Informe

Cómo administran su dinero Argentina, Brasil y Chile: coincidencias, riesgos y brechas de aprendizaje

El nuevo estudio global El valor de aprender muestra patrones comunes en los tres países -bajo nivel de conocimientos y fuerte interés por capacitarse-, pero con debilidades específicas: fraude digital en Argentina, escaso ahorro en Brasil y poca resiliencia económica en Chile.

La educación financiera ya no es un tema marginal en América Latina. La inflación persistente, la digitalización acelerada de los servicios financieros y el aumento de las estafas online hicieron que aprender a manejar el dinero sea una demanda cada vez más extendida. Y un informe internacional reciente, "El valor de aprender"- realizado por IPSOS para el Banco Santander-ofrece un diagnóstico comparado de Argentina, Brasil y Chile, basado en una encuesta global con casi 20.000 participantes.

Los resultados muestran patrones comunes -como la confianza excesiva en los propios conocimientos y la escasa formación formal-, pero también diferencias marcadas en los desafíos que enfrenta cada país.

Argentina: el país con mayor exposición al fraude digital

En Argentina, el informe subraya una vulnerabilidad creciente: al 70% de las personas intentaron estafarlas y el 23% fue víctima efectiva.

La digitalización masiva de pagos y servicios bancarios multiplicó los intentos de phishing, suplantaciones de identidad y fraudes por canales electrónicos. En este escenario, la educación financiera funciona como una herramienta de autoprotección básica.

Fondos, bonos y acciones desde los 13: crece la oferta para menores en un mercado que aún no educa 

Los argentinos también muestran fuerte preocupación por la estabilidad económica: 52% declara que su principal meta financiera es "no preocuparse por el dinero", mientras que 29% busca saldar deudas.

A la hora de señalar qué contenidos quisieran haber aprendido en la escuela, destacan inversiones (75%), ahorro (63%), presupuestos (47%) e impuestos (45%).

Brasil: la menor capacidad de ahorro de la región

En Brasil, el problema más evidente no pasa por el fraude sino por la falta de margen para ahorrar. El informe revela que solo una de cada cinco familias brasileñas logra ahorrar, y que la tasa de ahorro promedio del país es de apenas 1,8% del ingreso disponible.

Este estrecho margen condiciona toda la planificación financiera de los hogares y reduce la posibilidad de construir un "colchón" frente a emergencias.

Por eso, entre las áreas que los brasileños desean aprender, sobresalen el ahorro (67%), las inversiones (69%) y los impuestos (55%).

Brasil también encabeza la participación en capacitaciones: 28% de los encuestados realizó algún curso de educación financiera, por encima del promedio global.

Chile: déficit de ahorro de emergencia y baja resiliencia

Chile, con un sistema financiero más robusto que sus vecinos, muestra sin embargo una fragilidad relevante: el 40% no ahorra de manera regular y el 48% no podría sostenerse tres meses con sus ahorros.

Esto implica una baja resiliencia ante shocks económicos, desempleo o situaciones imprevistas. Como en Brasil, los contenidos más demandados son ahorro (66%), inversiones (67%) e impuestos (53%).

Puntos comunes: conocimientos bajos y mucha demanda de aprendizaje

Más allá de las diferencias, los tres países comparten un diagnóstico general:

La mayoría considera que tiene "buena comprensión financiera", pero los resultados objetivos muestran lo contrario.

78% de la población global no recuerda haber recibido educación financiera formal, y América del Sur no es la excepción.

Argentina y Brasil comparten un fenómeno preocupante: 29% de las personas se informa sobre finanzas en redes sociales, un canal donde abunda la desinformación.

El informe también destaca que la población espera que la educación financiera se incorpore desde edades tempranas en la escuela, pero reconoce el rol de bancos, empresas y organizaciones sociales en la formación para adultos.

Los resultados globales

Mientras América del Sur exhibe sus propias vulnerabilidades en materia de educación financiera, el nuevo informe global El valor de aprender también ofrece un panorama revelador sobre el resto de los países analizados -entre ellos España, Estados Unidos, México, Reino Unido, Polonia, Portugal o Colombia-. Aunque cada mercado tiene particularidades económicas y regulatorias, el diagnóstico general es sorprendentemente uniforme: la población cree entender más de finanzas de lo que realmente entiende, y la demanda por aprender crece en todas las edades.

