No dio la cara
La siempre nutrida columna de la profesora Nené Ramallo que nos orienta en torno al uso, origen y significado de las palabras.
Tengo frente a mí a un estudiante de español como lengua extranjera y, advierto, de pronto, que hay una expresión que yo he usado y que él no ha entendido; ha sido la incluida en la oración "No dio la cara ni respondió por lo hecho".
Vuelvo a tomar el tema que estoy tratando y le explico que un término posee, además de su significado denotativo (el que aparece en la definición), otros significados, como el connotativo, que aporta al valor específico, otras notas de tipo expresivo o apelativo. Entonces, lo invito a que visitemos juntos la página del diccionario académico. Lo hacemos para trabajar con el vocablo ‘cara'.
Leemos que posee etimología latina y, más atrás, griega, respectivamente "cara" y "", equivalentes a "cabeza, rostro". Su definición nos la presenta como "parte anterior de la cabeza humana, desde el principio de la frente hasta la punta de la barbilla"; usamos como ejemplo "Llamaba la atención su cara con rasgos aindiados". Vemos que pueden actuar como sinónimos los sustantivos "rostro", "faz" y "semblante".
Aparte de ese valor denotativo, connotativamente, ‘cara' puede aludir a la representación de algún estado de ánimo en el rostro: "Estaba contento y su cara lo reflejaba".
Puede, en diversas áreas, tomar valores específicos, esto es, adquiere el significado un valor social porque se utiliza en un determinado ámbito de tareas: en lo edilicio, la ‘cara' es el frontispicio, la fachada: "Advertimos, por su cara, que se trataba de un edificio de corte francés". En la numismática, la ‘cara' es el anverso o haz principal de monedas y medallas: "La moneda que encontré tenía grabada en su cara la efigie de un rey".
Social es también su uso en geometría cuando ‘cara' es cada plano de un ángulo diedro o poliedro y cada una de las superficies que forman o limitan un poliedro: "El cubo es un poliedro con seis caras iguales".
También, connotativamente y con valor de sinécdoque de la parte por el todo, ‘cara' se hace sinónimo de "presencia": "Hoy veo caras nuevas en la clase". Lo mismo sucede si se refiere al aspecto o apariencia de una cosa o asunto: "El negocio que me proponen no presenta buena cara".
Connotación totalmente negativa adquiere el sustantivo cuando se hace sinónimo de "desfachatez": "No sé con qué cara se anima a presentarse aquí". Se puede decir que toma el valor de "caradura, sinvergüenza". También se equipara a la locución ‘cara de cemento'.
Una serie de locuciones formadas con el sustantivo ‘cara' representan connotaciones diversas: si una persona posee la piel de su cara picada de viruelas, se dice que tiene ‘cara de rallo' o ‘cara apedreada': "Una característica que lo hace fácilmente identificable es su cara apedreada". Cuando alguien posee una expresión inescrutable, se dice que posee ‘cara de póquer': "Nada podés adivinar sobre lo que va a suceder porque pone su mejor cara de póquer".
Por su parte, hay diversas locuciones que connotan estados de ánimo y conductas diversas: ‘cara de rosa' se le aplica al que presenta un rostro alegre y lozano, mientras que ‘cara de suela' se reserva para una persona sinvergüenza y descarada; ‘cara de vaqueta' puede nombrar tanto a alguien muy serio como a una persona sinvergüenza y descarada; ‘cara de viernes' alude a quien se ve triste y macilento; del que se presenta con rostro adusto y desagradable se dice que viene con ‘cara de pocos amigos'. Un estado de ánimo alegre, placentero y risueño se puede indicar con locuciones similares: ‘cara de pascua/pascuas/aleluya'. Si, en cambio, la persona está seria y disgustada, lucirá una ‘cara de cañón'. Cuando alguien exhibe un rostro severo y adusto, la locución que lo connota será ‘cara de juez'. Y un semblante pálido y macilento se adivina tras la locución ‘cara de acelga'. Dos expresiones equivalentes son ‘cara larga'/'cara de velorio' que, coloquialmente, señalan un rostro serio, de tristeza.
