Diego Stortini: La producción, la política, el gremialismo empresario y qué debería hacer el próximo gobernador

El empresario vitivinícola y enoturístico del valle de Uco Diego Stortini participó de la entrevista Perfiles de Memo y desnudó sus propósitos de trabajo colectivo, más allá de su tarea personal.

Equipo Memo

Diego Stortini ya no preside la Cámara de Comercio de Tunuyán, en donde obtuvo un escenario para posicionar fuertes mensajes de rebeldía contra el status quo en un momento en que esa vocación alineaba en una misma línea a varios empresarios y productores al frente de entidades gremiales empresarias. Su voz, hacía coro con las de Andrés Vavrik desde la Cámara de Comercio de Alvear y la de Gustavo Miras, desde la entidad con base en Malargüe, entre otros. 

Sus reclamos lo llevaron a tener contrapuntos con, por ejemplo, el intendente de Tunuyán, Martín Aveiro, quien lo puso en la vereda de enfrente, su oposición y, de tal forma, le concedió un rol político, además del empresario

Formado en Ciencias Económicas, proviene de una familia que históricamente se desarrolló en el ámbito de la vitivinicultura en el Valle de Uco. Actualmente ejerce en ese ámbito y en el turístico.

"Me he insertado en el ecosistema emprendedor como un dirigente gremial, al que no le es indiferente la realidad socio productiva de la provincia, estoy convencido y decidido a ser artífice de los cambios que la sociedad de Mendoza necesita", admitió ahora en diálogo con Memo.

No se anotó como candidato a un cargo ejecutivo ni legislativo, como algunos pretendían o sospechaban que haría. Sin embargo, pretende conducir una Federación Económica de Mendoza (FEM), que en los últimos tiempos ha recibido críticas en torno a su estado de cuentas, lo que ha generado una tensión interna y que proyecta un desenlace con al menos dos candidatos a conducirla: uno de la continuidad y otro, Stortini, por la renovación.

- En algún momento se pensó que el Valle de Uco podía adquirir una nueva centralidad en Mendoza, ¿sucedió? ¿Es posible que pase en algún momento? ¿Qué debería ocurrir para que esa zona cobre un mayor protagonismo?

- Sucedió parcialmente. Sucedió a través de grandes inversiones del sector privado y un fuerte desarrollo en materia turística y vitivinícola. La limitación ha sido principalmente la falta de infraestructura y conectividad. De todas maneras, considero que el trabajo articulado público-privado que se ha realizado a lo largo de estos años, está dando sus frutos y no puedo desconocer las buenas intenciones de la política de turno, aunque aún falta mucho por hacer. Un claro ejemplo es el impulso de la marca "Valle de Uco" la cual proviene del trabajo mancomunado de 3 municipios, la Cámara de Comercio de Tunuyán y varias cámaras y asociaciones de turismo de la región.

Soy de los que piensan que el Valle de Uco no debe pensarse como un oasis especial dentro de la provincia. Hoy, quiero colaborar para que todos los sectores productivos de nuestra provincia aumenten sus posibilidades de desarrollo y productividad, cada región y cada oasis tiene mucho que aportar a la Mendoza que viene.

- ¿Puede convivir la minería con la agricultura y otras actividades?

- Sí. La convivencia es un requisito indispensable de las sociedades modernas. Existen casos de éxito que con adecuadas regulaciones, aprovechando la tecnología actual, y una sociedad civil convencida y comprometida lo hacen. No es una opinión personal, es lo que sucede en otras partes del mundo.

Sobre Mendoza y la minería, en la regulación de esta actividad debe estar asociada a una zonificación productiva, y respondiendo a la matriz productiva de cada región. Lo he dicho desde el inicio de mi carrera en lo gremial empresario: no se puede poner un candado a las discusiones que promuevan desarrollo económico y oportunidades para nuestro pueblo. Debemos buscar consensos superadores, cuando las discusiones se bloquean por la grieta o polarización de ideas.

- ¿Para qué sirve el gremialismo empresario? ¿Quiere conducir la FEM? ¿Para qué?

- En el ecosistema de la vida pública es sumamente importante la representación del empresariado, nuestras ideas y nuestros intereses. Estamos frente a un cambio de época, un punto de inflexión en la vida de los argentinos, y estoy convencido que el sector privado debe tener una participación muy activa, honesta y nítida sobre las ideas que promovemos. El gremialismo empresario es el nexo para la articulación público privada, es la oportunidad de romper con el divorcio entre la sociedad y la política.

Sí, quiero conducir la FEM. Podemos darle una oportunidad a la entidad gremial empresaria del comercio y las pymes de Mendoza de tener un equipo de trabajo definido y profesional, con ideas nítidas y que tome protagonismo en la época que está por venir.

Soy consciente, que conducir la FEM implica un liderazgo participativo, inclusivo y diverso. Un liderazgo facilitador, Un liderazgo que garantice la pluralidad y la construcción a partir de las diferencias. La conducción por venir debe tomar en cuenta las demandas de las nuevas generaciones, invitar y abrazar a las juventudes, impulsarlas a involucrarse en este cambio de época que se avecina.

