Hablar en "mendocino": regionalismos y fonética de nuestro país
La lingüista y docente María del Rosario "Nené" Ramallo contó las diferencias en el habla dentro del país y la importancia de respetar y preservar los regionalismos identitarios.
Algo usual en el país es reconocer los regionalismos de los diferentes lugares al momento de hablar, teniendo cada uno sus características y particularidades. La lingüista y docente Nené Ramallo habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y señaló las diferencias que pueden identificarse en un "hablar mendocino".
"Era uno de los temas que yo desarrollaba en una materia que daba en la facultad, que era Semántica, fonética y fonología. Ahí estudiábamos lo que se denominaba ‘las hablas regionales'. Al final del siglo XX y ya en el siglo XXI hay una valoración de las hablas regionales. En Argentina tuvimos una prestigiosa lingüista de Bahía Blanca, ya fallecida, Beatriz Fontanella de Weinberg, que hizo el estudio del español de la Argentina y sus variedades regionales, y estableció que en la Argentina hay siete grandes regiones: la Bonaerense, la litoral, el NEA, el NOA, el Centro, Cuyo y la Patagonia. Nosotros, lógicamente, nos incluimos en Cuyo, pero además el hablar de Cuyo no es igual para todo Cuyo, sino que se forman dos subunidades: por un lado están San Juan y Mendoza y por el otro lado está San Luis", señaló Ramallo.
En referencia a la región Cuyo, la docente comentó: " Ella cuando estudia el habla regional de Mendoza, la caracteriza por varias cosas en las que yo he insistido otras veces, como es el hablar con la R asimilada y no la R vibrante, el usar el ieísmo, que no es el de Buenos Aires. Y después algunas otras características como es el omitir las S finales, que es una característica de Mendoza, cuando le sigue otra consonante: la omitimos o la aspiramos, inclusive. Y eso sí es una marca regional. Actualmente no nos reímos ya del habla regional, sino que la respetamos. Por supuesto que hay veces, sobre todo si estamos frente a alumnos, que corregimos algunas cosas porque pueden ser incorrectas en el habla regional y las tratamos de sustituir por formas que pertenecen al habla general. Pero sí podemos enorgullecernos de hablar de nuestra manera de hablar mendocino".
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A su vez, la lingüista comentó que el verbo haber es un verbo que cambió su significado original (proviene del latín habere donde significaba "tener") y que actualmente tiene dos usos: "El de los tiempos compuestos como el pretérito perfecto, el pluscuamperfecto, era el verbo auxiliar, que perdía su significado porque lo adquiere el verbo principal; el otro es el valor de haber como existencial, allí el verbo significa que tiene vida, que tiene existencia y tiene carácter impersonal, osea que no se conjuga en todas las personas, sino sólo en la tercera persona del singular. Cuando yo lo digo en presente a eso, no me doy cuenta porque digo ‘hay varias personas en la puerta' y no se me ocurre decirlo poniéndole una n al final. En otro tiempo, por ejemplo en pretérito imperfecto, debo decir la misma oración ‘había muchas personas' porque tiene carácter impersonal. Eso se debe a que lo que viene en plural a continuación no es el sujeto del verbo haber, sino que es el objeto directo: ¿había qué cosas? Muchas personas".
En esa línea, comentó que un verbo que cumple la misma función es hacer: "Es primo hermano del verbo haber por la impersonalidad el verbo hacer, porque el hacer cuando se refiere a expresiones temporales también se pone solo en tercera persona del singular, por más que la gente lo diga mal: yo digo ‘afuera, en este momento, hace cuatro grados' y no ‘hacen cuatro grados'. Y lo mismo si me voy a referir a la cantidad de tiempo pasado, voy a decir ‘hace diez años que no lo veo' y no ‘hacen diez años'. Eso se debe a que es un uso impersonal".
Sin embargo, comentó que la RAE posee un criterio muy válido que es el de uso constante: "Ese principio del uso constante hace que a lo largo del tiempo algunas maneras que se consideraban incorrectas pasen a considerarse correctas. Por ejemplo, los verbos terminados en ‘cuar'. Yo me cansaba de decir a los alumnos que se decía esto se adecua. Pero los alumnos decían ‘no profe, esto se adecúa'. Finalmente, el uso le ganó a la norma y actualmente se considera correcto se adecua y se adecúa. Volviendo al verbo haber, quizás va a llegar un momento en que el uso de la forma con n le va a ganar a la forma impersonal, porque la mayor parte de la gente lo utiliza haciendo la concordancia con el plural".
En esa línea, señaló que ojalá no se pierdan las hablas regionales debido al crecimiento de una "porteñización" del lenguaje: "Cuando se traslada de Mendoza a Buenos Aires un locutor, al poco tiempo de haber llegado perdió su marca regional. En cierta forma a veces le piden que borre la huella regional porque es como que se trata de unificar el habla de todo el país según los porteños. No es que el habla de los porteños sea la mejor, pero la capital del país está allá y entonces se regula por eso. Ojalá que eso no suceda porque nosotros tenemos una manera de hablar más lenta, según nuestra vida y con marcas que son propias nuestras: desde lo léxico, la pronunciación. Ojalá que no se pierda".
Por otro lado, la lingüista se refirió al uso de las preposiciones, las cuales explicó que tienen un uso recto y otro que le da la gente: "Cuando quiero conocer exactamente el valor de una preposición, yo mando al diccionario, que ya no es ese señor pesado en la mochila: actualmente desde el teléfono, desde cualquier dispositivo electrónico puedo entrar a las páginas de la Academia, que tiene una página web que es maravillosa. Allí hay un diccionario que es el panhispánico de dudas en donde yo pongo la preposición, por ejemplo para, y me va a decir ‘se dice rectamente de tal manera pero se detectan tales usos'. También hay otra fuente que yo recomiendo mucho, se llama Fundación del Español Urgente, que ha nacido para atender aquellas consultas que hacen los periodistas que son los que llevan adelante el español con las modificaciones de todos los días".
Finalmente, Ramallo se refirió a una de las marcas características más comunes en el hablar mendocino, que es la aspiración o supresión de la letras "s": "Es una marca del hablar regional, pero eso sí tiene una explicación fonética: cuando nosotros articulamos una sílaba cualquiera, por ejemplo, supongamos que yo tengo la palabra casco y tomo la sílaba ‘cas'. En esa sílaba puedo hablar de un primer momento que es explosivo, cuando mis órganos articulatorios tienen toda la fuerza, el núcleo silábico que es la vocal, que es la que se pronuncia con mayor fuerza articulatoria. Pero la fuerza articulatoria se disminuye en lo que se llama posición implosiva, el final de la sílaba, en este caso la S, que se pronuncia de manera imperceptible, no se pronuncia o se aspira. Y eso se nota como en la palabra casco en el interior de palabra, pero también a veces entre palabras", concluyó.