Sobre locos y brujas

La violencia, el dolor, la sed de sangre y el canibalismo se han asociado comúnmente con la locura. Las perturbaciones salvajes del estado de ánimo, el habla y el comportamiento generalmente se imputaban a poderes sobrenaturales. La historia de los locos y las brujas, contada por la historiadora Luciana Sabina. Las ilustraciones pertenecen a la Inteligencia Artificial, para esta nota.

Luciana Sabina

Eurípides consideraba que "aquellos a los que los dioses destruyen, primero los enloquecen", en esas palabras se refleja el concepto que la humanidad tuvo sobre la locura durante siglos.

Podemos decir que la locura es tan antigua como la humanidad. La Arqueología ha descubierto cráneos trepanados -es decir con pequeños agujeros- que datan de al menos el 5000 a. C. Probablemente pertenecieron a sujetos a los que se consideró poseídos por demonios, a los que los agujeros permitirían escapar.

Los problemas mentales figuran, generalmente, como destino o castigo en los primeros mitos religiosos y en las fábulas heroicas.

Cómo se vería según la IA una mujer juzgada.

Cómo se vería según la IA una mujer juzgada.

En el Antiguo Testamento leemos: "Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu" (Deuteronomio 28:28-29); el citado texto habla de muchos endemoniados, y relata cómo el Señor castigó a Nabucodonosor reduciéndolo a la locura bestial.

La violencia, el dolor, la sed de sangre y el canibalismo se han asociado comúnmente con la locura. Heródoto describió al loco rey Cambises de Persia burlándose de la religión: "¿quién sino un loco deshonraría a los dioses?", se pregunta.

Las perturbaciones salvajes del estado de ánimo, el habla y el comportamiento generalmente se imputaban a poderes sobrenaturales. El hinduismo tiene un demonio especial, Grahi, a quien se responsabiliza de las convulsiones epilépticas, mientras que en la India también se acusa a un perro-demonio de apresar al que sufre.

Como señala Roy Porter, "los rasgos caninos y la locura a menudo se han vinculado, como en la creencia generalizada en los hombres lobo -la licantropía o la 'locura de los lobos'- en la que el loco merodea por las tumbas y los aullidos de la luna, o en el uso del término 'el perro negro' para la depresión".


Un loco en Grecia. Imagen de IA.

Un loco en Grecia. Imagen de IA.

Los babilonios y los mesopotámicos sostenían que ciertos desórdenes eran causados por la invasión de los espíritus, la hechicería, la malicia demoníaca, el mal de ojo o la ruptura de tabúes; la posesión era a la vez juicio y castigo.
Durante la Edad Media el pensamiento sobrenatural acerca de la locura se mantuvo. Las creencias populares ven a algunas enfermedades como sobrenaturales, y por lo tanto necesitan remedios mágicos. El cráneo humano pulverizado fue ampliamente recomendado, por ejemplo, para el tratamiento de la epilepsia que fue vista como demoníaca hasta entrado el siglo XIX.

Para aquella sociedad, el Espíritu Santo y el Diablo lucharon por la posesión del alma individual. Las marcas del maligno podían incluir desesperación, angustia y otros síntomas de perturbación mental. En su "Anatomía de la melancolía" (1621), el especialista de Oxford Robert Burton identificó así a Satanás como el verdadero autor de la desesperación y el suicidio.


El inquisidor. Imagen de IA.

El inquisidor. Imagen de IA.

Las almas afectadas debían ser tratadas por medios espirituales: entre los católicos, la celebración de misas, exorcismos o peregrinaciones a un santuario. Los dementes también eran atendidos en casas religiosas. Los protestantes preferían la oración, la lectura de la Biblia y el consejo.

Así, los locos eran juzgados como poseídos y de no mejorar podían terminar en la hoguera. En este contexto la "locura de las brujas" cobró impulso Europa desde finales del siglo XV. Dichas mujeres no sólo eran consideradas poseídas, sino que se les asignaba el poder de inocular locura en los demás.
Nuestro continente no fue ajeno a estas persecuciones. En la región de Lambayeque, al noroeste de Perú, durante la segunda mitad del siglo XVIII vivió María de Jesús Cornejo, de profesión jabonera.

La bruja de los jabones. Imagen de IA.

La bruja de los jabones. Imagen de IA.

Durante años se rumoreó que, durante la noche enterraba "jabones malditos" en la puerta de las casas vecinas, estos hechizaban a sus habitantes y ella ganaba dinero ofreciéndoles la cura.

La Jabonera era sumamente bella y tenía unos resplandecientes ojos azules que bastaban para hechizar a muchos, lo cual era aún más intolerable para sus vecinas que la fama de bruja.

En enero de 1756 fue denunciada por una vecina. Asimismo, según el testimonio de otra vecina, entre sus pertenencias la Jabonera contaba con una cajita, en cuyo interior guardaba uñas, cabellos y piedras.

Sobre locos y brujas

En marzo de 1772, casi 20 años más tarde, la Jabonera fue llevada ante el Tribunal de la Inquisición para responder por sus supuestas actividades demoníacas. María tenía por entonces unos sesenta años, era "dos veces viuda" y pasó todas las pruebas impuestas, como saber el padre nuestro en latín. Tras un largo juicio, el Tribunal del Santo Oficio la absolvió.

Con esto damos por finalizada la nota de hoy, disculpándonos con aquellos que considerando el título, esperaban un análisis de la realidad política nacional.



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