Cúneo Libarona se despide del gabinete tras las elecciones y prepara la transición en Justicia
El ministro dejará su cargo luego de los comicios del domingo. Con la renuncia ya firmada, espera reunirse con Milei antes del lunes. Evalúan su reemplazo y la continuidad de parte de su equipo.
Mariano Cúneo Libarona atraviesa sus últimos días como ministro de Justicia. La decisión de alejarse del gabinete de Javier Milei ya está tomada y formalizada: su carta de renuncia está lista, a la espera de una conversación final con el presidente, que podría concretarse entre el domingo por la noche y las primeras horas del lunes.
De este modo, se convertirá en el segundo integrante del gabinete en dar un paso al costado antes de la reestructuración que Milei planea concretar después de las elecciones. El primero fue Gerardo Werthein, quien dejó la Cancillería días atrás.
Desde su entorno señalan que el ministro "necesita un descanso, atender su salud y pasar más tiempo con su familia". Tras casi dos años en el cargo, Cúneo Libarona considera que ya cumplió buena parte de los objetivos que se había propuesto. Entre ellos destaca la implementación del sistema acusatorio en 14 provincias, uno de los principales cambios judiciales de su gestión.
El nuevo Código Procesal Federal, aseguran en el Gobierno, permite investigaciones y juicios más ágiles para delitos complejos como narcotráfico, lavado de activos o contrabando. En Rosario, donde el esquema ya funciona, los fiscales lograron avances concretos en varias causas resonantes.
Aun así, la puesta en marcha del sistema en los tribunales de Comodoro Py sigue pendiente. Las resistencias internas dentro del Ministerio Público Fiscal obligaron al funcionario a postergar su entrada en vigencia hasta noviembre. Antes de dejar el cargo, evalúa si firmará una nueva prórroga para facilitar la tarea de quien lo suceda.
Posibles reemplazos y balance de gestión
Entre los nombres que suenan para ocupar el Ministerio figura el del intendente marplatense Guillermo Montenegro, exjuez federal y dirigente del PRO, quien podría asumir un eventual "súperministerio" en caso de fusionarse las áreas de Justicia y Seguridad.
En su balance, Cúneo Libarona resalta la reestructuración interna del Ministerio, la reducción de dependencias como el Inadi, la ley que habilita los juicios en ausencia por el atentado a la AMIA, y las negociaciones que evitaron que Argentina fuera incluida en la "lista gris" del GAFI en materia de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Según allegados, aquella tarde en la sede del organismo internacional el ministro se emocionó al recibir los mensajes de reconocimiento del presidente y de sus pares del gabinete.
Aunque su renuncia ya está escrita, el funcionario mantendrá su agenda hasta después de los comicios. No participará del cierre de campaña en Rosario, pero sí estará presente en el búnker de La Libertad Avanza el domingo. Su salida formal se concretaría el lunes, tras la reunión final con Milei, con quien mantiene un vínculo cercano y afectuoso.
En los últimos días intercambiaron mensajes por el cumpleaños del Presidente. Pese a haber recibido ofertas para continuar en otras funciones -incluso en destinos diplomáticos-, el ministro decidió no aceptarlas. Planea una cirugía de rodilla en noviembre y luego un viaje académico a Alemania.
En declaraciones recientes, Cúneo Libarona afirmó que, en la nueva etapa, priorizará su "salud y familia". Su regreso a la actividad privada como abogado está en sus planes, aunque con un ritmo mucho más moderado que el de antes de su paso por el gabinete.
Mientras tanto, trabaja en la transición: varios funcionarios de su equipo permanecerán en funciones para garantizar la continuidad administrativa. Entre ellos, el secretario de Justicia, Sebastián Amerio, quien deberá negociar con el Senado la aprobación de numerosos pliegos judiciales pendientes.
El cierre de la gestión deja un desafío importante: el 32% de los 956 cargos de jueces federales están vacantes. Según el Consejo de la Magistratura, otros 142 magistrados alcanzarán la edad jubilatoria antes de fin de año, lo que podría elevar ese porcentaje al 50%.