Economía

Coloquio de IDEA: el dólar y la economía del "metro cuadrado" marcan el pulso empresario

Durante el 61° Coloquio de IDEA en Mar del Plata, banqueros e industriales coincidieron en que, tras las elecciones del 26 de octubre, el tipo de cambio tendrá "otro precio". Aunque valoran el respaldo de Estados Unidos, advierten sobre la falta de rumbo en la economía real y el impacto desigual de la apertura y los costos internos.

En los pasillos del Hotel Sheraton de Mar del Plata, donde se inauguró el 61° Coloquio de IDEA, el clima empresario volvió a girar en torno a un tema recurrente: el futuro del dólar y la desconexión creciente entre la macroeconomía y la realidad cotidiana de la gente, lo que varios asistentes llaman "la economía del metro cuadrado".

A pesar del respaldo histórico que Estados Unidos ofrece al gobierno de Javier Milei -con promesas de auxilios financieros que rondarían los US$40.000 millones, según trascendió del secretario del Tesoro, Scott Bessent-, el consenso entre los banqueros es que la estabilidad cambiaria tiene fecha de vencimiento.
"Luego del 26 de octubre, más allá del resultado electoral, el dólar tendrá otro precio", resumió un financista con llegada a los despachos oficiales.

El "blindaje" estadounidense, interpretan en el sector financiero, podría garantizar un ajuste "ordenado" del esquema cambiario, pero no evitarlo. "Van a tener que dejar flotar; no tienen otra alternativa", afirmó un banquero, quien consideró que el apoyo externo "sirve para sacar las bandas de manera ordenada". Otro ejecutivo añadió: "La Argentina va a un cambio de régimen económico en el que la compra de reservas va a estar en el centro. El objetivo no será mantener un tipo de cambio, sino sumar dólares para pagar la deuda".

En ese contexto, la incertidumbre domina. "No sé", respondió con franqueza el CEO de Siemens Argentina, Eduardo Gorsch, cuando se le preguntó cómo imaginaba el esquema cambiario tras los comicios.

El Gobierno, con vencimientos por unos US$30.000 millones, busca mantener el acceso a financiamiento mientras intenta contener el impacto en precios. "Hoy hay mucha incertidumbre y expectativas de devaluación", admitió otro banquero. Aunque se espera una presión inflacionaria posterior, la caída del consumo -que viene moderando los aumentos este año- podría amortiguar el golpe. "Para EE.UU. y el FMI, el foco va a ser la sustentabilidad de la deuda", resumió un ejecutivo financiero.

Desde el sector industrial, las opiniones fueron más cautas. "Hoy todo es volatilidad e incertidumbre por la elección", señaló Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina. "Hay que esperar a ver qué pasa (con el dólar), pero no debería haber un gran impacto", sostuvo. En su rubro, los precios dependen en gran parte del tipo de cambio, al igual que en la industria alimenticia. "Si hay un salto grande, será difícil trasladarlo a precios", admitieron en una empresa del sector.

El Gobierno aprovecha la importación controlada -como los cupos para autos eléctricos o el aumento de productos de la marca china Shein- y el estancamiento del consumo interno como diques temporales ante la volatilidad del dólar. Pero la calma es frágil. "Las empresas estamos encepadas todavía; muchas vuelven a generar stock de importados para cubrirse", contó un empresario. En los servicios, el panorama es similar: la venta de pasajes al exterior para febrero se desaceleró "por miedo a lo que pueda pasar con el dólar en el verano".

Desde el acero, Federico Amos, presidente de Acindar, trazó un horizonte prudente. "Vemos que, en 2025, la actividad recupera en niveles bajos lo que fue la caída del año pasado. Hay una macroeconomía que se ordena, pero ahora vuelve a tener volatilidad por las elecciones", explicó. Su pronóstico: un crecimiento "leve" para 2026. "La micro tiene que tener condiciones mejores", reclamó, en línea con el pedido generalizado de una reforma tributaria y laboral.

Amos también insistió en el retorno del financiamiento productivo -afectado por tasas altas y morosidad creciente- y pidió condiciones equitativas de competencia con China, un reclamo que sintoniza con la línea proteccionista de Donald Trump.

Otros industriales fueron más críticos con el enfoque oficial. Cuestionaron los "altos costos en dólares", la disparidad en la baja de impuestos y la apertura comercial sin un plan de crecimiento. "La micro requiere atención. Comienza a generar falta de empleo en el conurbano. Hay un problema serio para las pymes: no pueden financiarse y, si lo hacen, no pueden pagar el crédito con estas tasas y esta baja actividad. Encima estamos pagando impuestos del mundo anterior", sostuvo uno de ellos, en alusión a la presión impositiva heredada y la apertura actual.

Desde el agro, la mirada fue algo más optimista. "El 27 de octubre va a ser tranquilo", auguró Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina. Destacó que el respaldo de Estados Unidos "genera confianza" y confió en que el oficialismo impulsará un replanteo legislativo para la segunda mitad del mandato. En la misma línea, un representante de empresas estadounidenses comentó que "será el tiempo de los gobernadores", ya que varios proyectos clave dependerán del Congreso.

En tanto, mientras el Gobierno intenta estabilizar el frente financiero y cambiario de cara a unas elecciones cada vez más ajustadas, varios empresarios advierten que se perdió la conexión con la economía cotidiana. "Es algo que le pasó a Macri", reflexionó el presidente de una compañía industrial.
Contó que, en un café de Mar del Plata, escuchó a cinco personas en una mesa cercana: "No puedo pagar los gastos; no me alcanza; no se vende". Y lanzó una advertencia sobre la reconversión productiva: "El que vive en Ingeniero Budge no va a ir a trabajar en una mina".

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