Mendoza Este y la conexión Chuquisaca

El historiador Pablo Lacoste da cuenta, en esta nota, de las perspectivas de vinculación del Este de Mendoza con un epicentro histórico: Sucre.

Pablo Lacoste
Pablo Lacoste - académico USACH. Proyecto ANID - ATE 220008

Dentro de la estrategia del clúster turístico Mendoza Este, de construir alianzas con otros territorios de la región, con vistas a consolidar la Red Iberoamericana de Turismo Eco-Cultural, se ha puesto en marcha la conexión Chuquisaca, territorio de singular belleza y atractivo, con el cual se espera formar una alianza estratégica de alto potencial.

La ciudad de Sucre, capital del departamento de Chuquisaca, parece salida de un cuento de Las Mil y Una Noches. Se destaca por su patrimonio arquitectónico, con sus coloridos techos cubiertos por tejas árabes, sus torres blancas, sus balcones y sus rejas de hierro forjado. Las columnas y arcos del convento de Santa Clara recuerdan la mezquita de Córdoba. 

¿De dónde salieron los arquitectos, alarifes, oficiales albañiles, maestros herreros y carpinteros que realizaron esta maravilla?


Torre de la catedral de Sucre y los tejados de los edificios de la ciudad.

Torre de la catedral de Sucre y los tejados de los edificios de la ciudad.

La Casa de la Libertad está intacta; guarda la primera bandera argentina, junto a mil secretos. En sus patios y recintos resuenan todavía los sonidos de los pasos perdidos, de aquellos héroes de la independencia: Bernardo de Monteagudo, Manuel Belgrano, Sucre, Bolívar y tantos otros. Este lugar fue el corazón político e intelectual de América Latina en 1825. Bolívar recibió allí al general Alvear, quien viajó desde Buenos Aires para coordinar acciones en la guerra de Argentina y Brasil, lo cual condujo a la victoria de Ituzaingó.

Allí se forjaron las ideas de Bolívar, reflejadas en sus cartas personales, en las cuales expresó que el futuro de Bolivia estaba íntimamente ligado a sus vecinos del Cono Sur, particularmente Argentina y Chile. Basta leer las 2.500 cartas que Bolívar para descubrir ese legado.

La ciudad tiene embajadas culturales como el Museo del Tesoro, el Museo del Chocolate (de Para Ti) y La Singanería. Funcionan como vórtices que permiten traspasar de dimensión, para conectarse con la profundidad de la cultura del territorio.

El patrimonio gastronómico tiene su tríada emblemática: la Salteña, el bombón chuquisaqueño y el chorizo chuquisaqueño. La Salteña es la tradicional empanada nacional que debe su nombre a las mujeres de la ciudad argentina de Salta, que se instalaron en el territorio en tiempos de independencia y guerras civiles, y se dedicaron a preparar y comercializar este producto, elaborado inicialmente en Potosí. Los expertos estiman que la Salteña tomó su nombre en la década de 1830; muy probablemente, esa denominación nació en Sucre; fue conocida por la élite nacional que se reunía en la capital del país, y desde allí llevó este producto cultural a todos los departamentos, convirtiéndolo en símbolo de la gastronomía nacional. El chorizo chuquisaqueño recuerda a su producto hermano, la longaniza de Chillán, tema de la película Denominación de Origen, gran éxito en los cines de Chile hoy. El bombón chuquisaqueño es un emergente de la identidad de Sucre como capital nacional del chocolate, tal como explica el libro de Gastón Solares.

El Cajón de Los Cintis, rodeado de montañas, exhibe sus Haciendas Virreinales, testigos vivientes de la aristocracia vitivinícola del Imperio Español en América. Allí se encuentra intacto el equipamiento y las instalaciones de los viticultores de los siglos XVI, XVII y XVIII, que formaron la matriz cultural de la cultura de la vid y el vino, que luego se expandió al Cono Sur y sentó las bases para el despegue de las grandes potencias vitivinícolas regionales de Argentina y Chile. Se trata de un patrimonio único, que incluye lagares de piedra canteada, cántaros y falcas centenarias, rodeados por muros de piedra labrada de cuatro metros de altura, con bóvedas de cañón, realizados por los mejores arquitectos y maestros oficiales de cantería, carpintería y herrería del imperio español, que entonces representaba la primera potencia mundial. Los artistas han comenzado a visibilizar este patrimonio singular, a través de los murales artísticos de los pueblitos del Cañón de Cintis.

Recorrer Sucre y Los Cintis es una experiencia única. Más emocionante que ir a Francia, España, Italia y otros países de Europa. Lo que no se entiende es por qué no hay turistas. Algo hemos hecho mal para que este maravilloso patrimonio permanezca en la invisibilidad.

Lagar de piedra de Hacienda Virreinal La Caldera, Villa Abecia, Cañón de Los Cintis, Chuquisaca.

Lagar de piedra de Hacienda Virreinal La Caldera, Villa Abecia, Cañón de Los Cintis, Chuquisaca.

Varias empresas de Chuquisaca han comenzado a vincularse con vistas a formar un cluster de turismo eco-cultural y establecer lazos con el cluster de Mendoza Este y sus aliados de la red Iberoamericana de Turismo Eco Cultural. Los delegados de ambos territorios se encontrarán en el Simposio de Santiago, prevista para fines de setiembre. Allí se realizarán rondas de consultas para diseñar estrategias conjuntas de desarrollo turístico.



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