El arte topiario: una práctica milenaria y desapercibida en Mendoza

Nuestra provincia está engalanada con arbustos de hermosas formas, flanqueando algunas avenidas del parque San Martín, adornando plazas y casas particulares, gracias a la labor de diestros jardineros. El licenciado Alberto Ripalta nos explicó la rica historia del arte topiario que continúa aplicándose en Mendoza.

- ¿Cuál es su formación?

-Soy fruticultor, enólogo y licenciado en Gestión Ambiental. Me he formado en la restauración de "Jardines Históricos" a través de la cátedra UNESCO de Turismo Cultural, en la Universidad Nacional "3 de febrero".

- ¿Desde cuándo existe el arte topiario en Mendoza?

-Podemos decir sin exagerar que existe desde la época de la colonia. Una sociedad como la mendocina, formada con la cultura de oasis, tiene arraigados saberes de prácticas culturales como el manejo del agua y la poda de leñosas. Cultivamos desde hace cuatro siglos y los primeros españoles como agricultores que eran, conocían y aplicaban domésticamente la topiaria, un saber que se compartía entre criollos e inmigrantes de otras latitudes fundamentalmente de los países del Mediterráneo. En la nueva nación argentina, el surgimiento del estilo neocolonialista profesionalizó este arte y lo popularizó en los jardines de América. Podemos recorrer espléndidos ejemplos en Buenos Aires, como los jardines del Palacio Noel, la casa del arquitecto Martín Noel y el Museo de Arte Español "Enrique Larreta" en el barrio de Belgrano entre otros.

-¿En qué consiste este arte?

- La habilidad del podador en topiaria consiste en conocer el funcionamiento de las yemas en las plantas, que desarrollan flores o brotes y están distribuidas a lo largo de la rama. A su vez, los brotes largos en la punta son los más activos y rápidos al crecer ya que buscan el sol. La poda, quizá la labor cultural agrícola más importante, se utiliza para optimizar la producción y conociendo la función de las yemas. El podador, aficionado o profesional en esta disciplina, se ocupa de podar sabiendo de antemano la respuesta de la planta a cada corte. Ante una forma prevista, corta la rama elegida para que no crezca, lo que provocará un mayor desarrollo de yemas en las otras. Se aumenta así la densidad de hojas en forma redondeada (si es lo que queremos lograr, por ejemplo), mantenimiento a raya los brotes de las puntas, que inmediatamente se activarán para buscar luz.

- ¿Con qué elementos se realiza?

-Es una práctica sencilla pero laboriosa y constante. Lleva unos pocos años formar figuras, el mantenimiento es permanente y la desidia puede terminar con ellas en muy poco tiempo, como ocurre a veces con nuestros espacios verdes. Las herramientas requeridas son modestas: tijeras de cerco y de podar, escaleras y un gorro para el sol son suficientes. Hoy contamos además con la motoguadañadora y no se debe olvidar la previa inspiración o el trabajo de diseño de los paisajistas.

- ¿Qué tipo de plantas son susceptibles de tomar formas ornamentales?

-Las plantas leñosas (árboles y arbustos) de follaje perenne y aquellas con hojas chicas permiten obtener más detalles. Los setos son ideales para adaptarse a una forma sencilla y se utilizan para crear límites, paredes y pantallas verdes. Las plantas topiarias comunes son el boj, el tejo y el ligustro porque tienen hojas pequeñas y follaje denso. Últimamente se utiliza el "ilex crenata", conocido como acebo japonés, porque es resistente a las heladas y tolerante a sequías leves. También y según el diseño, son susceptibles de seguir curiosas formas el laurel, el romero, la hiedra, los cipreses y una planta nativa de Mendoza como la zampa "atriplex nummularia", de color ceniza.

- ¿Hay diferentes tipos de topiarios?

-Claro que sí, los romanos utilizaron topiaria en sus jardines y se los cita en el primer siglo de la era cristiana por Plinio el viejo. Con el arte islámico en la península ibérica, esta práctica fue importante en el desarrollo de jardines y acuñó la frase "topiaria con vocación arquitectónica" para referirse a las estructuras verdes como paredes y formas de arco en los jardines. Por el mar Mediterráneo y como puente entre las Islas Baleares y Sicilia, llegó a la península donde se incorporó al Renacimiento italiano. De allí viajó hacia el norte a Francia, Alemania, Países Bajos e Inglaterra.

A su vez, pueden diferenciarse las figuras utilizadas en estos países. Durante los siglos XVI y XVII, los holandeses proyectaron rulos, flores, mariposas, corazones etc., mientras que Francia desarrolló figuras geométricas puras, como poliedros y conos, dentro de una estricta simetría en el diseño de los jardines. El ejemplo icónico son los hermosísimos del palacio de Versalles realizados por André Le Nôtre. Durante el siglo XVIII el paisajismo inglés desarrolló jardines silvestremente diseñados y durante el XIX, la era victoriana incorporó también topiarios a la estética del paisaje.

-¿Qué ejemplos hay en Mendoza?

-En Mendoza la topiaria doméstica y pública ocupó un espacio importante en las casas de la elite, en los nuevos barrios de la década del cuarenta y en las casas de los contratistas en las fincas. En el Parque General San Martín, muchos recordarán, habían topiarios con figuras de aves y animales en El Rosedal y un enigmático laberinto. Paralelamente a mediados del siglo XX y primera década del XXl surgieron en Mendoza dos obras monumentales: la topiaria del parque del nuevo Museo de Bellas Artes Emiliano Guiñazu - Casa de Fader en Luján de Cuyo y el jardín "Laberinto de Borges" en San Rafael. Hoy podemos ver algunos ejemplos de poliedros en el frente de la Municipalidad de la Capital, perfilando el edificio y el mástil. Recientemente se ha aplicado topiaria en seguridad vial sobre arbustos de zampa en la avenida San Francisco del Monte, bordeando nuestro parque.