"Sólo chicas": un encuentro con Charly García

En el día del cumpleaños de Charly García, rescato un recuerdo de su última vez en Mendoza como un regalo del maestro, además de su música. Escribe Laura Rombolí.

Laura Romboli

"Sólo chicas" Esa fue la voluntad de Charly cuando terminó su breve recital en la provincia de San Juan. Si, teníamos por esos años la costumbre de viajar hasta allá, para disfrutar de un show sin problemas, como una buena previa al caos que -fácil de adivinar- se desataba una vez que pisaba tierra mendocina.

Y me mandé. La carpa, en su papel de camarín, alojaba un sillón blanco en el centro y como centro de atracción; algo inútil porque Charly sentado allí era el imán que, con solo mirarte, te succionaba apenas pasabas la espalda del patovica el que -después de hacer una mueca, como oliendo un perfume distinto- se corría para que entraran, nosotras, las permitidas.

Me quedé petrificada; alcancé a dar unos pasos y sentí que la mirada de García me detuvo, la que nunca encontré debajo del escenario.

"Sólo chicas": un encuentro con Charly García

Ahora sí, me estaba mirando.

Pero no pude retener su mirada. Apenas un murmullo de una admiradora y se distrajo para siempre.

Y ahí estaba, tan cerca de Charly como de la revolución. Él, en silencio, sentado en el medio de un sillón con un montón de chicas sollozando.

Salí y conté, como testigo de una escena dudosa, lo que había visto tratando de mantener la emoción y el misterio de los marginados que quedaron bajo el cielo sanjuanino, ansiosos por saber los detalles.

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Luego regresamos a Mendoza a esperar el día. El maestro nos había dado ya algunas señales que esta gira para él era distinta. Y si el viento norte anunciaba la tormenta, acá se cumplía.

¿El final? anunciado: escándalo en un hotel (al que nadie le hizo una canción) para quedar internado en una clínica y seguir su diagnóstico por televisión.

Charly fue a recuperar su vida a una quinta y a mí me quedó ese momento, un instante, extraño, breve, cercano. Lo guardé tanto que casi lo olvido. Pero hoy, en su cumpleaños, tuve ganas de recordarlo.

Como una manera de creer -siempre- que alguien en el mundo piensa en mí.
¡Feliz cumple Charly