Destrozos del "UUD"

Escándalo en el Colegio Santa María: padres exigen anular sanciones masivas y amenazan con acciones legales

Más de 140 alumnos de 5° año fueron castigados con 20 amonestaciones luego de que una protesta por la prohibición del Último Último Día (UUD) derivara en vandalismo. La institución defendió las medidas disciplinarias como una respuesta "pedagógica", mientras que los padres denuncian una sanción "desproporcionada e injusta" que ignora la responsabilidad individual y es producto de una "inflexibilidad" previa del colegio.

La tensión escaló en el Colegio Universitario Santa María dependiente de la Universidad Champagnat, tras los graves disturbios ocurridos el pasado jueves 27 de noviembre. Un grupo de más de 140 alumnos de 5° año protagonizó destrozos en la escuela, lo que motivó una respuesta institucional severa que ahora está en el centro de un conflicto con las familias.

Según reportes, el incidente se desencadenó cuando los alumnos, en el contexto de la celebración del último día de clases (UUD), solicitaron a las autoridades tener libre el día siguiente (viernes). Ante la negativa institucional a conceder el ausentismo, el descontento se transformó en una protesta desbordada.

La manifestación culminó en un acto de vandalismo que incluyó:

-Destrozos materiales en aulas y mobiliario.

-Lanzamiento masivo de hojas y material de estudio.

-Daños a producciones académicas de estudiantes universitarios en el mismo predio.

-Entonación de cánticos ofensivos e insultos dirigidos al director y al equipo directivo.

-Una notoria negativa a acatar las indicaciones de las autoridades.

La respuesta del colegio: sanción colectiva y reparación

En respuesta a lo que calificó como "conductas disruptivas" y en apego al Reglamento de Convivencia y Disciplina, el colegio aplicó a los más de 140 alumnos involucrados la máxima sanción: 20 amonestaciones cada uno. Esta medida implica que los estudiantes quedan automáticamente "libres", obligándolos a rendir la totalidad de las asignaturas en el ciclo complementario, poniendo en riesgo la finalización de su ciclo lectivo.

La institución estableció, no obstante, un riguroso plan intensivo de reparación de daños y reflexión. Solo si los alumnos cumplen con tareas de limpieza, ambientación de espacios, proyectos de convivencia, y asisten a talleres de recapacitación con puntualidad y uniforme estricto, las amonestaciones podrían reducirse a 14. Además, las familias deberán afrontar la totalidad del costo de los daños materiales.

Reclamo de padres: "sanción desproporcionada"

Este miércoles 3 de diciembre, un numeroso grupo de padres se presentó en el colegio para exigir la revisión y anulación de la medida. Aunque reconocieron que la conducta de los estudiantes "no estuvo bien", el reclamo central es la aplicación de una sanción colectiva que consideran "desproporcionada e injusta". "No fueron todos los estudiantes los que realizaron los destrozos, sin embargo, el perjuicio fue para todos y ni siquiera los dejaron terminar su ciclo lectivo. Los chicos esta semana tenían que rendir materias y no los dejaron, eso no es legal", expresó una madre que prefirió resguardar su identidad.

Acusaciones de inflexibilidad institucional

Los padres señalaron que la explosión de los jóvenes es consecuencia de una "postura rígida" y una supuesta falta de "calidad humana" por parte de la conducción del colegio:

Prohibiciones Previas: Mencionaron que a los alumnos se les negó la posibilidad de celebrar el Día del Estudiante (imponiéndoles una maratón) y que a un curso se le prohibió presentar sus buzos de egresados, calificándolos de "estudiantes rebeldes".

Críticas al Trato: "Desde lo humano, el colegio deja mucho que desear. No hay diálogo, no hay escucha, hay imposiciones. Queremos que nuestros hijos estudien, no que se los castigue por ser adolescentes", manifestaron.

Además, algunos padres insinuaron que los verdaderos responsables de los daños materiales no fueron sancionados, lo que refuerza su percepción de un castigo injusto para la mayoría.

Vía judicial en el horizonte

Ante la rigidez del colegio, los padres solicitaron una reunión urgente para que las 20 amonestaciones sean "revisadas, modificadas o contextualizadas según cada caso". Advirtieron que, de no haber una reconsideración, "presentaremos recursos de amparo y avanzaremos por la vía legal", al entender que la sanción es demasiado severa y vulnera los derechos de sus hijos a completar el ciclo lectivo.

Mientras los padres aguardan una respuesta oficial, el colegio mantiene la medida disciplinaria, ofreciendo la opción de disminuir las amonestaciones mediante tareas comunitarias y acciones de reparación.

El caso reavivó la discusión sobre los límites de las celebraciones estudiantiles, el papel de las instituciones privadas y la importancia de crear espacios de diálogo que prevengan que las tensiones entre adultos y adolescentes terminen en estallidos como este.

Esta nota habla de: