Opinión

Del discurso a los hechos

Esperemos que este repentino cambio discursivo se traduzca en un cambio real en las políticas públicas, porque la soberbia y la ira son malas consejeras.

Julio Cobos
Diputado nacional. Exgobernador de Mendoza. Ex vicepresidente de la República Argentina. Exsenador nacional.

Luego de la cadena nacional en la que el presidente anunció el envío del proyecto de Presupuesto Nacional, queda claro algo: no se gobierna ni se progresa atropellando al que piensa distinto ni abandonando a las personas que requieren de la presencia del Estado. 

La distribución no la hace el mercado como lo expresó el presidente en el envío del presupuesto anterior, sino el Presupuesto, definiendo prioridades. Los aumentos de gasto por encima de la inflación real, no la proyectada, permiten una recuperación del poder adquisitivo, pero el atraso en estos años ha sido tan grande que debemos debatir si son realmente suficientes. 

Por eso, la necesidad de la emergencia universitaria y sanitaria sigue vigente e insistiremos en el Congreso con su aprobación, porque necesitamos respuestas concretas y urgentes: detrás de los números hay miles de personas que esperan soluciones. 

Un gobierno con una visión sólo fiscal de la economía es un gobierno incompleto que genera desempleo: más de 190 mil puestos perdidos en estos años. La otra pata es fundamental que se atienda y es la reactivación y el impulso para un verdadero crecimiento y desarrollo productivo que genere empleo genuino. Eso debe reflejar el proyecto de Presupuesto. 

Esperemos que este repentino cambio discursivo se traduzca en un cambio real en las políticas públicas, porque la soberbia y la ira son malas consejeras. Es tiempo de escuchar, dialogar y, sobre todo, de tener sensibilidad social. Argentina no puede seguir perdiendo tiempo.

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