Teatro Independencia: el espacio cultural más importante cumple 100 años

Declarado Monumento Histórico Nacional, el teatro ofrece un valor arquitectónico, histórico y cultural que lo convierte en el escenario más emblemático de la provincia. Escribe Laura Rombolí.

Laura Romboli

Durante muchos años trabajé como encargada de prensa de espectáculos y de artistas. Muchos de esos eventos se realizaron en el Teatro Independencia. Por el oficio, siempre sentí un cariño especial por ese lugar y -ahora que lo pienso- durante todo ese tiempo fui una promotora entusiasta de lo que tantas veces, cuando nos cansamos de nombrarlo, llamamos simplemente "la sala mayor de Mendoza".

Numerosos artistas sienten un respeto profundo por ese espacio y, ni hablar, quienes llegan desde afuera. He comprobado el honor que han sentido grandes figuras nacionales e internacionales al pisar ese escenario y ofrecer su talento ante un público prestigioso. Eso provoca el Independencia: una mezcla de emoción, historia y pertenencia que atraviesa a quienes lo conocen.

El próximo 18 de noviembre, ese edificio tan arraigado en la memoria cultural de la provincia cumple 100 años. Con motivo del aniversario, la Subsecretaría de Cultura organizó una visita para los medios de comunicación con el fin de compartir detalles sobre su historia, su presente y su detrás de escena. Una oportunidad para redescubrir un lugar que conocemos desde siempre.

Teatro Independencia: el espacio cultural más importante cumple 100 años

Una vez ubicados en el hall central funcionarios y periodistas comenzó la charla con las palabras iniciales del subsecretario Diego Gareca. Luego, guiados por Cristina Sonego -directora de Patrimonio de la provincia- iniciamos un recorrido por la historia y los datos clave que vale la pena recordar.

Durante los primeros dos años desde su inauguración se proyectaban películas con el acompañamiento de una orquesta en vivo. En 1930 se habilitó la primera sala de cine sonoro de Mendoza y, en 1944, el teatro pasó por su primera remodelación de las cuatro que tuvo en total.

Luego, la funcionaria, habló sobre las columnas y el estilo francés de la construcción y, mientras la escuchaba, me permití viajar mentalmente a aquella época, a una Mendoza que comenzaba a crecer y a escribir su identidad.

Teatro Independencia: el espacio cultural más importante cumple 100 años

Ya en el primer piso, al que se accede por una escalinata de mármol imponente, nos encontramos con un balcón circular que, por un instante, imaginé como una hoguera ritual en honor a los dioses. Allí la historia continuó, pero esta vez en la voz del profesor Gustavo Capone. Con sus conocimientos y su alocución tan especial, el historiador nos trasladó sin preámbulos al inicio del siglo XX, cuando Mendoza era un punto de paso obligado para quienes viajaban de Buenos Aires a Santiago de Chile. Ese flujo constante convirtió a la provincia en un espacio turístico y comercial en plena expansión.

Capone también habló del miedo de una ciudad que aún se reconstruía después del terremoto de 1861, y de la decisión de levantar un lugar donde quienes llegaran pudieran divertirse, descansar y recrearse, además de promover el desarrollo cultural. Con ese contexto en mente, todos avanzamos hacia la sala principal.

La sala estaba completamente iluminada. El telón rojo aterciopelado, con detalles dorados, imponía su presencia con elegancia. Sobre el escenario, el Steinway brillaba como una joya; ese piano con el que tantos músicos cumplieron el sueño de tocar en la sala mayor. Las 650 butacas, tapizadas también en rojo, lucían impecables. La platea, los tres palcos y el piso de madera brillaban bajo la imponente lámpara central, una estructura de 400 kilos que formó parte de los detalles que nos ofreció Viviana Beinat, directora del teatro.

Avanzamos hacia el escenario y, una vez allí, la periodista cultural Patricia Slukich continuó con el relato. Habló del acervo histórico, sociológico, político y cultural del Independencia, reconstruyendo su significado a través de las obras y encuentros que marcaron épocas. Su entusiasmo despertó aún más ganas de profundizar en esa memoria que cada tabla del escenario parece guardar. Pero todo eso estará publicado en un libro que está escribiendo junto a Capone sobre la historia del teatro en sus 100 años.

Tras recorrer el escenario, ingresamos a lo que para el espectador común suele ser desconocido: los camarines. Hay tres junto al escenario y diez en el primer piso. En el pasillo que los conecta, los cuadros y los nombres en cada puerta funcionan como pequeños homenajes a nuestros artistas y la mejor manera de tenerlos presentes.

Luego visitamos las salas donde se dictan talleres y las oficinas y depósito de la Orquesta Filarmónica de Mendoza. Y ya al final del recorrido, llegó el anuncio: se organizarán visitas guiadas para el público durante todo el año como parte de los festejos por el centenario.

Es absolutamente recomendable realizar estas visitas, porque cada vez que conocemos nuestros lugares y espacios, fortalecemos nuestra identidad.

El Independencia es, posiblemente, el espacio cultural más importante que tenemos y conocerlo, tal vez sea, la mejor forma de cuidarlo.

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