Existe otro tipo de locuciones, en donde el vocablo ‘cara' aparece unido a verbos: ‘amarrar la cara' es poner el rostro muy serio, como en "Se presentó ante el tribunal amarrando la cara"; ‘caérsele (a alguien) la cara de vergüenza' señala que una persona se siente profundamente avergonzada: "Se me cae la cara de vergüenza por pedir esto"; ‘dar la cara', que puede ser también ‘poner la cara', significa "asumir frente a los demás la responsabilidad por algo que se ha hecho, enfrentando las consecuencias": "Que sea valiente y dé la cara ante los hechos"; ‘tener cara de piedra' significa adoptar una actitud desvergonzada y descarada: "Está inmutable y tiene cara de piedra". Al contrario, ‘echar en cara' connota una actitud de recriminación: "Es increíble cómo puede echarme en cara lo sucedido".
Otras locuciones con verbos también nos son familiares: ‘lavar la cara' es una expresión coloquial usada, sobre todo, para señalar que se mejora superficialmente el aspecto externo de una cosa o el cariz de un asunto: "No me preocupa lo que está haciendo porque solamente está lavándole la cara al problema". Si usamos ‘no tener (alguien) cara' estaremos indicando que esa persona no se atreve a algo: "Pascual no tiene cara para enfrentar los resultados". Y, cuando en una pelea, ‘le parten la cara (a alguien)', se da a entender que se lo deja muy maltrecho: "En la pelea aquella, le partieron la cara de un tremendo bofetón". Por su lado, ‘poner buena/mala cara' es sinónimo de acoger, respectivamente, bien/mal una propuesta: "Se desanimó porque su jefe le puso mala cara a su propuesta".
Son múltiples también las locuciones formadas con preposiciones: ‘por la cara' equivale a decir "con atrevimiento"; ‘por mi/tu/su cara bonita' se utiliza para tachar de injustificado un logro de quien carece de los méritos específicos para conseguirlo; ‘de cara' funciona como locución adverbial que equivale a "de frente, por delante"; en cambio, ‘de cara a' actúa como locución preposicional cuyo valor es "en relación con". Si se dice ‘en la cara', se quiere señalar que se procede de modo abierto y directo.
Planteamos dos situaciones con el vocablo ‘cara', una es una locución explicada por la Fundéu; la otra se trata de una paremia incluida en el Refranero multilingüe.
Veamos la primera: leemos en un comunicado que hoy los candidatos de todos los partidos dirán sus propuestas ‘cara a cara': ¿cuál es el valor de la expresión? Para algunos se trata de una locución sustantiva, para otros, de una locución adverbial; su significado es, si se toma como sustantiva, "encuentro entre dos personas en que se hablan o enfrentan abiertamente": "Fue interesante anoche el cara a cara que presentaron en la televisión pública". Si, en cambio, se le confiere valor adverbial, será equivalente a "en presencia de alguien, descubiertamente": "Resolvieron el asunto cara a cara".
Tomada como locución sustantiva, tiene género masculino y permanece invariable en plural: ‘el cara a cara' y ‘los cara a cara': "A veces, son productivos los cara a cara". Como es una expresión española, no debe llevar ningún tipo de resalte tipográfico.
En cuanto a la paremia "A mal tiempo, buena cara", queda citada en el Refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes. Sus ideas clave son la desgracia y la conformidad. Si se la toma en forma literal, se refiere al tiempo atmosférico y es un consejo para albergar esperanza ante un estado adverso, de tormenta o viento, por ejemplo, porque ha de ser pasajero y será sustituido por buen tiempo. Si se la toma metafóricamente, significará que, ante las contrariedades y momentos difíciles, hay que adoptar una actitud optimista y no dejar caer el ánimo.