Opinión

Libertad en alianza

Maximiliano Garrido, referente de la Juventud Radical de la Ciudad de Mendoza y candidato a concejal, da cuenta de una participación en las listas junto a la gente de Milei, pero sin pintarse de violeta.

Maximiliano Garrido

Ser parte de una alianza no significa perder identidad ni someterse a ella. Los acuerdos electorales son necesarios en una democracia moderna, pero no pueden borrar las convicciones que nos definen ni los límites que sostenemos con claridad desde el radicalismo de la Ciudad de Mendoza.

En nuestro caso, elegimos siempre estar del lado de los sectores más vulnerables. Por eso eliminamos tasas municipales para los jubilados, entendiendo la situación compleja que atraviesan. Por eso también acompañamos con subsidios a las personas con discapacidad, porque creemos en un Estado presente que garantice inclusión y oportunidades reales.

Del mismo modo, defendemos con firmeza la universidad pública, gratuita, laica y de calidad. Para el radicalismo, la educación no es un tema accesorio: es uno de los pilares de nuestra historia y del ascenso social en la Argentina. Cuidarla es defender un futuro mejor para todos.

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Los últimos resultados electorales muestran que la sociedad nos pide escuchar más y actuar mejor. Desde la Capital queremos aportar a ese camino, con más obra pública, más seguridad y servicios municipales que estén a la altura de lo que los vecinos necesitan.

Acompañar en el equilibrio fiscal es una responsabilidad que asumimos, pero nunca a costa del bienestar de la gente. Esa es nuestra libertad en la alianza: poder reafirmar que gobernar es cuidar, y que nuestras decisiones siempre estarán guiadas por la defensa de la dignidad y los derechos de las personas.

Formar una alianza es sumar fuerzas, no anular identidades.

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