La Navidad en el arte
Una selección de obras pictóricas que hacen referencia a la Navidad, a cargo del Prof. José Jorge Chade.
Entre las escenas más representadas en la pintura, la Natividad ocupa sin duda el primer lugar.
La reunión de la familia en torno al recién nacido se convierte en este tema en una celebración de la vida misma, hecho que fue y sigue siendo muy exaltado por la doctrina cristiana. La escena de la Natividad de Jesús, en la historia del arte, es la más dulce y tierna, la más densa en significado y símbolos iconográficos.
Así es como se ha representado la natividad durante dos mil años: una cueva, un hombre, una mujer, un pequeño bebé acostado en un pesebre, con sólo un buey y un asno para darle calor en su primera y gélida noche en el mundo.
Numerosos pintores, desde la Edad Media hasta el Renacimiento, desde el Barroco hasta el arte contemporáneo, han tratado este delicado tema, creando obras maestras atemporales.
El Nacimiento en la Edad Media: Giotto
Pensemos en la Natividad de Giotto, un bello ejemplo de arte medieval, en la Capilla Scrovegni de Padua.
Un fresco con un paisaje desnudo y rocoso: la armonía la proporcionan los colores del cielo y del manto de la Virgen. El azul del manto que lleva María la conecta con el cielo, la inmensidad del infinito y el mundo divino.
Navidad, Giotto, 1305, Capilla de los Scrovegni, Padua.
La Natividad en el Renacimiento: Piero della Francesca
La Natividad de Piero della Francesca, de influencia flamenca, es un ejemplo extraordinario del arte renacentista, donde el color del vestido de María emerge brillantemente sobre los colores apagados del paisaje y de los demás personajes.
Piero della Francesca parece dar una gran armonía a la escena, conectando a todos los personajes de la obra a través de los gestos. Típicas de Piero son también las actitudes solemnes y compuestas, marcadas por un sólido equilibrio geométrico.
Natividad, Piero della Francesca, 1470-75, National Gallery, Londres.
El Nacimiento, de Botticelli: la última obra maestra del artista
La Natividad mística de Sandro Botticelli, fechada en 1501, es también de gran valor, quizá la última obra maestra del artista.
Comparado con las obras anteriores del artista, este cuadro muestra una perspectiva trastornada, figuras rígidas, antinaturales y desproporcionadas, colores violentos y líneas nerviosas. El cuadro refleja la profunda crisis religiosa y personal del artista, pero también de su época y de su ciudad, Florencia, y está impregnado de un fuerte valor simbólico y visionario.
El tema del lienzo es tradicional, con la Sagrada Familia en el centro de la representación: la gruta y la adoración del Niño por María con José, los pastores y los Reyes Magos. El resto de la composición está construido de manera excepcionalmente rítmica y armoniosa, pero elude la iconografía clásica: insólita es la escena del abrazo entre los ángeles y los hombres representada en la parte inferior del lienzo, que representaría la reconciliación entre lo humano y lo divino.
El Nacimiento, Sandro Botticelli, 1501, National Gallery, Londres.
La Natividad en el siglo XVII: Caravaggio
Caravaggio también representó la Natividad a su manera, ofreciendo algunas interpretaciones admirables que fueron muy discutidas por sus contemporáneos.
Pocos artistas como él fueron capaces de plasmar de forma realista y profunda el amor maternal de María, una mujer humilde, agotada por el parto y abandonada en el suelo, rodeada de pobres pastores, en un contexto casi degradado, y capaz, sin embargo, de expresar un amor y un calor rayanos en la poesía.
Natividad, Caravaggio, 1609, Museo Regional de Messina- Italia.
El Nacimiento flamenco: Gherardo delle Notti
Probablemente pintada en 1620, esta obra de Gerrit Van Honthorst, también conocido como Gheraldo delle Notti, se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia, junto con otro belén nocturno del pintor holandés.
Si hay un cuadro que transmite la magia única de la noche de Navidad, ése es sin duda la Adoración del Niño de Honthorst, cuya atmósfera amortiguada es el resultado de un extraordinario y sosegado uso de la luz y de una refinada armonía.
El recién nacido está colocado en el centro de la escena, en un pesebre, tumbado sobre un paño blanco del que se difunde la luz, acariciando los rostros de María, José y dos ángeles de pie a su alrededor, en adoración.
Natividad, Gherardo delle Notti, 1619-20, Galería de las Oficinas, Florencia, Italia.
La adoración de los pastores de Guido Reni
La Adoración de los pastores es un retablo tardío de Guido Reni. Con casi cinco metros de altura sin el marco, es una de las pinturas más grandes de la colección de la National Gallery.
En un pesebre de Belén, un grupo de pastores se reúne en torno al recién nacido Cristo. Reni ha escenificado una escena nocturna, aprovechando al máximo la oscuridad, rodeando al Niño Jesús con un resplandor sobrenatural que ilumina los rostros de quienes lo rodean, que contemplan su pesebre con admiración y devoción. La luz celestial parece derramarse desde el cielo a través de un hueco entre las nubes, y un grupo de alegres putti ( La palabra putti es el plural de la palabra italiana putto, que significa "niño con alas", "angelote" o, en raras ocasiones, "niño pequeño) llevan un pergamino que dice: GLORIA IN ECCELSIS DEO ('Gloria a Dios en las alturas').
Esta obra fue terminada en los últimos años de Reni y fue propiedad del príncipe Karl Eusebius von Liechtenstein (1611-1684), quien pudo haberla encargado o adquirido del taller de Reni tras la dispersión de su contenido tras la muerte del artista.
La Adoración de los pastores, Guido Reni, Bologna, Italia 1640.
FUENTES:
Paper The National Galery, Londres
Paper Biblioteca Universidad de Bologna
