Carrefour define la venta de su filial argentina: valuación, método y desafíos de una operación millonaria

La cadena de supermercados más grande del país avanza con un proceso para ceder parte o la totalidad de su operación local. Con un Ebitda anual de US$150 millones, el valor de la transacción podría superar los US$900 millones, pero factores contables y laborales jugarán un rol clave en el precio final.

Carrefour Argentina, que opera más de 680 tiendas y genera ventas cercanas a los US$6000 millones anuales, está en el centro de una revisión estratégica que la matriz francesa inició a nivel global. El objetivo: reorientar recursos hacia mercados clave -Francia, España y Brasil- y desprenderse de activos no prioritarios. Para ejecutar la venta, la empresa designó al Deutsche Bank, que ya trabaja en la valuación de la filial y en la búsqueda de potenciales compradores o socios.

La métrica central para fijar un precio de salida es el Ebitda -ganancia operativa antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización-, que en el último ejercicio rondó los US$150 millones. En el sector supermercadista, este número suele multiplicarse por un factor que varía entre 5 y 6. Así, la operación se ubicaría entre US$750 y US$900 millones como rango base.

Sin embargo, especialistas en fusiones y adquisiciones subrayan que este cálculo inicial es solo una referencia. La cifra final dependerá de múltiples variables: los flujos de caja proyectados, los activos inmobiliarios que forman parte de la red -locales propios versus alquilados-, y las contingencias laborales. No es un tema menor, Carrefour emplea a más de 17.000 personas, lo que la ubica entre los cinco principales empleadores privados del país.

Otro factor que impacta es la normativa contable IAS 29, que obliga a las empresas a ajustar balances cuando operan en países catalogados como hiperinflacionarios. Este requisito distorsiona resultados a nivel consolidado, complicando la foto financiera global pese a que la operación local es rentable.

El proceso de venta seguirá los pasos habituales: confección de una lista de candidatos, apertura de un data room para exhibir números y documentación clave, recepción de ofertas preliminares y posterior due diligence para ajustar proyecciones. Solo después se avanzará a propuestas vinculantes.

En este marco, se mencionan interesados con experiencia en retail y capacidad de inversión: desde grupos como La Anónima y GDN (propietario de Walmart Argentina) hasta inversores como Inverlat (Havanna) o Rubén Cherñajovsky (que ya absorbió el negocio local de Procter & Gamble). Incluso Mercado Libre suena como un jugador disruptivo, siguiendo el ejemplo de Amazon con Whole Foods.

El cierre de la operación también dependerá del análisis de Defensa de la Competencia. Carrefour domina cerca del 25% del canal supermercados, pero este segmento representa solo un 40% de la venta total de alimentos y productos básicos en el país. Esa diferencia puede ser decisiva para que el regulador apruebe o frene la concentración.

Por ahora, la continuidad de la marca y los empleos no se pone en discusión. Uno de los escenarios más probables es que Carrefour retenga una participación minoritaria, aportando la fuerza de su nombre bajo un esquema de franquicia o licencia de uso.

Con todo, la definición llevará varios meses. En juego no solo está el valor de la transacción, sino también la sostenibilidad de una red comercial que mueve miles de millones de dólares y emplea a decenas de miles de personas de forma directa e indirecta.




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