De dónde vienen las tradiciones navideñas: arbolito, pesebre y comidas típicas de la época
José Jorge Chade, escritor, docente y presidente Fundación Bologna, contó acerca del origen de algunos de los clásicos más importantes de la Navidad y cómo se han transmitido a través de las generaciones.
El 8 de diciembre es, además del día de la Inmaculada Concepción, el día en el que comienzan las tradiciones navideñas con los adornos y el armado del arbolito. José Jorge Chade, docente y presidente de la Fundación Bologna, habló en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a algunos de los clásicos más importantes de la época navideña.
"El arbolito empezó como algo pagano en una zona de Estonia, en el norte de Europa. Después poco a poco se fue transformando en cristiano, como cuando se eligió el tipo de pino, el abeto, por la forma triangular de la Santísima Trinidad, y ahí empezó a hacerse cristiano. Hay una serie larga de la historia: en toda Europa lo adoptaron rápidamente, pero durante la dictadura de Mussolini en Italia, se prohibió totalmente el pino, porque para él era pagano, había que usar solamente el pesebre, que era específicamente cristiano. Cuando terminó el gobierno de Mussolini, se volvió a incluir el pino en todo lados", comentó Chade.
El arbolito de Navidad, historia y tradiciones
Además, el docente contó acerca del origen del pesebre, el cual data de la época de San Francisco de Asís: "Cuando volvía de encontrar al sultán de Egipto y de visitar Jerusalén, venía muy cansado y antes de llegar a Asís, frenó en un pueblo y allí había un noble que conocía. Como llegaba la Navidad, le pidió que lo ayude a reproducir lo que había sucedido en Belén. Este señor se encargó de conseguirle el establo, los animales y la noche de Navidad, reprodujo con la gente del pueblo el primer pesebre que fue realmente viviente. Cuenta la leyenda que tenía una estatua de un niño en la mano y cuando dio la bendición y lo elevó, se movió".
A su vez, contó que el primer pesebre construido fue en mármol en el siglo XIII, casi 100 años después del realizado por San Francisco: "Este se conserva siempre en la capilla sixtina, fue hecho específicamente para la basílica de Santa María La Mayor, que es una de las cuatro basílicas principales de Roma, pero después para protegerlo fue trasladado a la capilla sixtina. Pero desde hace algunos años, durante el período navideño, este grupo escultórico vuelve a la basílica de Santa María la Mayor para exponerlo. Anteriormente, hace unos años, se hacía en muchos pueblos en Mendoza el pesebre viviente en la plaza al lado de la iglesia. Eso poco a poco se ha ido perdiendo".
Chade también marcó que la tradición viene transmitiéndose poco a poco pero que el proceso de innovación y de tecnología genera que vaya pasando a ser más comercial que tradicional: "Deberíamos adaptarlo más al período de la estación en la que vivimos: las luces y todo eso es más propio de Europa o Estados Unidos. Como allá es invierno, la noche llega a las 4:30 de la tarde y estimular al pueblo a través de las luces es también para incentivar a comprar".
Además, Chade también comentó el origen de una de las comidas más emblemáticas de la época navideña: el panettone. "Cuentan que en el 1500, Ludóvico el Moro, en el palacio de Milán, da una gran cena en la víspera de Navidad y al cocinero se le quema el postre. Entre toda la gente que había trabajando en la cocina, estaba el panadero de Milán y en la desesperación, dijo ‘yo se hacer un pan muy bueno con frutas'. Ese panadero se llamaba Tony e hizo un pan de frutas que gustó muchísimo. Entonces toda la gente iba a comprar a su panadería ‘el pan de Tony' y quedó el panettone. En Italia hay en cara región uno diferente: en Bologna se llama certosino y es hecho con harina negra y una cantidad de frutas abrillantadas pero enteras, chatito y bien consistente, proteico y calórico (risas)", recordó.
A su vez, el presidente de la Fundación Bologna dejó un receta bien característica esa zona para estas fechas: "En Bologna es típico, para las entradas o los copetines, la espuma de mortadela, que se prepara con crema de leche y ricota. En la licuadora se pone la mortadela cortada en pedacitos, la ricota, la crema y el queso parmesano rallado. Todo eso se licúa y queda una pasta lindísima para poner arriba de brusquetas o tostadas", concluyó.