Medicina funcional: una mirada distinta para cuidar la salud desde la infancia
El nuevo paradigma en materia de salud: la medicina funcional. Lo explica la médica Elisa Fehlmann.
Soy Elisa Fehlmann, pediatra y mamá de tres hijos. Durante 25 años tuve el privilegio de acompañar lo más sagrado de la vida: la niñez. Siempre fui estudiosa, deportista amateur y curiosa de mis propios límites. Esa búsqueda me llevó a una pregunta que transformó mi profesión:
¿Qué podía ofrecer como pediatra frente a la creciente aparición de enfermedades crónicas en niños y adolescentes?
La confianza que las familias depositaban en mí me hacía sentir la responsabilidad de encontrar respuestas. Y comencé a ver un patrón que antes parecía lejano, casi exclusivo de la adultez:
Esta realidad me incomodó y me llevó a cuestionar mis propios paradigmas. Estudiar, desaprender y volver a aprender. Validar información y animarme al cambio. Así encontré la medicina funcional, un enfoque que pone el foco en la prevención, en la anticipación y en la salud como eje central.
Vivimos en un mundo donde los cambios son más rápidos que los resultados. Apenas alcanzamos a disfrutar los procesos. Ese estilo de vida trae ansiedad, angustia y enfermedades crónicas cada vez a edades más tempranas. Alimentos procesados, pantallas, aislamiento, estrés, falta de contacto con la naturaleza... todo conspira contra nuestro bienestar.
Necesitamos evolucionar para no quedar atrapados en este ritmo de vida. Flexibilizar conceptos, reaprender, respirar, abrazarnos, descansar y cuidarnos. A esto lo llamo "adaptación inteligente". "La locura es hacer siempre lo mismo esperando resultados distintos."
Hoy entiendo la salud como un capital activo: cuanto más invertimos en ella, de manera consciente, mejores resultados obtenemos -energía, vitalidad, calidad de vida.
La salud no es simplemente no enfermar. Se traduce en cómo queremos vivir. Es un mapa personal que se construye con pequeñas decisiones cotidianas: tomar más agua, reducir pantallas, comer con consciencia, moverse, leer, meditar, descansar.
La medicina funcional invita a ver procesos y no solo síntomas. El protagonista es el paciente, con su historia de vida y su escenario único. El trabajo consiste en construir hábitos con consciencia, sostenerlos en el tiempo hasta que se conviertan en estilo de vida. Es una transformación intrínseca que impacta en todas las dimensiones de la salud: física, cognitiva, emocional, espiritual, social, ambiental y profesional.
Hoy me inspira aportar valor a la salud, al bienestar y al cuidado, comprendiendo historias y diseñando planes ajustados a cada propósito personal.
La invitación es abrirnos a nuevas formas de vivir con salud y conciencia.