En un "miércoles negro", también hubo un amotinamiento de presos en San Felipe
La situación de tensión estuvo vinculada al traslado del asesino del empresario de la Feria de Guaymallén, y duró lo mismo que la expectativa por la alumna armada de la escuela paceña.
Fue un miércoles negro, que todavía no termina.
Al caso de la alumna armada que mantuvo en vilo durante 5 horas y media al país desde una escuela de La Paz, se le sumó la tragedia irreparable del suicidio de una mujer policía, Carla González, en San Martín y una noticia que hizo recordar momentos draméticos de hace 25 años, pero que pudo ser controlado.
En el Complejo Penitenciario N°2 San Felipe, un grupo de internos del módulo 5-A se amotinó tras el traslado de Maximiliano Martínez Llaneza, referente del pabellón y condenado por el crimen del empresario Emilio Giménez.
Conmoción por una policía de 23 años que se quitó la vida
La revuelta comenzó en la mañana del miércoles y escaló rápidamente. Los presos, organizados y decididos, levantaron barricadas improvisadas en la entrada del pabellón, impidiendo el ingreso de los guardiacárceles. En los videos que circularon, se escuchan arengas como "¡Vamos cumpa, que de acá no nos vamos nadie loco!", mientras los internos se preparaban para resistir.
Esa situación obligó a la intervención del Grupo Especial de Operaciones Penitenciarias (GEOP), que utilizó armamento reglamentario para disuadir a los amotinados. Las detonaciones se mezclaban con los gritos y el caos, mientras los presos buscaban cobertura detrás de sus propias defensas.El motín duró más de cinco horas, como el caso de La Paz. Aunque no se reportaron heridos graves, el episodio dejó al descubierto las tensiones internas del penal y la fragilidad del sistema frente a liderazgos informales que aún operan desde las celdas.