Baja comprensión incluso en mercados más desarrollados

El estudio muestra que la sobreconfianza es un fenómeno global.
A nivel mundial:

61% de las personas afirma estar "bien informada" sobre finanzas.

Pero solo 11% se considera realmente muy informada.

Cuando se miden conocimientos concretos, los errores se multiplican:

Solo 32% respondió correctamente una pregunta básica sobre inflación.

Apenas 52% contestó bien sobre tipos de interés.

El patrón se repite tanto en Europa como en Norteamérica y América Latina, lo que revela que incluso los países con mercados financieros consolidados enfrentan dificultades para transmitir conceptos esenciales.

El uso de herramientas digitales y la brecha generacional

Uno de los rasgos comunes más marcados es la diferencia entre generaciones.
Si bien los adultos jóvenes incorporaron rápidamente billeteras virtuales, pagos online y herramientas de inversión digital, el informe muestra que las personas mayores de 55 años son las que menos confianza tienen en el uso financiero de la tecnología.

A nivel global:

72% se siente "seguro" manejando sus finanzas.

Pero esa cifra cae a 65% cuando se trata de operaciones en línea.

Países europeos como España, Reino Unido y Polonia muestran brechas similares: mayor adopción digital que en décadas anteriores, pero dudas persistentes sobre seguridad.

La búsqueda de información: auge de las redes sociales

Un dato crítico que atraviesa a la mayoría de los países estudiados es el crecimiento del uso de redes sociales como fuente financiera.
A nivel global, el 29% obtiene información sobre dinero a través de redes, una conducta que se repite especialmente en México, EE.UU., España, Reino Unido y Colombia.

La consecuencia, advierte el informe, es que millones de personas toman decisiones sensibles influenciadas por contenido no verificado, recomendaciones de influencers y estrategias de marketing disimuladas como "consejos".

Educación financiera formal: una deuda mundial

El informe revela que la mayoría de los países no incorporó de manera sistemática la educación financiera en la escuela.
A nivel global:

78% de las personas no recuerda haber recibido educación financiera formal.

Solo 20% hizo alguna vez un curso.

En Europa la situación no es muy distinta: aunque algunos países avanzaron en integrar contenidos económicos en la currícula, la implementación sigue siendo irregular. En EE.UU., el acceso depende del estado. En México, Portugal y Polonia, la percepción general es que el aprendizaje llega "demasiado tarde".

Qué quieren aprender: un consenso internacional

Aunque cada país tiene su contexto económico, la encuesta revela un sorprendente acuerdo global sobre los conocimientos más necesarios:

Inversiones (63%)

Ahorro (61%)

Presupuestos (52%)

Impuestos (51%)

En países como España y Reino Unido, el interés por entender pensiones y herramientas de retiro es más fuerte.
En México y Colombia, la preocupación se orienta hacia el ahorro y el control del presupuesto familiar.
En EE.UU., la población pide más contenidos vinculados al crédito y al endeudamiento.

España como ejemplo: alto interés adulto en formarse

Uno de los datos destacados del informe es que el 73% de los españoles afirma que le gustaría realizar un curso de educación financiera.

Es un indicio claro de que la demanda no se limita a estudiantes: los adultos también buscan respuestas ante un escenario económico más volátil, inflación persistente y mayor digitalización bancaria.

Un desafío global que trasciende nivel de ingresos y madurez financiera

El documento concluye que la educación financiera es un desafío transversal que afecta tanto a países con economías desarrolladas como a los que enfrentan mayores dificultades estructurales. 

Sobreconfianza en conocimientos que no siempre son sólidos.

Baja exposición a educación formal.

Fuerte interés social por aprender.

Riesgos crecientes ligados a la digitalización.

Ausencia de una estrategia coordinada entre escuelas, bancos, instituciones públicas y empresas.

La conclusión del informe es contundente: el problema de la educación financiera no es regional, sino global, y avanzar hacia una ciudadanía más preparada requiere políticas consistentes, accesibles y sostenidas en el tiempo.

Esta nota habla de: