Fortunato Mallimaci: En qué creemos y por qué creemos en algo

El sociólogo Fortunato Mallimaci habló sobre la necesidad humana de creer y realizó un repaso por las diferentes esferas de creencia que atravesamos los seres humanos.

Conte, Martínez y Fernández

Es normal el debate que suele darse en estas fechas sobre en qué creen las personas. El sociólogo Fortunato Mallimaci habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Ariel Fernández Lavilla, en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y analizó la necesidad de creer en algo de las personas.

"Las personas creemos en diversas esferas, campos o lugares: creemos en la economía, creemos en la política, creemos en la familia, creemos sobre las religiones, creemos sobre el amor. Algunos empiezan a decir desde hace cierto tiempo que hay diversas esferas desde las cuales uno cree. Y esas creencias tienen memoria, van hacia atrás. Nuestro equipo ha tratado de especializarse y de conocer un poco más lo que es toda la esfera de lo religioso que tiene que ver con lo sagrado, que tiene que ver con lo trascendente, que tiene que ver con la vida y la muerte, creyendo que estudiando una de esas esferas uno puede comprender un poquito más el resto de la sociedad", señaló Mallimaci.

El sociólogo señaló que es imposible saber todo y que tratan de acercarse a un conocimiento más amplio: "En ese sentido, en los últimos años venimos haciendo en Argentina sobre las creencias religiosas y uno ve algo que se transforma. Si se transforman quiere decir que las personas con las creencias discuten, hablan, racionalizan, se enojan, van y vienen, aunque dentro de unos ciertos marcos históricos desde los cuales uno puede reflexionar".

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En referencia a la Argentina y a América Latina, Mallimaci marcó que hay una presencia muy fuerte de las creencias que vienen del mundo cristiano y católico: "Al mismo tiempo, en las últimas décadas, ha habido todo un intento de dejar espacio a otras creencias que estaban, pero que a veces no eran legítimas, como por ejemplo de pueblos originarios, de las personas que vinieron de otras naciones, del mundo islam, del mundo afro y nos ha dado una diversidad de creencias en la sociedad argentina, mayoritariamente la católica, y la idea de las creencias también del mundo evangélico, y últimamente hay todo otro grupo de gente que cree sin necesidad de las religiones. Este es un poco el panorama".

Frente a ese panorama, el especialista señala que hay un proceso de racionalización en la creencia: "Es decir, cómo nosotros tratamos de explicarnos lo que vivimos: mucha época de magia, los hechiceros, ver los astros, todo esto se sigue, no es que haya desaparecido. Sin embargo, hay una racionalidad más técnica, instrumental, tecnológica, sobre todo en esto que hemos llamado el occidente, que ha creado una historia de esa racionalidad y que creyó que era la única o sigue creyendo que es la única".

En referencia a los sincretismos que se dan, Mallimaci señaló que "hay de todo": "En nuestra encuesta a la hora que le preguntamos ‘en qué cree usted' creen en Jesucristo, en Dios, en la Virgen, en la energía, en los OVNIs, en la suerte, en la malaria, en el diablo, en el Gauchito Gil, la Difunta Correa. Las personas creemos desde diversos universos simbólicos. Algunos son legítimos para exponerlos en el espacio público. Si yo digo ‘yo creo en la brujería' me van a decir que me deje de joder. Uno puede ir viendo los que se han ido legitimando en el largo plazo y aquellos que cada tanto aparecen. Otra cosa es la permanencia: los que investigamos somos un poquito más reacios a eso que aparece de nuevo en las redes".

Por otro lado, señaló que en las creencias históricas siempre se van incorporando cosas: "Van incorporando, van sacando. En el mundo católico, durante la Semana Santa cuando yo era niño no se pasaba música en las radios, solo pasaba música religiosa, no había cine. ¿Quiere decir que desapareció? No, sigue estando, muchísima gente sale de vacaciones y va a Chile, pero por otro lado van al templo, son los días que más cantidad de personas van al templo. Y después lo expresan en el tiempo, que es la otra categoría: mis creencias ¿cómo las fortalezco? Todos los días, que es muy poquita la gente; una vez por semana, más o menos; y cada vez más hay gente que dice ‘yo voy al templo, o le rezo a tal o cual persona, una vez por mes, una vez cada tanto'. Quiere decir que no desapareció, sino que aparece en ciertos momentos".

