Un año después, oficializan al reemplazante de Puenzo en el Incaa

Nicolás Batlle se especializó en los talleres internacionales de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) en Cuba.

Luego de que el gobierno nacional echara de su cargo al laureado cineasta Luis Puenzo hace un año, pusieron en su lugar al vicepresidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Nicolás Batlle. Recién hoy se oficializó su designación, con la publicación en el Boletín Oficial del decreto firmado por Alberto Fernández, Agustín Rossi y Tristán Bauer. 

"Con el objetivo de dar atención inmediata a la resolución de los temas urgentes del Instituto, el mismo estará bajo la conducción del Nicolás Batlle como vicepresidente en ejercicio de la presidencia, de acuerdo a lo que indica la Ley de Cine vigente", dijo el año pasado en un texto emitido por el Ministerio de Cultura. Ahora ya es parte oficialmente del Funcionariato.

De 46 años, Batlle es egresado de la carrera de Realización del ex CERC, hoy Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). Se especializó en los talleres internacionales de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) en Cuba. En diciembre de 2019 asumió la vicepresidencia del INCAA.

Por qué echaron a Luis Puenzo, ganador de un Oscar

Luis Puenzo fue cesanteado luego de que creciera la tensión por las críticas a su desempeño al frente del INCAA y ante la marcada disconformidad de la industria del cine con su gestión.

El ministro Bauer mantuvo el martes por la tarde una extensa reunión con Puenzo en el Centro Cultural Kirchner (CCK), y por la noche se dispuso su cese en la función.

Las principales críticas a la dirección de Puenzo, expresadas por distintos sectores de la industria del cine, se resumen en dos puntos: por un lado, la parálisis en la ejecución del presupuesto destinado al fomento del cine nacional y la prolongación del plan de subsidios elaborados durante el gobierno de Mauricio Macri, y por otro, la inacción ante la posible caída de la Ley de Cine, que le garantiza a la industria nacional su autonomía financiera, prevista para el 1 de enero de 2023.

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