio reconoció a la empresa como una de las startups lideradas por jóvenes más relevantes del país, lo que le permitirá competir a nivel nacional en Chaco.
Impacto social y comunitario
Más allá de los premios, el verdadero valor de Agrojusto está en el impacto concreto que genera en comunidades rurales. De la Maza relató, por ejemplo, la experiencia en el sur de México junto a la ONG NUP, donde los hombres habían emigrado en busca de trabajo y fueron las mujeres quienes tomaron la posta de la producción.
"Lo que hicimos fue brindarles herramientas tecnológicas y acompañamiento para que pudieran crear sus propias marcas y gestionar sus ventas. Hoy esas comunidades no solo producen, sino que generan un impacto indirecto que beneficia a toda la sociedad local", explicó.
La posibilidad de medir ese impacto es otra fortaleza del proyecto. Como todo el desarrollo tecnológico es propio, Agrojusto puede adaptar sus plataformas según las necesidades de cada iniciativa, generando métricas que permiten evaluar cómo cambia la situación de un sector antes y después de la intervención.
Tecnología con sentido
Uno de los diferenciales de Agrojusto es que todo su software y soluciones son desarrollados por el propio equipo. Eso les da flexibilidad para adaptarse a distintas realidades y, sobre todo, para diseñar productos que resulten accesibles para los productores.
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"No se trata solo de programar, sino de ponerse en la cabeza de un productor que va a usar la herramienta. Por eso buscamos que sea simple y útil. Queremos que la tecnología esté al servicio de quienes producen, no al revés", remarcó de la Maza.
Un mensaje a los emprendedores
Para Nicolás de la Maza, el camino recorrido por Agrojusto también deja un mensaje para la comunidad emprendedora: "Emprender no es fácil, pero se puede. Desde Mendoza demostramos que es posible crear proyectos de vanguardia con impacto internacional. Hay que esforzarse, tener equipos sólidos y mirar siempre en clave global para diversificar y crecer".
La historia de Agrojusto demuestra que, con innovación, compromiso y visión, es posible transformar realidades locales y convertirlas en referentes internacionales. Un ejemplo de cómo Mendoza, tierra de vino y agricultura, también puede ser cuna de startups que marcan tendencia en toda Latinoamérica.