Además, señaló la trayectoria de vida como un factor determinante: "Todas nuestras encuestas nos dicen que cuando las personas tienen mayor edad se ponen más conservadoras. El tema de la mujer, la diversidad sexual, los más jóvenes están de acuerdo, después van cambiando, otros cuando tienen pareja. La muerte sigue siendo un tema central, sigue siendo un tema que nos perturba y lo que acompaña al otro lado, que es el par, es el sufrimiento. ¿Por qué sufrimos? ¿Por qué nacimos así, porque Dios lo quiere, porque hay un sistema explotador? ¿Ese sufrimiento lo podemos conocer de antes? ¿Hay alguien que el destino le dice que está predestinado? La predestinación tiene una fuerte carga en este mundo occidental".

A su vez, señaló que al cristianismo le tomó 1000 años salir de la dicotomía cielo e infierno y que luego inventó el purgatorio: "Todo eso son invenciones que no han sido para el conjunto de la humanidad, muchos vienen de ese cristianismo de Europa, llega a América Latina donde había otras creencias, y muy importantes que fueron sepultadas, asesinadas las personas, declaradas herejes. Conceptos que se siguen usando ahora no para la religión, sino para alguien que cuestiona la actual situación económica, les dicen mandriles. La diferencia es que se siguen usando categorías sobre las creencias que las personas tienen, que se van transformando, en este caso, según las esferas. Hoy la economía ha pasado a ser una gran creencia. ¿Creemos que el mercado es la mano invisible de Dios? Imagínense todas las discusiones que sigue habiendo. ¿Es Dios el que decide lo que está pasando? ¿O hay personas, grupos, estructuras? Ahí el mundo católico ha transformado muchísimo de hace unos 50 o 70 años, diciendo ‘las personas hacen lo que hacen, no es solo por Dios'".

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Mallimaci señaló que nadie dice "no creo en nada" y que la enorme mayoría de las personas creemos: "En qué creemos y cómo creemos es lo que hay que ir investigando. Está vinculado al ser humano creer: los seres humanos, las personas, a lo largo de la historia de la humanidad, creemos. Ahora, ¿en qué creemos? ¿Cómo creemos? ¿Quién nos obliga a creer? ¿Cuántos medios de comunicación y redes nos obligan a creer en tal o cual cosa? Eso es lo que hay que investigar. La finitud es otro tema central. ¿Qué quiere decir morir? Me voy, mi vida sigue, no sigue, se sigue escribiendo hasta el día de hoy. Uno podrá decir hay diversas explicaciones de la muerte: la continuación de la muerte, la reencarnación, la comunión de los santos, el cielo, el infierno, el purgatorio, esas creencias están. Las personas, por ser personas, por nuestras historias, por el lenguaje, por el hablar, por el sentimiento, por la existencia, por las vivencias, seguimos creyendo".

Además, señaló que hubo una derrota por parte de las personas que auguraban un futuro donde la tecnología reemplazaría a las creencias: "Hubo un momento donde ciertas personas que decían ‘las creencias estas religiosas van a desaparecer porque el progreso técnico de la humanidad te va a poner la inteligencia artificial y te va a decir sos esto, sos lo otro'. Eso no solo no se dio, sino que hay un fracaso fenomenal de todos aquellos que pronosticaban una sociedad donde todos íbamos a estar felices con las computadoras, viajando en los aviones individuales y resulta que hoy en la humanidad cada vez hay más pobreza, cada vez hay más desigualdad, cada vez hay más sufrimiento. El sufrimiento es una interpelación a cada uno de nosotros: frente a ese sufrimiento, ¿lo dejamos pasar, decimos que se joda, a mí no me va a tocar? ¿O buscamos ver ese sufrimiento en nuestras creencias y por supuesto en la acción que después hacemos a partir de esas creencias?".

Finalmente, el sociólogo advirtió sobre un proceso de individuación de la sociedad: "Eso es importantísimo tenerlo en cuenta, porque hay una individuación de la pobreza y hay una individuación de la riqueza. Los ricos dicen ‘cada uno que haga lo que quiera, dejémoslo', y las otras de la pobreza es una individuación que a veces dice ‘Dios, ¿dónde estás? No me abandones'".

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