Negocios con alma

En los últimos años, el sector inmobiliario en Mendoza -y en toda la Argentina- se llenó de franquicias, ya no es una son muchas. Modelos importados que replican estructuras, manuales de procedimientos y formas de trabajo estandarizadas. Todo se replica, no importa si es la idiosincrasia latina o americana todo es procedimental.

No hay juicio: pueden ser útiles para quienes recién empiezan o para quienes buscan un sistema ya armado, o conciben las operaciones inmobiliarias como simples transacciones , que está muy bien , y habrá muchas personas que lo consideren valido y que se adapta a sus modalidades de resolver las cosas.

Como dije no hay juicio, ni bueno ni malo , es simplemente un hecho incontrastable de la realidad.

Lo que si tengo es opinión. Y tengo opinión y autoridad para opinar porque a mi hace casi 30 anos me va muy bien siendo completamente distinta. Y cuando digo a mi también involucro a todo mi equipo y a muchos colegas que trabajan como yo.

En mi caso, elegí un camino distinto. Elegí hacer negocios con alma.

Cuando decidí ponerle mi nombre a la empresa que hoy es mi marca , no fue un gesto de marketing. Fue una decisión vital. Porque entendí que cada vez que alguien me abría la puerta de su casa, me estaba confiando mucho más que una operación: me confiaba una historia de vida. Y para estar a la altura de esa confianza, no podía delegar mi identidad en un logo global, en una forma estandarizada de hacer las cosas. Porque para mi cada operación es distinta, cada operación tiene DNI, y ADN, tiene algo único que no se puede estandarizar, porque detrás no sólo hay números, hayhistorias , identidades que merecen ser reconocidas.

Una franquicia puede replicar procedimientos, pero no puede replicar lo que más valoran los clientes: la cercanía, la empatía y palabra cumplida.

En mi experiencia, el verdadero diferencial no está en el tamaño de la estructura, sino en la calidad del vínculo. No está en cuántas oficinas tiene tu marca en el mundo, sino en si el cliente siente que estuviste presente en cada paso del proceso.

Yo creo que ser corredora pública inmobiliaria es mucho más que intermediar. Es acompañar momentos bisagra de las personas: una mudanza, una inversión, una separación, un nuevo comienzo. Detrás de la palabra "comprador" o "vendedor" hay seres humanos con sueños, miedos y esperanzas. Y ese lado humano es el que muchas veces queda relegado cuando el negocio se convierte en una simple transacción.

Por eso, mi propuesta es clara: yo no vendo casas, construyo relaciones. Y lo hago desde un lugar donde la escucha, la empatía y la ética son innegociables.

Hoy, cuando alguien me elige, no me elige por un logo. Me elige porque sabe que detrás de Fanny Cruz Negocios Inmobiliarios hay un rostro, una voz y una trayectoria que se sostiene con presencia real.

En tiempos donde parece que todo se estandariza, yo sigo apostando a lo que nunca pasa de moda: la confianza, la palabra y el alma. Y esto esta inculcado en los equipos con los que trabajo.

Porque estoy convencida de que los mejores negocios no son los que dejan la mayor ganancia económica, sino los que dejan huellas humanas que perduran en el tiempo