El problema de los libros que (IA) nadie puede dedicar

El futuro del libro de papel y la irrupción de la Inteligencia Artificial, temas de esta columna de Marcela Muñoz Pan.

Marcela Muñoz Pan

El problema de los libros que (IA) nadie puede dedicar

La preocupación sobre el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la conexión con el libro en papel y, especialmente, en el concepto de la dedicatoria se centra en la pérdida de la experiencia humana, la autenticidad y el valor sentimental que rodea a la lectura tradicional. No hay nada mejor que abrir un libro y ver la dedicatoria de su autor o de la persona que te lo regaló, que proyecta la autenticidad del mismo y su eterno valor.

Recientemente he recibido una herencia bibliográfica con dos agregados más que importantes: el valor cariñoso de la familia que decidió donármela y los títulos encontrados, pero lo que más me ha emocionado es leer de puño y letra la dedicatoria a esta gran mujer, profesora, amiga, madre, compañera de lecturas y experiencias con grandes poetas como Américo Calí o Armando Tejada Gómez. La persona de la que les hablo es, fue y será por siempre la profesora de letras Edith Chernicoff de Bayón, que se le extraña tanto y que ha contribuido a la cultura sanmartiniana, a la Biblioteca Ricardo Rojas a la Asociación Sanmartiniana con su lucidez y valentía, sí valentía porque no era común que una mujer, ya empoderada, saliera a conquistar el mundo a través de las letras. Profesora del Colegio Nacional José de San Martín, amiga del Felipe LLaver, Carlos Abdala, de la Pepita, mis tías, compañerita de escuela de mi padre, del Tito Catappano, madre de mi amiga. Recuerdo en sus últimos años cuando la llamaba por teléfono esa voz que con inmensa alegría me decía: ¡Hola mi amor!, horas y horas de charlas literarias, géneros de ficción, epistolares, sucesos culturales, novedades literarias, diarios, programas de TV, radio, política, amor de madre, seguramente hoy hablaríamos de series, postcard hasta de IA.

Un largo recorrido entre sus libros que hoy habitan mi casa ha sido una interacción táctil y olfativa multisensorial, eso que no te da la IA, imposible que pueda replicar esa conexión física que es parte del ritual de la lectura tradicional, ausente en la imaginación, la IA puede generar un texto basándose en patrones existentes e incluso puede ser el correcto pero nunca podrá darte esa experiencia vital, el contexto cultural, emoción profunda, ni jamás podrá darte esa lágrima que atraviesa tu rostro y tu alma, al leer un poema. Los libros son actores humanos con diversidad de voces en un proceso creativo que, si caen las redes, si caen todas las aplicaciones o la misma IA, jamás podrá desaparecer. Qué pasaría si alguien apaga ese botón de desconexión, que Google no te solucione la inmediatez, la idiotez de querer saberlo todo.

El problema de los libros que (IA) nadie puede dedicar

Cómo decirle a un prompts que te dedique un libro con la letra, firma y esa lapicera de tu autor favorito, por más tono, estilo y contenido que le introduzcas para agudizar tu búsqueda, no podrá encontrar ningún comando, ninguna conexión entre la mente y el alma, ni acá, ni en la China, ni en marte. La condición humana, el calor humano no son compatibles con la IA, no puede, no puede determinar, porque es como el valor de la vida, imposible de comandar, mandar, estipular o soñar. Es definitiva si apagan los botones que manejan nuestra era de comunicaciones y tecnología, simplemente estaremos "desconectados" de toda huella humana.

Entonces en el silencio devienen las grandes ideas, no son las primeras ni las únicas, pero sí serán las primeras en Mendoza Este, les doy un avance: La Profesora Emma Cunnietti me hizo una propuesta a raíz de esta donación de libros de Edith, estar ausentes de las tecno y redes con un club de lectura silenciosa de la mano del ecoturismo, aunque no es una conexión directa tradicional, pueden encontrase, encontrarnos con el fomento de la conexión en un entorno natural con lecturas temáticas y no, profundas y no, que potencien la experiencia con la sensibilidad, con el ecoturismo de actividades tranquilas y el uso de los espacios naturales, de bienestar, desconexión digital, reducción del stress. Fomentar el debate, compartir lo leído, comunicar. Pronto habrá novedades.

Gracias por no ser parte de esta desventaja emocional, Gracias Edith por tus libros dedicados que llegaron a mis manos. Un "libro que nadie puede dedicar" es la metáfora de una literatura sin alma, donde la eficiencia algorítmica reemplaza la emotividad y la unicidad de la experiencia humana.



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