- ¿Hay autocrítica entre los empresarios? ¿Por qué la FEM llegó a la situación actual?

- Sí hay autocrítica. No soy yo quien debe abrir juicio de valor sobre gestiones de otros dirigentes. Solo puedo indicar que nos ha faltado carácter y generosidad para lograr una construcción colectiva a partir nuestros errores. Debemos como dirigentes trabajar la idea continuadora, construir la reserva de valor de nuestra dirigencia y esto tiene que ver con ceder espacios a las nuevas generaciones para que haya una sana renovación y construcción a futuro.

La FEM está atravesando un sano proceso de renovación. Estamos viviendo un punto de inflexión, donde la integración, la pluralidad e inclusión son fundamentales. Todo es perfectible. De los errores se aprende. La FEM hoy está llamada a proponer un cambio, para adaptarse a las demandas de la sociedad actual.

Como empresarios debemos proponer un trabajo con perspectiva social y empresarial que tenga una mirada humana y que represente las necesidades de las pymes.

Debemos también saldar la deuda en la federalización de la gestión institucional, hacer parte al interior de Mendoza de la gestión, y lograr que todos los oasis de la provincia tengan una legítima representación. Debemos cuidar la integración de muchas instituciones de la provincia que deben ser parte de la discusión gremial empresaria.

- Se lo ve cerca de los empresarios que se metieron en política, ¿por qué usted no lo hizo?

- Hoy me veo aquí en esta pelea, por transformar la representatividad de mi espacio gremial empresario en algo más moderno, competitivo, nítido y enfocado en nuestros intereses colectivos. Mi lugar en la política, es saldar la deuda que los empresarios tenemos con nuestras instituciones, y representar los intereses de las pymes. Ser dirigente gremial me demanda un gran compromiso con mis pares, con emprendedores y empresarios y me requiere de una gran apertura para poder intercambiar y trabajar con todos.

- ¿Con qué Mendoza sueña en concreto y sin romanticismo, y cuánto tiempo cree que sería justo esperar para verlo cumplido?

- Vivir en mi provincia es un sueño cumplido para mí. Y lejos de caer en el romanticismo estoy convencido que Mendoza tiene todo lo necesario para ser la perla del oeste del país. Hablar de sueños me lleva al plano de lo intangible y yo quiero ser parte de un cambio real que deje huella a las generaciones futuras. Transformar nuestra realidad.

En Mendoza nos queda camino que recorrer, que incluye el desarrollo sostenible de nuestra montaña con infraestructura, proponer conectividad comunicacional y de transporte, propiciar un ambiente sustentable, con el ser humano integrado en el de manera prudente, consciente y responsable.

Esto lleva tiempo, necesitamos comenzar a recorrer este proceso histórico. No es posible enfrascar un proceso histórico en un momento, debemos pensar que la Mendoza que viene será mejor y lo sea en una dinámica continua de crecimiento y desarrollo.

- ¿Qué le pediría al próximo gobernador?

- La Mendoza que viene requiere una visión multidimensional, en el análisis de la matriz productiva. Es imperioso recuperar una agenda económica orientada al crecimiento, desarrollo y ampliación de nuestra productividad. Mendoza, por su ubicación tiene ventajas en el ámbito logístico. Mejorar la eficiencia de conectividad es vital, para transportar nuestros productos.

Debemos promover eficiencias en las cadenas de valor de la industria mendocina, el servicio y el comercio. Debemos generar empleo a través de nuevas empresas. El próximo gobierno de la provincia debe utilizar las herramientas que tiene disponible para estimular la eficientización de las distintas cadenas de valor, de la industria que ya funcionan, y de las que no funcionan debemos hacerlas funcionar.

La obra pública debe decidirse en función de la inversión privada y la generación de empleo.

Debemos resolver nuestro sistema de distribución del recurso hídrico, tanto para los usos industriales y agropecuarios, como también para el consumo humano. Debemos promover la eficiencia en este sentido, porque sin agua no hay posibilidad de desarrollo.

Seguiremos insistiendo que menos impuestos equivale a más pymes. El sistema impositivo de Mendoza debe estimular la inversión privada y el emprendedurismo, especialmente debemos enfocarnos en las industrias del conocimiento e innovación tecnológica. Apelamos a políticas públicas para ello.

Tenemos una enorme oportunidad en el aprovechamiento de los recursos naturales, por supuesto con un responsable cuidado del medio ambiente. No debemos poner candados o tabúes en las discusiones que debemos dar. Debemos trabajar en cómo avanzar sobre este desarrollo.

Cada oasis de la provincia tiene una necesidad particular, y desde hace tiempo proponemos que la planificación de Mendoza se ancle inicialmente en un proceso de zonificación y ordenamiento de territorio, para priorizar en cada región lo importante, para estimular en cada región la industria competitiva, el comercio formal, y la venta de sus productos turísticos ya sea en sus paseos, su gastronomía o simplemente al pasar por sus rutas.

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