Desmitificando a las abejas: cuáles son los riesgos que enfrenta la industria apícola
El ingeniero dedicado a la producción apícola e influencer agrícola José Álvarez desmintió algunos mitos de la industria y dejó su visión acerca del panorama general que atraviesa el sector agrario.
Hace tiempo que la industria apícola se encuentra atravesada por una serie de mitos que la ponen en peligro constante, como por ejemplo que las abejas van a desaparecer. El ingeniero dedicado a la producción apícola e influencer agrario José Álvarez, conocido como Bumper Crop en X, habló con "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y se refirió a algunos de estos mitos y también dio su mirada sobre la realidad que atraviesa el agro.
"La población de abejas en el mundo en realidad no para de crecer. Cuando uno toma el dato respecto a los años 60 del siglo pasado, hay casi el doble de colmenas que cuando empezó la Revolución Verde. Siempre se toma la década del 60 porque fue cuando se registraron los incrementos más altos de producción de cultivos, que en realidad no frenaron nunca. La producción de cultivos a escala, comenzó con la Revolución Verde en la década del 60 del siglo pasado. Si uno compara la población de abejas o colmenas entre ambas fechas, en estos últimos 60 años, hoy hay casi el doble", comentó Álvarez.
El ingeniero señaló que las abejas, como todos los insectos, sufren los efectos de los insecticidas, aunque aclaró que en los últimos años estos han avanzado mucho para ser menos peligrosos: "Los pesticidas tienen distintos objetivos de plagas: los fungicidas no afectan a los insectos, los herbicidas tampoco, los que sí son un peligro para los insectos en general son los insecticidas. Tenemos que tener en cuenta que las plantas y los animales son seres vivos y por lo tanto se enferman como también se enferman las personas. Cuando una plaga o una enfermedad ataca un cultivo, requiere que se trate. Si se requiere contra una plaga de insectos, es lógico que se usen insecticidas para eso".
En esa línea, agregó: "Es lo mismo que cuando una persona sufre una infección y requiere tomar antibióticos. Obviamente eso le puede traer efectos secundarios como por ejemplo matarle parte de la flora intestinal. Pero el beneficio del tratamiento es muy superior a los costos que hay que pagar por el uso de ellos. Y ha habido una evolución en cuanto al nivel de toxicidad de los insecticidas a lo largo de los años: cuando empezó la agricultura a escala, había mucho mayor uso de organofosforados y de clorados, y eso se dejó de usar hace varias décadas, ya casi 30 años, y se fue cambiando hacia moléculas mucho menos residuales y mucho menos tóxicas".
Además, agregó que se ha trabajado en la cura de semillas para que los insecticidas trabajen de manera interna sin necesidad de aplicar vía aérea. También señaló que algunos cultivos que son plurianuales como la vid o los nogales son monocultivos y viven muchos años: "Requieren el cuidado que decíamos: si una plaga lo afecta, tiene que hacerse el control de la misma. Hay productos que son más caros, que son biológicos, pero uno tiene que tener en cuenta la evolución de las plagas: cuando una plaga explota y aparece de golpe en un cultivo, el control biológico, o el control natural por predadores naturales, suele ser mucho más lento y corrido en el tiempo, los tiempos de protección de un cultivo son cortos: una plaga puede hacer un desastre en una semana, obviamente no crece en una semana la población de predadores como para controlar esa plaga".
Sin embargo, aclaró que en las zonas templadas, las plagas no suelen ser tan frecuentes ni graves: "En la zona núcleo o en la llanura pampeana, generalmente hay una aplicación por año, alguna vez hay dos, rara vez. En cambio, en zonas agrícolas subtropicales, como Brasil o Paraguay, hay ocho o nueve aplicaciones anuales. Eso tiene que ver con la cantidad de generaciones de insectos que haya y eso depende directamente de la temperatura promedio y de la humedad, de las precipitaciones. Las zonas templadas suelen tener menor ocurrencia de aparición de plagas. Obviamente, cuando uno va a una zona más seca, como Cuyo, son menores las ocurrencias de plagas pero las hay".
En esa línea, ejemplificó con el caso del dengue: "Muchas veces luego de períodos de sequía, lo hemos visto incluso con virosis humana: el dengue tiene una zona endémica que está circunscripta al noreste argentino, Paraguay y Brasil y a veces hay periodos de sequía largos, de un año, dos años y la tasa de explosión de los huevos del vector baja y cuando se constituyen las condiciones, esa cantidad de huevos nacen todas juntas y ahí es cuando empiezan migrar las plagas, en este caso los vectores. Eso es una epidemia, cuando sale por fuera de la zona endémica. Yo no conozco ninguna municipalidad que se ponga en contra del control del mosquito, lo mismo pasa con las enfermedades que atacan los cultivos".
Por otro lado, el influencer del agro diferenció entre la competencia de especies y la predación: "Competir es, por ejemplo, lo que hacen las distintas especies de peces en un lugar cerrado o incluso en el mar, que compiten por alimento. Y después hay predadores que atacan porque viven de otras especies. Uno saca los modelos de competencia y de presa y predador y se puede predecir a futuro cómo va a ser la evolución de las dos especies, pero no hay ningún peligro a la vista de que desaparezca la población de polinizadores. Eso no evita que haya que cuidarlos, pero tampoco es cierto cuando se habla de manera apocalíptica de que la desaparición posible de los polinizadores afectaría la producción de alimentos".
Sobre todos estos mitos que existen, el ingeniero señaló que muchas veces existen intereses comerciales de fondo: "Lo cierto es que la mayor cantidad de los alimentos que tiene el ser humano no dependen de una polinización entomófila o zoófila. Están los cultivos de fecundación interna, en las cuales no interviene transporte de polen, y después está la fecundación cruzada, que sí hay transporte de polen pero generalmente se hace por viento, naturalmente. Después hay plantas que son autógamas, las cuales fertilizan a sí mismas la parte masculina a la femenina y tampoco requiere de polinizadores. Eso no quiere decir que haya que soslayarlos y que no haya que hacer nada para evitar la desaparición de los mismos. Pero no es cierto que la nutrición humana dependa de los polinizadores".
El estado del agro
Finalmente, Álvarez se refirió a la situación actual del sector y señaló que las producciones locales dependen de la comercialización, por lo que si la demanda cambia, la producción debe reconvertirse: "En la Argentina el 85% de las divisas que entran y quedan en el país dependen del agro, con lo cual, el rubro es primordial en la economía argentina. Argentina lleva lo que va del siglo, desde el año 2002, poniéndole impuestos a las exportaciones y lo que ha logrado con eso es estancar la producción mientras todo el resto de los países competidores de ella han seguido creciendo, tanto los que estaban desarrollados como los que estaban en vías de desarrollo. Todos crecieron la producción y la Argentina lleva 22 o 23 años estancada".
A eso, el influencer agrícola Bumper Crop añadió los problemas que trae el cobro de derechos de exportación: "Eso lo que hace es romper la relación de precios entre los insumos internacionales que usa el sector y lo que percibe por la producción. En muchos casos hace que sea peor negocio producir más y eso es lo que hizo que se estancara la producción. En la Argentina, eso es una discusión que se debe y que en algún momento la va a tener que solucionar si quiere que la economía crezca. Se habla mucho de la minería, del petróleo, por supuesto, pero lo cierto es que el agro invierte por año lo mismo que va a invertir Vaca Muerta en 10, con lo cual no se puede tener a ese gigante dormido que es el agro solamente para cubrir gastos corrientes", concluyó.