Estudiar cambia vidas: el valor social de las segundas oportunidades
Mientras un tercio de los trabajadores mendocinos no terminó la escuela media, programas como los CENS y los CEPAS buscan articular terminalidad educativa, formación profesional y empleo, con un mensaje claro: la igualdad de oportunidades también se construye en la adultez.
Nuestro país y nuestra provincia tienen una identidad construida muy fuerte en torno a la educación pública y las oportunidades que brinda para igualar la sociedad. Sin embargo, hay una dimensión que suele quedar fuera del centro del debate público, pero es justo en ella donde se encuentra la segunda gran oportunidad para cientos de mendocinos que buscan terminar sus estudios. Hablar sobre educación de adultos, es hablar de movilidad ascendente, dignidad y financiamiento educativo necesario.
En ese sentido, en Mendoza se viene dando pasos importantes con un objetivo claro: reducir el porcentaje de trabajadores mendocinos con secundario incompleto, 33%, mediante trayectos que articulan escuela, oficio y empleo
Hoy se cuenta con CENS (Centros Educativos de Nivel Secundario), que permiten terminar la secundaria en modalidad a distancia y presencial, con una propuesta flexible, modular y basada en capacidades, que reconoce que no todos los estudiantes avanzan al mismo ritmo y que muchos deben combinar estudio con trabajo y responsabilidades familiares.
A estos se suman los nuevos CEPAS, (Centros de Educación Profesional para Adultos de Nivel Secundario), una estructura institucional que combina la terminalidad educativa de secundaria con formación técnico-profesional especializada en algún área. Gastronomía, Informática, Diseño Multimedia o Turismo son algunos de los programas, pensados para mayores de 20 años, con foco en la formación práctica y titulación con validez nacional.
Ejemplos que derriban barreras
Detrás de estas políticas hay un mensaje simple: la educación es un derecho que no caduca con la edad.
Recientemente, tres historias ampliamente difundidas en redes sociales llegaron para recordar y poner sobre la mesa esta verdad con una potencia inesperada.
El arquero campeón del mundo Ubaldo "Pato" Fillol volvió al colegio a los 75 años y aprobó Geografía con un 10, luego de meses de preparación, demostrando que el deseo de aprender no tiene fecha de vencimiento. L-Gante, en paralelo, anunció que retomará el secundario a través del plan de terminalidad educativa, e invitó públicamente a otros a seguir el mismo camino, reconociendo que terminar los estudios es también un acto de futuro, de cuidado y de proyecto personal. Trueno, por su parte, contó que debe siete materias del secundario y aceptó la propuesta del periodista Mario Pergolini de acompañarlo a terminarlas, dejando un mensaje fuerte para sus seguidores: no importa la trayectoria profesional alcanzada, cerrar la etapa escolar sigue siendo una prioridad y un orgullo pendiente
Estos casos no son excepciones: son recordatorios, individuales y colectivos. En primer término, es un recordatorio de que la terminalidad educativa no distingue edades, territorios ni biografías. Es posible, hay herramientas y voluntades para acompañar. Y en segundo lugar, es un recordatorio colectivo, para que como sociedad se valoren las segundas oportunidades y la diversidad de trayectorias que podemos encontrar en nuestro sistema.
Una decisión clave para el crecimiento y la equidad
Cada uno de los actores que conforman el entramado social, económico y político debe tener claro que profundizar en iniciativas como la de los CENS, CEPAS y cualquier otro programa, es una decisión estratégica. El desarrollo demanda de una ciudadanía formada, los empleos de calidad requieren de ciertas calificaciones, y la igualdad de oportunidades demanda de un Estado presente en lo que realmente importa.
Mendoza tiene claro el desafío de sostener y expandir esta red. Acompañar a quienes estudian de noche después de trabajar, a quienes vuelven a tomar un libro después de un tiempo, a quienes sienten que finalizar el secundario puede abrirles una puerta laboral que hoy ven cerrada, más aún con la salida técnica focalizada.. La sociedad mendocina debería mirar estas trayectorias con mayor reconocimiento y valor social. Porque, una sociedad que invierte en segundas oportunidades no está corrigiendo el pasado: está construyendo futuro.
Para inscribirte.
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