25 de abril: Fiesta de la Liberación de Italia
El Prof. José Jorge Chade recuerda aquí una fecha muy cara paralas libertades en Italia e invita a los lectores a conmemorarla con un concierto de relevancia.
El 25 de abril no es sólo una fecha del calendario o un día de conmemoraciones institucionales: el Día de la Liberación es una encrucijada histórica y simbólica, el punto de inflexión en el que Italia decidió -no sin dolor y laceraciones- pasar página, liberándose del nazi-fascismo y sentando las bases de la República.
Pero ¿cómo se llegó a ese día de 1945? ¿Cuál es el significado profundo de la Liberación?
El armisticio de 1943 y el nacimiento de la Resistencia
La Liberación no fue un acontecimiento repentino, sino el resultado de un largo y dramático proceso que comenzó dos años antes, el 8 de septiembre de 1943, cuando Italia firmó el armisticio con los Aliados. Ese día, el rey Vittorio Emmanuele III y el mariscal Pietro Badoglio abandonaron Roma, dejando al ejército sin órdenes y al país a merced del caos. Los antiguos aliados alemanes se convirtieron en ocupantes, mientras Benito Mussolini, liberado por los paracaidistas alemanes tras su detención el 25 de julio, fundaba en el norte la República Social Italiana (RSI), con el apoyo del Tercer Reich.
En esa época nace la Resistencia: un movimiento popular espontáneo y heterogéneo, no exento de contradicciones, que reúne a soldados rezagados, jóvenes evasores, obreros, campesinos, estudiantes, sacerdotes e intelectuales. Unidos por la voluntad de luchar contra la ocupación nazi y los fascistas de la RSI, los primeros núcleos partisanos se formaron en las montañas y los bosques, (sobre todo sobre los Apeninos Tosco Emilianos) dando lugar a una nueva forma de guerra: una guerra de guerrillas generalizada y asimétrica, que implicaba no sólo a las armas, sino también a la sociedad civil.
La guerra popular y la represión
La Resistencia fue también una guerra social. Las grandes huelgas de marzo de 1944 en el triángulo industrial de Milán, Bologna, Turín y Génova representan el único caso de movilización obrera a gran escala en la Europa ocupada. Las acciones de los Gap (Grupos de Acción Patriótica) llevaron la lucha a las ciudades, incluyendo bombardeos y sabotajes. Las relevistas partisanas -a menudo mujeres jóvenes- que llevaban información de un lugar a otro, camuflándose entre los bosques de las montañas, garantizaban las conexiones entre las brigadas, transportaban suministros y armas y recopilaban información.
Pero la respuesta nazi-fascista fue brutal. Las masacres de Fosse Ardeatine, donde fueron masacrados 335 civiles, y Marzabotto, con más de 1.800 víctimas, son sólo los ejemplos más conocidos de represión sistemática. En Marzabotto en provincia de Bologna, fueron masacrados todos sus habitantes sin escatimar en niños y ancianos, por ello casi siempre cada 25 de abril el Presidente de la República llega hasta allí para homenajear a los caídos y recordar el 25 de abril como día de la Liberación Nacional. La Guerra Civil italiana, como la ha definido el historiador Claudio Pavone, fue también un enfrentamiento entre dos visiones del mundo: por un lado, el ideal democrático y antifascista; por otro, el culto al orden, la jerarquía y la violencia como instrumento político.
La insurrección de abril de 1945
Con la llegada de la primavera de 1945, el periodo bélico tocaba a su fin. Los aliados, tras romper la Línea Gótica (*), avanzan rápidamente hacia el norte. El Comité de Liberación Nacional de la Alta Italia (Clnai), dirigido por figuras como Sandro Pertini, Ferruccio Parri y Luigi Longo, decidió anticiparse a la llegada de las tropas aliadas y proclamar una insurrección general el 25 de abril.
En Milán, Bolonia, Turín y otras grandes ciudades del norte, los partisanos se sublevan y ocupan fábricas, estaciones y edificios públicos. Bolonia fue liberada el 21 de abril, Génova se liberó al día siguiente. Nápoles lo había hecho incluso un año y medio antes. Mussolini intentó escapar a Suiza, pero fue capturado por partisanos en Dongo el 27 de abril y fusilado al día siguiente. Su cuerpo, junto con el de su amante Clara Petacci y otros jerarcas, fue expuesto, desfigurado y cubierto de orina y saliva, en Piazzale Loreto, en el mismo lugar donde, un año antes, los nazis habían fusilado a 15 partisanos.
La guerra en Italia terminó oficialmente el 2 de mayo de 1945, pero la Resistencia ganó primero, con la fuerza de una movilización desde abajo que fue capaz de anticipar la liberación militar con un acto de soberanía popular.
Cómo surgieron el "25 de abril" y el revisionismo
La fecha de celebración se estableció como fiesta nacional en 1946 y se hizo definitiva en 1949. No es una elección al azar: representa el momento en que los italianos eligieron, con las armas y con una amplia organización, liberarse de dos opresiones: la extranjera, alemana, y la interna, fascista. Se eligió el día de la liberación de Milán, dado que no todas las ciudades se liberaron al mismo tiempo.
El antifascismo en Italia no es una opinión entre muchas, sino el fundamento simbólico de la religión civil instaurada con la República: un conjunto de valores compartidos que define la identidad colectiva y la frontera entre lo que está dentro y fuera de la comunidad democrática. Según el escritor Raffaele Alberto Ventura, esta función está hoy en crisis, no sólo en Italia sino en todo Occidente, donde incluso lo que se consideraba «neutral» (como la ciencia o los derechos) se está politizando. Los principios del liberalismo se tambalean bajo el peso de las contradicciones y las promesas incumplidas, el silencio estratégico de muchos gobiernos de todo el mundo reabre viejas heridas históricas.
Y, aunque las religiones civiles puedan cambiar con el tiempo, hoy hace falta un nuevo mito capaz de unir a una sociedad fragmentada tanto como lo hizo el 25 de abril durante muchas décadas.
La Fundación Bologna y la Opera UNCUYO con el auspicio del Consulado General de Italia en Mendoza, rinden homenaje hoy a esta fecha histórica en el teatro Mendoza a las 21.
(*) La Línea Gótica (en alemán: Gotenstellung, en italiano: Linea Gotica) fue una línea de fortificaciones defensivas organizada por el mariscal Albert Kesselring en las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial, a lo largo de las cumbres montañosas de los Apeninos, durante la retirada de la Wehrmacht del Tercer Reich, intentando retrasar el avance de los Aliados al mando del general Harold Alexander hacia el norte de la península itálica, en la llamada campaña de Italia.
