¿Los animales tienen emociones y sentimientos?

¿Cuántos de nuestros lectores tienen en su mascota a la que, íntimamente, califican como "la persona no humana que mejor manifiestan su cariño"? Aquí, el Prof. José Jorge Chade se sumerge en lo que académicamente se ha discutido sobre los sentimientos de los animales.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza Dr. en Ciencias de la Educación.

Durante mis estudios e investigaciones sobre las actividades asistidas por animales, es decir aquellas que acompañan procesos educativos y terapéuticos, que realicé en el Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Bologna entre el 1994 y el 2004 rescatamos que la felicidad animal y, sobre todo, una relación feliz entre el hombre y los animales, pueden ser caminos importantes para conocer y, por lo tanto, alcanzar la felicidad humana.

Las emociones están demostrando ser importantes para comprender la felicidad, tanto humana como animal, y se están perfilando las estrechas conexiones entre felicidad y salud.

Las emociones forman parte de nuestra vida hasta tal punto que, hoy en día, muchos estudiosos, como los psicólogos, deben ser capaces de definir el campo y estudiar sus problemas.

Además, recientemente se ha comprendido que la palabra emoción puede aplicarse tanto al mundo humano como al animal.

Los animales y sus emociones

¿Los animales tienen emociones y sentimientos?

Darwin fue el primero en plantear en su libro "La expresión de las emociones en el hombre y en los animales" que el concepto de evolución debería aplicarse no solo al desarrollo de las estructuras físicas, sino también a la evolución de la mente y sus emociones.

Darwin subraya que, a diferencia de los seres humanos, es improbable que los animales basen sus expresiones en convenciones sociales; a partir de muchos de sus estudios, llegó a la conclusión de que existen procesos fundamentales comunes a todos los niveles de desarrollo biológico. Destaca la continuidad entre las emociones de los animales superiores y las del ser humano, aunque centró su atención no en los estados subjetivos, sino en el comportamiento expresivo: las posturas, los gestos y las expresiones faciales, convencido de que a determinados estados de ánimo corresponden determinadas manifestaciones corporales.

Basándose en un trabajo de observación, encontró muchas analogías entre las expresiones de varias especies animales y entre estas y las de los seres humanos; por ejemplo, el aumento aparente del tamaño del cuerpo, asociado a la ira o al miedo, puede observarse en perros, felinos, aves, pero también en muchas otras especies y en el propio ser humano.

Desde el punto de vista de la evolución, las emociones pueden definirse como determinados tipos de comportamiento adaptativo que pueden identificarse en los animales, además de en los seres humanos.

Estos patrones interactivos de adaptación pueden concebirse como prototipos de miedo, ira, aceptación, disgusto, alegría y tristeza.

¿Los animales tienen emociones y sentimientos?

Las sensaciones objetivas que se identifican como emociones son un desarrollo evolutivo tardío, ya que las emociones son adaptaciones complejas e internacionales que deben tener diversas formas de expresión.

Desde el punto de vista evolutivo, las emociones son patrones de adaptación que aumentan las probabilidades de supervivencia del individuo y de la especie. Esta definición tiene en cuenta consideración, sobre todo, a las especies animales, que deben luchar contra una selección natural diaria.

La convicción de que los animales sienten emociones está muy extendida, todas las diferentes sociedades para la protección de los animales se basan en la idea de que los animales pueden sentir dolor y sufrir; por lo tanto, no hay razón para excluir que puedan sentir otros estados, como la ira, el miedo, el dolor, el afecto, el disgusto y el placer.

Aunque muchos filósofos han sostenido que los seres humanos y los animales solo están gobernados por esos dos «amos» gemelos que son el placer y el dolor, cada vez hay más pruebas de que el comportamiento altruista está muy extendido en el reino animal. El comportamiento altruista consiste en ayudar a otra persona o a otro animal. Algunos casos demuestran, por ejemplo, que el delfín, un mamífero con un cerebro más grande que el de un ser humano, acude en ayuda de otros delfines en dificultades (por ejemplo, si quedan atrapados en las redes de los pescadores), o que, en numerosos casos, también han ayudado a nadadores en apuros. Trabajando en la pileta con una familia de delfines pude observar la relación familiar de los mismos, el jefe de familia era quien daba las indicaciones al resto. Cuando entraba en piscina un niño agitado y llorando los delfines le giraban alrededor sin acercarse, cuando el niño se calmaba iniciaban la interacción. En una oportunidad entró en piscina una joven paraplejica e inmediatamente dos de los delfines se acercaron y con sus hocicos le movían las piernas, habían entendido inmediatamente la problemática de la persona.

