Entrevista

Marcelo Deambrosi y su propuesta inalterable a lo largo del tiempo

El fundador de la emisora mendocina recuerda sus inicios, celebra más de tres décadas de aire y destaca el valor de mantener un estilo propio que transmite compañía, paz y recuerdos a sus oyentes.

Alejandra Cicchitti

Visitamos la radio creada por Marcelo Deambrosi junto a algunos amigos, hace ya 37 años. Una propuesta de alta calidad para Mendoza que mantiene música y programación pensada para un público fiel que ha crecido con esta emisora.

-¿Cómo empieza tu relación con la música?

Llegamos a Mendoza con mis padres y hermano por un tema de salud, porque acá el clima era más favorable. La familia de mi madre fue gente ligada a la cultura y especialmente al teatro. Mis abuelos, mi madrina e incluso mi mamá, era gente de actuar y de grandes lecturas, de música clásica y así me crie en La Plata. Mis abuelos formaron parte de compañías de teatro itinerantes, trasladándose en carros tirados por caballos, con escenografías y hasta con los músicos de la compañía. En sus hogares se escuchaba música clásica, jazz, discos, muchos discos de grandes músicos que fueron maestros encumbrados y algunos desconocidos que comparto y hago escuchar a algunas personas hoy.

-¿Sos casi mendocino?

-Terminé la primaria en la escuela "Quintana". Llegué a una fascinante Mendoza en la década del 70, que me enamoró con sus veredas brillantes y acequias con agua fluyendo. Soy platense, pero he sido bendecido al vivir acá. He tenido una vida muy linda con una familia hermosa y puedo decir que, si me toca partir hoy, lo hago en paz, agradecido y muy feliz. He cosechado amigos de oro, conocí mucha gente del mundo del rugby, jugué, acompañé a mis hijos e hice amigos de otros clubes.

-¿Desde cuándo estás en el mundo de la música?

-Mi experiencia data de hace más treinta y cinco años con radio propia y cuarenta años trabajando en medios de comunicación. El próximo año celebraré también mi acreditación de 50 años como disc-jockey. Se cumplirá medio siglo desde que empecé a poner música y aún recuerdo muy bien aquella primavera de 1976. Comencé como asistente de los titulares de esa época, de quienes obtuve conocimientos, técnicas y una amplia práctica sobre el arte de elegir y programar música. Recuerdo los lugares mágicos de esos tiempos: Sketch, Saudades, Al Diablo, Let's Go, Discrazy, Kaulem (San Carlos), Factory y Forum. A partir de entonces estuve presente en todas las oportunidades donde sería valiosa mi experiencia, lo que sucede incluso hasta hoy. Sigo volviendo a lugares donde puedo colaborar, sumar y por eso celebro y disfruto muchísimo en los eventos exclusivos que se presentan como un gran desafío para elegir, programar y emocionar al público. Poder llegar a 2026 no es solo un número, implica la gran satisfacción de haber dedicado a la música lo más valioso de esta vida, que es el tiempo. Tiempo compartido en miles de momentos, esogiendo, programando el mix más agradable, en distintos modos y con distintas técnicas. Rescato la pasión al hacerlo y la cosecha de miles de kilómetros de sonrisas y toneladas de alegría.

 Nuestros disc-jockeys de los 80  

- ¿Cuándo comenzó Red 101?

-Esta estación de radio nació en 1988 y junto a Gustavo y Rodolfo hicimos un equipo muy fuerte. Teníamos la misma mirada e iguales objetivos. El tiempo pasó, crecimos y yo decidí quedarme en el proyecto, que compartí, a través de los años, con grandes amigos como Iván de Souza y Humberto "Turco" Paz. Nos acompañaron también Salvador Rincón y otros grandes que aportaron su talento, cariño y ya son parte de nuestra historia. El perfil de la radio está asociado a proponer una cierta sobriedad, a generar y transmitir respeto hacia la audiencia.

En los comienzos, las voces de los locutores más importantes estaban ligadas y eran fácilmente identificables con otros medios de comunicación. Es por eso que emprendimos la búsqueda de alguien especial y anduvimos por Buenos Aires y Córdoba. Finalmente encontramos lo que yo llamo "la voz de Dios", hallamos la dicción y el énfasis de Red 101, en la persona de Fernando Solís Lara. Él es el locutor institucional desde siempre, no es argentino, pero está contaminado por ellos. Es un hombre excepcional que hace radio en todo el mundo.

Durante estos años tuve otras radios, que no se encuentran en Mendoza y desarrollamos formatos en otros estilos musicales. El combustible siempre fue el mismo: pasión, filtros, límites e ideas claras.

Junto a grandes amigos Iván de Souza y Humberto "Turco" Paz  

- ¿Cómo elegís la música?

