Con la inflación más baja en siete años, el Gobierno se encamina a cerrar 2025 con un IPC cercano al 30%

Las proyecciones privadas ubican el índice de noviembre entre 2,3% y 2,5% y anticipan que el año cerrará alrededor del 31%. La suba de carnes y tarifas reguladas explica por qué aún no logra perforar el 2% mensual.

El Gobierno se acercaría a cumplir uno de los compromisos económicos centrales de su programa: moderar la inflación a niveles no vistos desde 2017. Según estimaciones de diversas consultoras, el IPC de noviembre volvería a ubicarse entre el 2,3% y el 2,5%, mientras que la inflación acumulada del año rondaría el 30%-31%. De confirmarse, sería el registro anual más bajo desde el 24,8% de 2017.

Los analistas coinciden en que el freno para quebrar el umbral del 2% mensual volvió a estar en los alimentos -con la carne como principal impulsor- y en los aumentos de precios regulados, entre ellos electricidad, gas y transporte. Aun así, señalan que el dato confirma la tendencia descendente y que el verdadero desafío será sostenerla en 2026, cuando el Gobierno aspira a cerrar con una inflación cercana o inferior al 20%.

Sebastián Menescaldi, de EcoGo, estimó para noviembre un incremento del 2,4%. Según explicó, "el salto en carnes y los ajustes en servicios públicos y transporte, sumados al impacto del combustible, explican la mayor presión inflacionaria del mes". Aunque reconoce que no se volvió a perforar el 2% -y no espera que eso ocurra en diciembre-, proyecta que 2025 terminará en torno al 31%, "el valor más bajo desde 2017".

En lo que va del año, el IPC solo se ubicó por debajo del 2% en cuatro oportunidades: 1,5% en mayo, 1,6% en junio y 1,9% tanto en julio como en agosto.

Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, anticipa un número similar para noviembre: 2,4%, con una leve aceleración. Sostiene que las décimas extra que se observan desde septiembre están asociadas a la depreciación del peso iniciada a mediados de año, un efecto que continuará en los meses siguientes. Con todo, coincide en que 2025 cerrará con la menor inflación desde 2017 y proyecta que, con mayor estabilidad cambiaria, 2026 podría ubicarse cerca del 16%.

En Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina también prevé un dato para noviembre igual o ligeramente superior al 2,3% de octubre, traccionado por el salto de la carne vacuna y por varios precios regulados que se movieron tras las elecciones. Su proyección para el cierre del año se ubica un poco por encima del 30%.

Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, también midió un 2,4% para noviembre y advirtió que la carne seguirá condicionando el dato de diciembre. "Es un rubro con un peso muy alto y explica buena parte de la aceleración del mes", señaló. Su consultora prevé una inflación anual cercana al 30%.

Desde Analytica, la estimación es de 2,3% para noviembre y un leve retroceso en diciembre, lo que permitiría cerrar el año alrededor del 30%. Su director, Claudio Caprarulo, considera el resultado como un avance significativo, especialmente tras un año marcado por tensiones cambiarias y financieras, un nuevo acuerdo con el FMI y asistencia del Tesoro estadounidense. Según indicó, la desinflación acerca la variación anual a los promedios observados entre 2010 y 2017.

Para la consultora LCG, noviembre habría cerrado con una inflación del 2,3%, impulsada por un incremento promedio del 3,3% en alimentos y bebidas, que solo en ese rubro aporta casi un punto al IPC del mes. También incidieron los aumentos de regulados, que sumarían cerca de medio punto. Hacia diciembre esperan un 2,5%, propio de la estacionalidad de fin de año y del impacto del aguinaldo en el consumo. Con ello, la inflación anual pasaría de 117,8% en 2024 a 30,9% en 2025, el valor más bajo en siete años.

Empiria, por su parte, proyecta un 2,3% para noviembre y una inflación anual del 30%. Su economista Mateo Borenstein remarcó que la variación interanual será la menor desde diciembre de 2017. Además, sostuvo que el proceso continuará en 2026 gracias a la combinación de disciplina fiscal, contracción monetaria y apertura comercial. Para el próximo año, advirtió, el Gobierno deberá optar entre una desinflación más rápida o un mayor crecimiento económico, dada la tensión entre ambas trayectorias.

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