Cuáles son los riesgos por la actividad registrada en el volcán Planchón Peteroa

El director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica Sebastián García explicó lo que implica la actividad sísmica en el volcán Planchón Peteroa y que ahora se encuentre en alerta amarilla.

Tenés que saberlo
Gabriel Conte, Ana Martínez, Ariel Fernández, Julián Chabert y Rodrigo Galdeano y sus personajes. En 92.1 de Radio Post

En los últimos días, el Servicio Geológico y Minero Argentino (Segemar) monitoreó un aumento en la actividad sísmica del volcán Planchón Peteroa ubicado en el departamento de Malargüe, en el límite con Chile, emitiendo una alerta amarilla por dichos eventos. El director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica Sebastián García habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a las implicancias de este fenómeno en el sur mendocino.

"Normal no es, pero en principio aquellos que estén yendo a Las Leñas pueden ir tranquilos a disfrutar de la nieve y de ese hermoso paisaje que sin lugar a dudas no hay un escenario en la actualidad que reviste que una erupción sea inminente. Lo que ocurre es que hoy día, a partir de que el volcán se encuentra monitoreado 24-7 a ambos lados de la cordillera, nos permite tener un nivel de seguimiento muy al detalle y el volcán desde el 10 de julio ha presentado un cambio en su actividad sísmica, mayormente un aumento en la cantidad de eventos sísmicos, osea movimientos de fluido", explicó García.

El especialista explicó que en muchos volcanes cuando el magma interactúa con aguas calientes de termas cercanas y gases de profundidad, se generan señales de que podría ocurrir un proceso eruptivo: "En la última erupción, que fue en 2018, el primer cambio de alerta y los primeros indicios ocurrieron a comienzos de 2016. Son procesos largos entre que finalmente ocurre, que muchas veces tampoco termina ocurriendo. La única forma de poder saber esto es a través del monitoreo continuo e ir aumentando. Hoy día, el alerta técnica amarilla lo que implica es que el volcán está por encima de su nivel de base de actividad de monitoreo y que es el momento de que empecemos a trabajar en la difusión, en empezar a prepararnos, cosa de que si el día de mañana se decide finalmente hacer algo o no, sepamos qué hay que hacer, sepamos cómo prepararnos, sepamos cuál podrían ser las zonas potencialmente afectadas, por qué motivo, no es lo mismo un escenario en invierno que un escenario en verano, esto es simplemente para informarse, no para alarmarse".

El director del OAVV detalló que el volcán se encuentra a los pies del paso fronterizo Vergara, el cual se encuentra habilitado en verano: "Cambia mucho el escenario entre verano e invierno. En verano tenemos este paso internacional habilitado, con un puesto de gendarmería, con todas las comunidades rurales que tienen las veranadas en el verano, que si cayera ceniza podría afectar a los animales; o un escenario completamente distinto en invierno que tenemos los centros de esquí. Hoy en día a los pies de este volcán está el nuevo centro de esquí El Azufre, que hoy está con gente. Estamos en permanente comunicación con las autoridades de protección civil de la localidad de Malargüe, de la provincia y ellos están en comunicación con ellos para mantenerlos informados si eventualmente la actividad pudiera escalar, que ellos sean de primera mano los que puedan saberlo y tomar las medidas que correspondan al respecto".

García comentó que el volcán está muy estudiado y que se encuentra en el puesto 2 del ránking de riesgo volcánico a nivel nacional y que la última erupción en el país fue de ese volcán: "Fue en 2018, después tuvo en 2010 y en 1991. Por lo general es un volcán que no genera grandes erupciones, pero sí genera erupciones que generalmente afectan por ceniza volcánica en Argentina. Hacia Chile el escenario es distinto, porque puede por derretimiento de la nieve generarse estos flujos de lodo que llamamos lahares, que básicamente es cuando ocurre la erupción, se derrite la nieve o parte del glaciar que tiene en la superficie, que ya le queda bastante poco, y baja este aluvión de rocas. Pero esa afectación es más que nada hacia territorio chileno, hacia territorio argentino eso ocurriría pero en el sector más cercano al volcán, la zona que está en los primeros 8 o 10 kilómetros".

En esa línea, explicó que las poblaciones argentinas más cercanas (Las Loicas, Bardas Blancas, Malargüe) se encuentran a casi 100 kilómetros: "En 1991 cayó un poco de ceniza en Malargüe, en la erupción del 2010 cayó un poco en Las Loicas y un poquito en Las Leñas y la de 2018 fue más pequeña y solamente afectó las comunidades rurales en las inmediaciones del volcán".