-No soy músico, aunque sigo sorprendiéndome con temas y artistas como si fuera un niño. La tarea de seleccionar fue y es para mí apasionante, sigue gustándome como el primer día. Desde siempre miré y miro las reacciones, las caras y los movimientos de la gente sobre la pista. Obligar a la gente a bailar me parece siniestro, cruel, creo que existen otras formas. Sí me gusta que la gente se divierta y esa es la premisa, la tarea de elegir temas: pasar un buen momento. Me gusta emplear distintos filtros, como se dice ahora, si una canción es buena la tomo por muchas razones, no simplemente porque esté de moda.

Junto a Salvador Rincón en Saudades  

-¿Cuál es tu público preferido?

-El adulto joven contemporáneo. Con ese rango etario me siento cómodo, es mi target desde hace mucho tiempo. Puedo decir que me gusta la música electrónica, pero no toda. A la hora de poner música hoy, me dejo guiar por mis amigos DJs, esos que actualmente representan la vanguardia. Son extremadamente tecnológicos, comparten su sapiencia conmigo y por eso me amino y participo en escenarios de ese tipo de música. Creo que esto amplía y enriquece en forma innovadora el mundo musical.

  Publicidad de Saudades  

-¿Por qué en la Red solo se escucha música en inglés?

-Nosotros tomamos un compromiso con la radio. Me gusta la música en español, me gusta el rock nacional por supuesto, pero la programación, el pilar de nuestro proyecto, fue y es inalterable en el tiempo en cuanto a la calidad y selección. Logramos coincidir en un ideal que no cambio frente a la moda, la adversidad o la conveniencia. Inalterable es el adjetivo que utilizo para describir este proyecto, así empezó y así va a terminar.

La música clásica tiene sus aportes maravillosos, hay música latina fantástica, hay creaciones del reggaetón que son para aplaudir, lo que a mí me distancia es lo ordinario, lo vulgar, las reiteradas copias de copias de copias. ¿Qué hay detrás de eso? Creo que voracidad, solo interés en generar dinero y una gran despreocupación por lo que se produce. Yo trato de brindar lo mejor, con el compromiso de que cada sonido de la radio puede o quiere deleitar a algunas personas. Logramos construir un mercado de oyentes que dicen: "Esta es mi radio". Pueden escuchar otras, por supuesto, pero saben que la Red trae mensajes agradables, genera momentos de paz, de recuerdos, de alegría. Tengo la dicha de recibir mensajes de audiencia de otras latitudes, como gente de Filipinas que dicen que escuchan la radio porque brindamos más contenidos y mejor programación que otras de América o Europa.

-¿Cómo ha influido la tecnología?

-La tecnología ha traído desafíos, hay menos gente operando las radios, por ejemplo. Aunque creo que dentro de un tiempo todo volverá a ordenarse. La música electrónica no fue quien propició la situación actual en la que casi no existen grupos o bandas, pero sí numerosísimos solistas. Tampoco es la responsable de que la melodía, los acordes o los ensayos semanales hayan sido dejados de lado, sino que los excesos cometidos transformaron el mundo de la música. Como dije, veo un futuro, un reordenamiento, porque en la vida hay ciclos y es por eso que hay grandes posibilidades de que esto cambie. Hasta ahora la música está siendo tan masiva, que terminará agotándose y renaciendo otra.

Tenemos además el tema del sonido. Creo que hay un abuso del formato liviano, la música del streaming. Los nativos digitales solo han consumido el sonido comprimido, es lo que conocen. Sin embargo, cuando van a un show y aprecian una guitarra, la resonancia de los vientos, los distintos tonos de la percusión, la intensidad sonora los traspasa, puede incluso llevarlos al éxtasis. Esto logra que disfruten una canción de otra forma. Los jóvenes escuchan la música hoy en un reproductor y con auriculares y así no aprecian los armónicos, ni siquiera los registran y consumen un sonido sin profundidad.

-¿Qué ha cambiado en la radio?

-Todo. Sigue siendo un canal de comunicación oral y musical, pero su alcance ya no depende únicamente de ondas hertzianas, sino que puede sintonizarse en cualquier lugar del planeta. Esto hace que su antiguo atributo de gratuidad no sea posible porque para escuchar las de otros países se debe pagar un proveedor de internet. Un gran aditamento es que, los programas, la música tienen máxima inmediatez. Creo que hasta hace poco la radio gozaba de la credibilidad de las palabras, pero a partir de la irrupción de la lA, la confianza de los oyentes se está perdiendo.

-¿Qué sucede con la programación actual de tu radio?

-Estamos en una reconversión, en una evolución de contenidos porque queremos enfocarnos en el "bienestar" del auditorio. Hemos limitado los temas políticos y económicos. Queremos contribuir transmitiendo paz, un estado de reflexión a partir de nuestras emisiones. Nos gusta crear distintos climas, generar momentos de introspección, transportar a las personas al pasado, a sus recuerdos aferrados en canciones, pero también traerlos al presente. Es aquí y ahora donde tenemos que estar construyendo el futuro.

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