El Gral. San Martín festejando el Día de la Patria

El 25 de mayo, en el contexto de la Revolución de mayo de 1810, es una fecha para conmemorar la lucha por la independencia de Argentina, pero también un momento de reflexión sobre los valores que forjaron la identidad nacional. En este marco, la figura del General José de San Martín, el Libertador, se erige como emblema de fortaleza, estrategia y patriotismo. Imaginemos un escenario en el que, en la celebración de este día tan significativo, San Martín alza su copa de vino, mientras brinda por la patria que tanto soñó y por el sacrificio colectivo que la hizo posible. San Martín, conocido por su liderazgo en el campo de batalla y su destreza estratégica, también comprendía la importancia de los momentos de camaradería y unión entre sus compatriotas. Durante el brindis, alzando una copa de vino mendocino, símbolo de la riqueza vitivinícola de las tierras que luchó por liberar.

La noche del pasado 25 de mayo en la bodega Lancellotti, como ya les contamos en otra nota, se llevó a cabo un evento para festejar el día de la patria de la mano de amigos, conocidos, artesanos, artistas, degustación de vinos y un broche de oro de la mano de nuestro querido Pedro Marabini, que escribió el guion y realizó la dirección del mismo que interpretó el actor Santiago Caranza. Me relata Pedro: Se trata de una conmovedora interpretación del General San Martín, quien, a través de un monólogo dramático, reflexiona con profunda emoción sobre el verdadero legado de la Revolución de Mayo. Sus palabras, cargadas de sentido y sentimiento, expresan con firmeza. Ponen en valor la unidad del pueblo, el compromiso colectivo y la necesidad de mantener viva la llama de la libertad con hechos, no solo con palabras.

Con un tono inspirador, San Martín interpela directamente a los presentes, instándolos a no ser meros espectadores de la historia, sino protagonistas activos en la construcción de una patria más justa, libre y unida. Recuerda que la Revolución de Mayo fue posible gracias a la fuerza de un pueblo unido, y reafirma que su regreso a su tierra natal respondió a un deber inquebrantable: liberar y construir una nación digna y solidaria. Reafirmando que "La libertad no es un regalo, sino una conquista que exige compromiso y unidad". En el cierre con su poncho cuyano al hombro, lanza un llamado claro y movilizador: asumir el desafío de construir el presente, porque la Patria no es un legado inmóvil, sino una obra viva que se forja día tras día.

Esa noche Mendoza Este también estuvo presente y como todos los que pudimos disfrutar de una velada única, quedamos con el alma ancha y las ganas de que la llama de los valores patrióticos nunca se apague y los brindis sigan creando pausas para mirar a nuestro alrededor el peso de la historia, pero también la esperanza. Sigamos alzando las copas de la libertad, esa que reside en cada corazón con el vino como símbolo de la cultura y la identidad argentina.

El Gral. San Martín, supo con un profundo entendimiento de la historia y la geografía de su país, que la viticultura sería una tradición; un reflejo del esfuerzo y la determinación del pueblo argentino. Al brindar, Las risas y el calor de esta celebración patria llenaron el aire, creando un ambiente donde el compromiso con la patria se renueva. Debemos tener presente que cada rincón de esta tierra, cada viñedo, cada pueblo y ciudad, son testigos de nuestra historia. Juntos, debemos cuidar lo que hemos logrado y construir el futuro que nuestros hijos merecen. Por Argentina siempre.