Análisis

IPC de octubre: ¿Rumbo a números de inflación más bajos?

Análisis de IOL Inversiones sobre la inflación de octubre y las perspectivas para los próximos meses, elaborado por Thiago Marino, analista de Estrategias de Inversión.

Thiago Marino
Analista de Estrategias de Inversión en IOL

En octubre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional registró un aumento del 2,3% mensual, acumulando en el año un 24,8% y marcando una variación interanual del 31,3%. El dato refleja una esperada aceleración frente al 2,1% de septiembre. Los aumentos en bienes y servicios fueron semejantes, siendo que los primeros subieron 2,3% y los segundos 2,5%.

La dinámica de precios fue heterogénea, marcada por incrementos significativos en rubros sensibles al tipo de cambio y en componentes estacionales. El rubro Transporte lideró las subas, con un avance del 3,5%, impulsado principalmente por la adquisición de vehículos, que trepó 4,9% en la región PBA y alrededor del 3,9% en el resto del país, en un contexto de mayor incertidumbre cambiaria. A su vez, los Combustibles registraron un incremento del 3,1% a nivel nacional; por lo que Transportes en conjunto aportó cerca de 0,4 puntos porcentuales al índice general.

Dentro del componente alimentario, se destacaron los productos estacionales, con aumentos de 10,4% en Frutas, que explicaron 0,14 p.p. del general, mientras que las Verduras mostraron una dinámica más volátil, con caídas en PBA y variaciones dispares en el resto de regiones, aportando apenas 0,2 p.p. al índice. En tanto, la Carne subió 2,4%, levemente por encima del promedio general, con un impacto acotado pero relevante (0,21 p.p.) debido a su elevada ponderación. Para noviembre esperamos que este apartado pueda ser más relevante. En contraste, los Lácteos mostraron cierta moderación, con precios prácticamente estables en el interior y subas de alrededor del 2% en PBA.

Por su parte, el componente de Vivienda y Servicios públicos continuó presionando al alza, con Alquileres que avanzaron 3,8%, reflejando ajustes rezagados a la inflación pasada. Los servicios de Electricidad, gas y otros combustibles mostraron incrementos más moderados (1,6% en PBA y 2,9% en la región Pampeana), aunque se espera una corrección adicional en noviembre. El resto de los servicios regulados, en referencia a Comunicaciones (+2,2%), Educación (+1,7%) y Transporte público (+3,1%), se movieron en línea con el promedio general, aunque con picos regionales como el +5,3% en transporte público  pampeano. En síntesis, octubre evidenció un dato de inflación donde el transporte, los alquileres y los productos estacionales concentraron las principales presiones, mientras que el resto se acercó al promedio general.

Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de octubre, los analistas prevén que la inflación se ubique por debajo del 2% mensual en noviembre para luego volver al 2,0% en diciembre. Los pronosticadores "top 10" no esperan ver la inflación bajar del 2% hasta fin de año (2,0% nov-25 y 2,1% dic-25). De corto plazo, los precios continuarían moderando su dinámica en el primer semestre del año siguiente, llegando a una variación mensual del 1,6% en abril. En esta misma línea, los agentes del mercado esperan que la inflación se acerque al 1% en el segundo semestre de 2026, profundizando la desinflación hacia 2027. El año actual cerraría con una inflación interanual del 29,6%, y se corrigieron a la baja las expectativas para 2026 que rondaría el 18,7%.

El mercado se tornó algo más optimista producto del reacomodamiento en las expectativas. La inflación break-even implícita en las cotizaciones es de 1,6% en promedio para los próximos 6 meses, para luego bajar al 1,2% en promedio para la segunda mitad de 2026. Puntualmente, nos mantenemos optimistas acerca de la desinflación, pero consideramos que los números implícitos en el mercado son algo bajos. Por lo pronto, preferimos posicionarnos en instrumentos CER.

Las expectativas sobre el desempeño de la economía argentina son positivas de cara a 2026. Indudablemente esto representa algo beneficioso, pero podría tener algún tipo de costo sobre la velocidad de la baja en la inflación. Si bien no consideramos que sea algo que vaya a cambiar el rumbo de la desinflación, no podemos dejar de mencionar que, un nivel de actividad al alza propiciado por una economía en recuperación podría generar cierta presión sobre los precios. Recordemos que buena parte de la reciente calma inflacionaria (a pesar de la depreciación del peso) se la adjudicamos al entorno monetario restrictivo, lo que impulsó las tasas de interés y menguó la actividad.

Sin dudas que el hecho de mayor relevancia, dada la reciente volatilidad durante el proceso electoral, es el bajo "pass-through" observado. El FX oficial subió 20% durante los últimos 4 meses, mientras que la inflación acumulada fue del 8,5%; esto representó una apreciación del tipo de cambio real del 10%, descontando la inflación internacional. Acá entran en juego dos factores relevantes. Por un lado, la política monetaria sumamente restrictiva que llevó a cabo el BCRA; entendemos que este es el más relevante. Pero también hay un factor de expectativas, donde los agentes económicos esperan naturalmente menor inflación hacia adelante (apalancada en la disciplina fiscal y un manejo monetario adecuado) y eso repercute en una menor indexación al tipo de cambio. 

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