Economía

Desregulación del vino: Sturzenegger analiza cambios tras recibir tres objeciones del sector

Productores y provincias pidieron revisar el CIU, el control de azúcar y el certificado final de bodega. "El 98% de las medidas tiene consenso", aseguró el ministro, pero aceptó llevar los reclamos a Buenos Aires para una evaluación técnica.

El proceso de desregulación vitivinícola impulsado por el gobierno nacional sumó un nuevo capítulo con la visita del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien se reunió con cámaras empresarias y autoridades provinciales para revisar los cambios aplicados sobre el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Durante el encuentro, el ministro destacó que "el 98%" de las medidas adoptadas para simplificar trámites y normativas "cuenta con el aval de todos los sectores productivos". Sin embargo, tres requisitos técnicos quedaron bajo la lupa y fueron elevados a Nación para un análisis más profundo, según confirmó la vicegobernadora Hebe Casado, presente en la reunión junto al ministro de Producción mendocino, Rodolfo Vargas Arizu.

Casado explicó que existe acuerdo general en que la mayoría de las cargas administrativas eliminadas "entorpecían la producción y el proceso productivo", y que la reforma responde a reclamos de larga data de bodegas y productores. Aun así, surgió una inquietud compartida respecto de tres certificaciones que, según plantearon, podrían afectar la trazabilidad y la calidad del vino si pasan a ser opcionales.

Los tres puntos en revisión

Los pedidos elevados al ministro fueron:

• Certificado de Ingreso de Uvas (CIU).
Su obligatoriedad se reemplaza por un esquema voluntario. Productores temen que la flexibilización complique el registro del origen de la uva. Sturzenegger aclaró que quien quiera mantener el control podrá hacerlo, insistiendo en que el mecanismo ahora es optativo.

• Control del tenor de azúcar.
También dejaría de ser exigido en todos los casos. Parte del sector pidió sostenerlo como parámetro técnico para garantizar estándares mínimos de calidad.

• Certificado final de bodega.
La duda central es si su voluntariedad puede generar vacíos en la información del tramo final del proceso productivo.

Desde el gobierno provincial indicaron que el gobernador Alfredo Cornejo transmitió al ministro que estos tres puntos cuentan con amplio respaldo de productores para que continúen vigentes, incluso dentro de un esquema administrativo simplificado. También se sumó el pedido del gobernador sanjuanino Marcelo Orrego.

Casado resumió la respuesta oficial: "No es que se eliminen: pasan a ser opcionales. Pero por la masividad del pedido, el ministro entendió la preocupación y prometió evaluarlo". Sturzenegger confirmó que llevará las observaciones a Buenos Aires "para analizarlas en profundidad".

El futuro del INV

Si bien el impacto de la desregulación sobre el personal del INV surgió en conversaciones informales, las autoridades aclararon que el organismo no formó parte del temario central. "No se habló del INV. Ese decreto está detenido y hoy el instituto sigue funcionando", señalaron desde la comitiva.

Sí se mencionó una posible reorientación en sus funciones: abandonar los controles presenciales en bodegas y fincas para concentrarlos en el producto final, verificando directamente en góndolas o puntos de venta que las etiquetas coincidan con las características reales del vino. Según adelantó Casado, "quien no cumpla, tendrá sanciones fuertes".

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