La crisis económica de Mendoza, una tormenta perfecta
Al atraso del tipo de cambio, que afecta a varios sectores, se les suman cambios en gustos y modalidades de consumo. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.
Los últimos tiempos han sido complicados para la economía provincial, al igual que para la nacional. Pero en Mendoza tenemos una situación y es que nuestra producción no participa del complejo granario, que implica una gran fuente de ingresos para Argentina. Nuestro sistema productivo está centrado en productos intensivos como frutas, vides y otras alternativas. Pero, en los últimos años, el turismo cobró una gran importancia mientras el petróleo sufrió un retroceso.
Pero para entender el problema de Mendoza hay que ir de la macro a la micro para visualizar la sucesión de hechos que se combinan. En principio, la macro nacional muy afectada porque el gobierno apostó a un dólar atrasado para contener la inflación y toda la economía perdió competitividad cambiaria. Además, hoy el mercado está seguro de que devaluarán después de las elecciones.
Mendoza tiene producciones que son todas exportables, son transables internacionalmente, y el atraso del tipo de cambio altera su ritmo, porque, sin exportaciones no tendría sentido producir tantas cantidades. Todas las producciones de Mendoza hoy están afectadas como frutas, ajo, vino aceitunas y aceite de oliva. Pero también sufre el turismo, por doble medida, ya que llegan muchos menos turistas extranjeros y los argentinos prefieren viajar al exterior, que además es barato.
Cierre de supermercados, entre la crisis de consumo, cambios de hábito y las estrategias comerciales
Pero hay actividades que en los últimos días han sido noticia. Uno de ellos tiene que ver con las cadenas internacionales de supermercados que, por una parte, están comprando cadenas locales de negocios pequeños y por la otra, están cerrando locales por caída de ventas. Los cierres obedecen a caídas en las ventas, pero también subas fuertes en algunos costos, reflejados en impuestos provinciales y municipales, pero, sobre todo, en los alquileres. Los dueños no les quieren bajar y ellos optan por cerrar.
¿Cuál es la lógica de comprar unidades pequeñas? En principio, mantiene la escala de compras global, pero reducen las ofertas de productos en muchos lugares a aquellos de mayor rotación, ubicándose cerca de los consumidores. Así todo, ni pueden competir contra negocios atendidos por la familia, con contacto directo con el barrio. Pecaron de ambición para intentar quedarse con todo. Tanto Carrefour como VEA recurrieron a estos formatos mini y ahora, vaya la paradoja, los chilenos podrían quedarse con el negocio de los franceses. ¿Cómo eludirán las normas contra los monopolios?
Otro sector en crisis es el vitivinícola, pero para ellos no es una crisis más. Hasta ahora, el consumo global había venido subiendo, pero en los últimos años se frenó y comenzó a caer. Primero fueron las campañas de los gobiernos y algunas ONG contra el consumo de vino y luego llegó la moda del consumo de bebidas sin alcohol o con bajo contenido.
Este cambio de hábito de consumo es mucho más peligroso que las normas de los gobiernos porque han sido los mismos consumidores los que la asumieron. Dentro de estas novedades apareció una moda atribuida a las mujeres que han generado un aumento del consumo de vinos blancos y rosados, sobre todo Europa. Se dice que, por el efecto del cambio climático, los inviernos europeos son más cortos y menos fríos y las mujeres disfrutan de tomar una copa de vinos blanco o rosado, bien helados, bajo una sombrilla o en la vereda de un café.
Todos estos cambios impactan en las producciones porque se dan de repente y cambiar las estructuras productivas lleva un tiempo. Hoy, en muchos países, están con faltantes de vinos bancos y sobrantes de vinos tintos. Pero, además, la caída global del consumo genera que haya reacciones de todo tipo. Han aparecido en distintos portales noticias de derrames de vino en España y Francia, así como protestas varias. En Estados Unidos, muchos productores decidieron no cosechar sus uvas por los bajos precios.
En el caso de Mendoza, la situación tiene ribetes similares. Aquí hay bodegas que ya les avisaron a sus proveedores que este año no les comprarán uva y, en algunos casos, podrían elaborar por cuenta de terceros. El problema es que muchas bodegas están llenas de vinos y, si bien falta para la cosecha, con el ritmo actual de ventas no saben cuánta vasija podrían desocupar para la nueva cosecha. En algunas entidades de pequeños productores ya hablan de no cosechar la uva, lo que genera mucho daño, no solo por tirar producción sino porque permite que se propague la polilla de la vid.
Los supermercados, con expectativas limitadas de cara al futuro
Por supuesto, la situación de las empresas es compleja y lo es más porque los bancos no están traccionando como lo hacía antes. En la situación financiera actual, las entidades casi no tienen pesos, por eso las tasas están tan elevadas. Realmente, es la tormenta perfecta porque los precios internacionales están bajos, el tipo de cambio atrasado y, en otros casos, cambios en las modalidades de consumo que desconciertan a todos.