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Chile vota: quiénes son los candidatos y cómo podría quedar el Congreso

El 16 de noviembre, más de 15,7 millones de chilenos elegirán presidente, renovarán la Cámara de Diputados y parte del Senado. Sin un favorito claro, todo apunta a un balotaje entre Jeannette Jara y José Antonio Kast en medio de un fuerte reclamo ciudadano por seguridad, migración y control estatal.

A días de una de las elecciones más decisivas para Chile desde el estallido social de 2019, el país se prepara para votar en un escenario marcado por la incertidumbre, la dispersión del voto y la erosión de la confianza en la dirigencia política. El 16 de noviembre, los chilenos elegirán presidente para el período 2026-2030, renovarán la totalidad de la Cámara de Diputados (155 escaños) y 23 de los 50 senadores, en la primera elección general con voto obligatorio desde su restablecimiento en 2022. En total, están habilitados para votar 15.779.102 ciudadanos.

Un panorama electoral sin favoritos y con balotaje casi asegurado

Según el informe de Directorio Legislativo, ocho candidatos compiten por la presidencia, pero ninguno se acerca al umbral del 50% necesario para evitar una segunda vuelta. Las encuestas muestran un escenario fragmentado y sin liderazgos dominantes.

Según promedios recientes, la ex ministra de Trabajo Jeannette Jara, candidata del oficialismo por la coalición Unidad por Chile, encabeza la intención de voto con 26%. Le sigue el referente del Partido Republicano, José Antonio Kast, con alrededor del 21%. Más atrás se ubican dos figuras de la derecha: Evelyn Matthei, postulada por Chile Grande y Unido, y Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, ambos con un 14% promedio.

Esta división interna es uno de los puntos críticos del proceso: mientras la izquierda llega con una candidatura única tras las primarias de junio, la derecha optó por competir con tres postulantes fuertes, repartiendo un voto que se mueve entre el 14 y el 20% y que deja abierta la pelea por el segundo lugar.

En el resto del pelotón electoral aparece Franco Parisi (Partido de la Gente) con 8%, y más atrás los independientes Marco Enríquez-Ominami, Eduardo Artés y Harold Mayne-Nicholls, sin chances de llegar a un eventual balotaje.

Un clima social donde la seguridad define el voto

La elección transcurre en un contexto adverso para el oficialismo. El presidente Gabriel Boric mantiene una aprobación en torno al 37%, condicionada por la percepción de que su gobierno no logró respuestas frente a las principales preocupaciones ciudadanas.

La inseguridad, el avance del crimen organizado, la inmigración irregular, la corrupción y el deterioro de la sensación de control estatal dominan la agenda pública. Esta combinación favorece a los discursos más duros y explica el crecimiento de figuras como Kaiser y la persistencia del voto a Kast.

Además, Chile llega a esta elección tras un periodo de agotamiento electoral: desde el estallido social de 2019, el país fue convocado a las urnas en al menos nueve procesos entre plebiscitos constitucionales, elecciones generales, locales y primarias. Con el retorno del voto obligatorio, será clave la reacción de los segmentos históricamente alejados de la participación.

Qué propone cada candidato: inversión, digitalización, impuestos y seguridad

Los programas de gobierno reflejan prioridades diversas, aunque con puntos de contacto en materia de modernización del Estado y digitalización.

-Jeannette Jara (Unidad por Chile)

Nueva oficina para agilizar la inversión pública y privada.

Estrategia para convertir a Chile en el hub digital del Cono Sur hacia 2030.

Implementación del ingreso vital mínimo de $750.000 (USD 800).

Transformación digital del sistema de salud con ficha clínica interoperable y telemedicina.

Política integral para reducir el costo de medicamentos.

-José Antonio Kast (Partido Republicano)

Simplificación regulatoria y eliminación de trabas para invertir.

Reducción del impuesto corporativo del 27% al 23%, con incentivos adicionales para empresas que contraten trabajadores en riesgo de informalidad.

Legislación laboral para promover flexibilidad y contratos multifuncionales.

Expansión de tecnologías de telemedicina y hospitalización domiciliaria.

-Evelyn Matthei (Chile Grande y Unido)

Revisión profunda del sistema de permisos sectoriales.

Adaptación de la jornada laboral hacia esquemas más flexibles.

Fomento público-privado para el desarrollo de inteligencia artificial.

Implementación eficiente de la Ley Fintech.

Inclusión de nuevos medicamentos oncológicos de alto costo.

-Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario)

Aceleración de permisos para nuevas empresas.

Exención total del impuesto corporativo para utilidades reinvertidas.

Eliminación de límites a las transferencias bancarias para aumentar bancarización y reducir uso de efectivo.

Libre adopción de tecnologías de salud y creación de un Observatorio de Medicamentos.

Qué puede pasar en el Congreso: la derecha camino a una mayoría simple

Si bien no hay sondeos específicos para el Poder Legislativo, las proyecciones permiten vislumbrar un mapa político más favorable a la derecha.

Cámara de Diputados

La suma de las coaliciones de Kast, Matthei y Kaiser obtendría entre 78 y 82 diputados, alcanzando la mayoría simple (78 votos).

La izquierda oficialista y fuerzas afines llegarían a 65-69 escaños.

Si esta correlación se confirma, un eventual gobierno de derecha podría impulsar reformas con relativa fluidez, aunque dependerá de la coordinación interna entre las distintas fuerzas conservadoras.

Senado

De las 23 bancas en juego, 13 corresponden a la oposición y 10 al oficialismo. La derecha tradicional (Chile Grande y Unido) arriesga la mayor cantidad de escaños.

Las proyecciones indican que:

La oposición (Chile Grande y Unido + Cambio por Chile) obtendría entre 12 y 14 bancas.

El oficialismo se quedaría con 20 a 21 senadores en total, manteniéndose como minoría.

Con este escenario, la derecha podría acercarse al umbral de 4/7 (29 votos) que exige la Constitución para impulsar reformas estructurales sin apoyo del oficialismo.

Un resultado abierto en un país polarizado

La elección del 16 de noviembre no solo definirá al próximo presidente, sino también la capacidad del nuevo gobierno para construir mayorías estables en un país políticamente fatigado, con demandas urgentes en seguridad y un Congreso que podría inclinarse hacia la derecha.

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