Beneficios para el suelo, turismo y precauciones

El director del OAVV comentó que estos fenómenos, más allá de sus consecuencias en el corto plazo, terminan siendo beneficiosos para el suelo: "Gran parte de los suelos fértiles que tenemos en la pampa es gracias a la ceniza volcánica. Hubo una erupción muy grande en 1991 en la Patagonia y tapó de cenizas por completo una localidad llamada Los Antiguos. Hoy las mejores cerezas del país salen de Los Antiguos. Salió de ahí producto de que la ceniza volcánica tiene nutrientes y un montón de cuestiones, obviamente en el largo plazo. Respecto al turismo es muy común la convivencia entre el turismo y los volcanes porque obviamente atrae. En Hawái uno puede ir y mirar las erupciones volcánicas a una distancia con unas imágenes espectaculares, pero es muy importante hacerlo de forma segura. Por eso es importante entender qué es lo que el volcán podría hacer".

Además, García explicó que, si bien hay formas de protegerse muy sencillas, si uno se encuentra en el cráter de un volcán en el momento de una erupción muy pequeña, corre riesgo su vida: "Por eso nosotros sugerimos en el caso del Planchón Peteroa, que sabemos que hay mucha gente que en verano hace ascensos porque es un lugar increíble, intentar no hacerlo porque una pequeña explosión que la red de monitoreo no nos va a dar un aviso podría poner en riesgo la vida de esas personas. O si estuvieran esquiando, que no lo hagan sobre la ladera del volcán, sino en las laderas que estén un poco más alejadas, de manera que estas pequeñas explosiones, que tal vez no las podemos identificar, no pongan en riesgo la vida de las personas, que es nuestra principal preocupación".

A su vez, explicó que en la cercanía una persona también puede verse afectada por los gases tóxicos: "Nosotros cuando subimos a los cráteres de los volcanes a tomar muestras de los gases, salimos con equipamiento de seguridad especial, con máscaras con filtros de gases, con un montón de medidas que desde luego una persona que hace montañismo no cuenta con esas medidas de seguridad. Además, nosotros estamos en permanente comunicación y en casos de alto riesgo, no nos acercamos porque sabemos al riesgo al cual no debemos exponernos".

La actualidad del Tupungatito y otros volcanes de la zona

Por otro lado, el especialista comentó que el volcán Tupungatito se ha calmado tras dar algunas muestras de alerta en el último tiempo, aunque advirtió acerca de otra zona volcánica ubicada más al sur: "El que nos tiene un poco en vilo es un poquito más al sur de El Planchón Peteroa, para mucha gente tal vez muy desconocido, que es la Laguna del Maule. Hoy a la mañana tuvimos dos enjambres sísmicos, es un volcán que tiene mucha actividad sísmica. Por el momento está en alerta técnica verde, pero obviamente estamos en constante monitoreo y control de esta actividad. El Tupungatito por suerte desde marzo que tuvimos ese enjambre sísmico, ha disminuido su actividad y no hemos visto otro indicio que pudiera indicarnos que la actividad está escalando".

Además, explicó que más allá del trabajo que se realiza, el monitoreo es día a día: "Yo siempre hago una analogía como cuando uno va al médico: uno va al médico y le dice ‘tenés el colesterol alto, tenés los triglicéridos, empezá a comer un poco menos y venime a ver en una semana', no te dice que te va a dar un infarto mañana a las 3 de la tarde. Esto es más o menos así, nosotros somos como los médicos de los volcanes que vamos siguiendo cómo está funcionando su comportamiento".

Finalmente, García diferenció entre el peligro y el riesgo volcánico: "Ellos están ahí hace millones de años, mientras que nosotros somos los que nos acercamos hacia ese tipo de fenómenos y eso es lo que aumenta el riesgo, es que hay poblaciones o infraestructuras o un paso internacional al lado de una situación peligrosa. Es como construir al lado de un embalse, un lago o lo que sea: es muy lindo, los volcanes tienen un paisaje hermoso, pero si hay una inundación, si hay una erupción volcánica, uno pone en riesgo la vida de las personas y por eso la importancia de poder trabajar en el ordenamiento territorial, en la planificación de emergencias, que existan los planes".

Además, señaló la suerte de que hoy existan dichos instrumentos de medición que permiten las alertas tempranas: "Si el día de mañana nosotros decimos ‘es alerta roja', y la gente no sabe qué puede pasar, puede ser una situación mucho peor. Por eso es el momento ahora, donde estamos en un tiempo de calma y nos está dando meses de anticipación, para prepararnos, informarnos y no alarmarnos y asustarnos", concluyó García.



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