Espumantes: la industria que ya no espera a las fiestas pero que debe ser creativa para competir
Francisco Richardi, enólogo de vinos espumantes, contó que el consumo ya no es solo en las épocas de fiestas, aunque advirtió la necesidad de la industria de ser creativa para poder competir contra las alternativas que se presentan y ante la baja de consumo del alcohol.
A poco de las fiestas, una de las industrias que comienza a moverse con mayor fuerza es la de los vinos espumantes. Francisco Richiardi, enólogo de vinos espumantes, habló en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a la necesidad de la industria de ser creativa frente a los desafíos de hoy en día.
"Estamos atravesando un tiempo complicado a nivel mundial. El consumo de alcohol, de vino y de espumantes ha bajado fuerte en todo el mundo. Acá también se ha notado bastante, el consumo per cápita ha bajado mucho. En las fiestas es el momento en el que más s consumen los espumantes, sin bien en Argentina se ha desestacionalizado bastante el consumo: 20 años atrás, se consumía el 70% en los últimos tres meses del año. Eso ha cambiado, ahora el 30% o el 40% se consume a fin de año, pero así y todo ha bajado el consumo del alcohol y el espumante como el vino, al no ser de primera necesidad, siempre se ven más golpeados", comentó Richiardi.
El enólogo señaló que el consumo de espumante ha tenido en los últimos años sus vaivenes: "En 2015 tuvo un pico de consumo, después bajó, después de la pandemia volvió a subir un poco, pero en estos años, el país está atravesando un momento de resurgimiento y ha bajado el consumo. Pero se están haciendo cosas nuevas: el vino espumante o todo lo que lleva burbuja siempre va en crecimiento de alguna manera porque el consumidor joven está acostumbrado, viene de la gaseosa o de los energizantes con gas. Es un desafío de creatividad para la industria de hacer cosas nuevas para captar esos nuevos consumidores".
En esa línea, señaló algunas de las prácticas que se emplean para poder ser creativos dentro de la industria: "El tema de la burbuja, hay algunos cócteles que se están haciendo ahora, hay una empresa grande que tiene un aperitivo que le ha ido muy bien, otras empresas están probando algunas cosas, algunos espumantes gasificados que tienen 0 alcohol, se está yendo por ese lado. El espumante, quieran o no, como se cosecha la uva más temprano y tiene menos alcohol que los vinos, tiene ahí una veta para trabajar y seguir haciendo cosas innovadoras. El consumo responsable, que está cada vez más en auge, 2 o 3 grados menos suman para uno tomarse una copa más".
A su vez, también mencionó algunas alternativas para consumir el clásico espumante durante las fiestas: "El típico con helado de limón es muy tradicional y se corta con algún vino seco. Combinado con algunos bitter, con una rodaja de naranja que le da cierto amarguito que a los argentinos y a los italianos les gusta mucho. Pero esa es la tendencia: es como que el consumidor trata de ser partícipe de su propio trago. Pasa también en la gastronomía: hay restaurantes donde el chef hace participar a los consumidores y con las bebidas viene pasando y hay que tratar de adaptarse a los consumidores de hoy: que quieren tener algo novedoso en lo que hayan participado".
Sobre la competencia con la sidra, Richiardi señaló que si bien no tiene números detallados, imagina que está "palo y palo": "Espumante se llegó a consumir 1,8 litros per cápita y hoy puede estar por debajo de una botella. La sidra calculo que debe andar por ahí, similar. En la sidra la fruta tiene menos azúcar, el fermentado tiene menos alcohol, la suelen estirar para hacerla más liviana. Es otro público, otra bebida, competencia con el espumante pero creo que están palo a palo. El argentino consume mucho espumante: a nivel mundial, en España o Gran Bretaña, en otros países se consume bastante más la sidra. En Argentina, sobre todo en Buenos Aires, el espumante comparado con Francia o países así estamos a la par".
Finalmente, señaló que la última helada afectará la cosecha y que se han visto muchas fincas abandonadas, algo que seguirá sucediendo: "Hubo una helada fuerte hace poquito y eso afectó bastante. Por ahí no se puede ver ahora el resultado, como decían los viejos: después de las heladas, se ve el resultado en la báscula. Hay, pero hay muchas fincas que se han abandonado, pero creo que esto es una autorregulación que se va a generar en la industria. Por la baja de consumo, va a empezar a haber algunos abandonos de viñedos y los mudarán a otra cosa, pero Argentina es bastante noble: fuera de las heladas, nuestro clima es bastante noble y siempre solemos tener cosechas de buena producción. Hay que ser optimistas, creativos más que nunca en la industria para poder afrontar la competencia de todas estas bebidas energizantes y gaseosas que son las que nos mueven el piso", concluyó.