Los chimpancés y los gorilas observados en estado salvaje han ayudado a animales jóvenes en apuros. A partir de estos ejemplos, y hay muchos otros, es fácil comprender que los animales sienten y, por lo tanto, también tienen emociones.

Se ha observado que atribuir emociones a los animales no es diferente de atribuirles memoria o imaginación.

La presencia de un aparato sensorial similar al del ser humano implica que los animales también tienen sus propias experiencias sensoriales y, además, pueden aprender; este último punto implica que pueden recordar situaciones anteriores y tienen expectativas sobre el futuro. Por lo tanto, se puede afirmar con seguridad que los animales tienen emociones, a pesar de la ausencia de un repertorio verbal para expresar lo que sienten en determinados momentos de su vida.

Es natural preguntarse: "¿Son conscientes de que poseen estas emociones?".

¿Saben los animales que sienten una emoción cuando muestran un comportamiento emocional?

¿Los animales tienen emociones y sentimientos?

Griffin, zoólogo, aborda este problema exponiendo su opinión, que es que tienen lugar «conversaciones» entre miembros de una especie determinada, y que los animales tienen experiencias mentales y comunicativas con una intención consciente; a partir de experiencias con chimpancés, cuando los investigadores les ponían color rojo en el hocico, estos mostraban una atención mucho mayor por esa zona.

Griffin deduce que, por lo tanto, existe una «autoconciencia», ya que este fenómeno de autorreconocimiento lleva implícitamente al fenómeno de la autoconciencia.

Se reconocen inmediatamente como actos expresivos los actos de cualquier tipo que acompañan regularmente a las emociones, entre ellos se encuentran los movimientos de algunas partes del cuerpo, como mover la cola en el caso del perro, levantar las orejas tanto en el gato como en el perro, levantar la cabeza violentamente en el caso del caballo, etc.

¿Los animales tienen emociones y sentimientos?

Todos admiten que los principales actos expresivos del animal son hoy en día innatos o hereditarios, es decir, no se han aprendido en la vida individual. La herencia de la mayoría de nuestros actos expresivos explica por qué tanto entre los hombres como entre los animales se dan los mismos movimientos.

Estamos tan acostumbrados a ver a los animales adultos y a sus crías expresar sus sentimientos de la misma manera, que no nos damos cuenta de lo normal que es que un cachorro mueva la cola cuando está contento, baje las orejas o muestre los colmillos cuando quiere parecer feroz, igual que un perro adulto; o un gatito arquee la espalda y erice el pelo cuando está asustado o enfadado, como haría un gato adulto.

Estos y otros signos expresan sus emociones y estados de ánimo, no son signos universales y, sin embargo, parecen demasiado extendidos en todas las especies animales como para haber sido adquiridos independientemente por todos los animales de tantas razas.

Por todo lo anterior, a la pregunta "¿los animales tienen emociones?", podemos responder que los animales sin duda tienen emociones y sentimientos, afirmación que se basa en el hecho de que el sistema nervioso, en sus características de estructura y funcionamiento, es muy similar al de los mamíferos y, por lo tanto, estos animales y el ser humano tienen las mismas emociones.

Sobre este tema hay dos líneas de investigación científica biológica que están descubriendo el mundo de las emociones humanas y animales. La primera línea de investigación biológica que se ha encontrado con las emociones es la de tipo hormonal, sobre todo en lo que se refiere a la emoción maternal y sexual.

La leche y la lactancia unen a la madre y al recién nacido, por lo que unen a las crías con su madre. La lactancia implica la intervención de muchas hormonas, y sobre todo de la "prolactina", también conocida como hormona materna, porque provoca y condiciona la emoción materna de afecto y amor.

El miedo y la agresividad también están relacionados con estados emocionales y se puede observar que la adrenalina también se ha definido como la hormona de la agresividad, pero también de una emoción intensa como el miedo.

Hoy en día, las emociones, tanto en el mundo animal como en el humano, ocupan un lugar primordial y se plantea la hipótesis de la existencia de un sistema emocional vinculado al sistema de bienestar; en todo esto, los seres humanos y los animales son similares, si no indistinguibles. Algunas experiencias con animales en relación a educación, compañía y asistencia y se las contaré en un próximo artículo.

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