El inconcebible olvido de la educación

Se plantean cambios estructurales, acuerdos con grandes potencias y en ningún momento se aborda la crisis del sistema educativo. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Por estos días el país vive en un clima de euforia. Luego del buen resultado electoral, el presidente Milei parece haber emergido como un líder para los sectores económicos, pero hay sectores con baches profundos que aún requieren atención. Del anuncio de un posible acuerdo con EEUU, que aún está en construcción, puso muy feliz a algunos sectores, pero seguimos en deuda con otros.

La Educación, con mayúsculas, parece ser el más complejo y, dado que las responsabilidades son de las provincias, es fundamental que tomemos el dato en cuenta porque parece que la Nación se quiere desentender sin darse cuenta de que la Argentina hoy no puede ofrecer a los inversores una masa crítica de personas capacitadas como para servir a esas empresas.

Y el problema es que esto se soluciona con un decreto, ni con un grito ni con plata. Se soluciona con políticas adecuadas y con tiempo y aquí es donde aparece el descalce entre los ofrecimientos a los inversores para se instalen y la pobre oferta de mano de obra calificada de la Argentina.

La reforma que falta: la educación, el vacío en la agenda del cambio

El Gobierno acaba de lanzar una serie de propuestas de reformas estructurales, pero en ningún momento se menciona a la educación, y es en este tema donde existen las mayores limitaciones para el crecimiento del país. No existe la posibilidad de crecimiento económico sin una profunda reforma del sistema educativo y esta es una discusión que se debería poner sobre la mesa.

Por supuesto que las reformas estructurales son fundamentales, pero es muy difícil hablar de la reforma laboral si no se ha discutido los problemas de la calidad de la enseñanza secundaria. Lo mismo ocurre con el sistema universitario, donde el gobierno avanzó por el lado presupuestario y donde la corporación universitaria se abroqueló y consiguió que se vetaran las leyes, pero nunca se discutió el problema de la calidad.

La Argentina ocupa un lugar muy deslucido en la comparación con la eficiencia comparado con otros países. Un ejemplo es que tenemos 20 egresados por cada 100 ingresantes, mientras Chile tiene 82. "La proporción de la población de entre 25 y 34 años con estudios completos de nivel terciario es en la Argentina del 19%, frente a un promedio de los países de la OCDE del 48% y del 41% en los que integran el G20. Pero el contraste también es muy fuerte con países latinoamericanos: en Chile representan el 41% y en Colombia, el 35%. Estos datos, procesados por la Fundación Libertad sobre la base de estadísticas oficiales, confirman que el sistema universitario discute plata, pero no calidad" explicó el periodista Luciano Román.

La educación, el verdadero desafío de la democracia

Desde distintas organizaciones o asociaciones profesionales se viene advirtiendo acerca de la baja calidad de los egresados en los últimos años. Por supuesto que no se puede generalizar, pero estamos frente a un serio problema que sigue creciendo. Otro problema es la disparidad entre la demanda de las empresas y las ofertas que salen de las universidades.

Hoy las empresas de base tecnológica están demandando 10.000 ingenieros por año, pero el sistema solo puede aportar, entre universidades públicas y privadas, no más de 5000 egresados por año. Todos los años ingresan grandes cantidades de estudiantes en carreras como abogacía, contador o psicología y muy pocos en ingeniería o en matemáticas. Muchos de estos jóvenes, si se reciben, se encontrarán con la frustración de un título que no les abre ninguna puerta. Reitero, sin educación de calidad, no habrá nunca una economía exitosa.

Primarias y secundaría con problemas similares

El problema es serio y, en el caso de primaria y secundaria es competencia de las provincias, pero todavía falta conocer una estrategia de involucramiento porque los problemas de la escuela trascienden las cuestiones cotidianas y solo quedan reflejadas en los resultados educativos.

Las escuelas primarias viven reflejando problemas de lecto escritura, así como también problemas en matemáticas y lengua. Esto en un déficit que se viene arrastrando hace mucho tiempo. Han pasado varios gobernadores y los problemas se mantienen vigentes. Mientras tanto, más allá de los números, una gran cantidad de alumnos terminaron la primaria y se incorporaron a la secundaria arrastrando estos déficits.

Es posible que pueda haber explicaciones o razones concurrentes para explicar, por ejemplo, las dificultades para alfabetizar completamente a niños de hasta tercer grado, pero hace falta una estrategia de abordaje integral, que incluya el entorno familiar. Hay problemas heredados de desnutrición infantil que influyen sobre la capacidad de aprendizaje, sobre todo en los sectores más humildes, que son los que más necesitan de un buen servicio educativo.

Las profecías autocumplidas en la educación argentina

El problema se termina reflejando en los resultados de la escuela secundaria. Muchos jóvenes, sobre todo de sectores humildes, terminan dejando la escuela. En algunos casos por la frustración de no llegar a entender lo que leen o porque tiene necesidad de trabajar, o viven en entornos violentos, y quedan excluidos, a futuro, de los empleos de calidad.

Mendoza tiene algunos casos de excepción que son las escuelas técnicas, que fueron recreadas después que fueron desactivadas durante el gobierno de Menem. Son una buena salida alternativa para jóvenes que necesitan una salida laboral rápida, pero son excepciones. Tenemos muchos puntos flojos. Las pymes se quejan de que cuando intenta contratar a un empleado con estudios secundarios completos, se encuentra con aspirantes que no saben resolver una ecuación matemática sencilla, no pueden interpretar un manual de instrucciones y que no tienen incorporado un método y una disciplina compatibles con las exigencias básicas del mercado laboral.

Justamente son las pequeñas y medianas empresas las que más empleo generan entre jóvenes egresados de la escuela secundaria y, si es con alguna especialidad técnica, mejor. Pero parece que es un tema que n o llega a la clase política ni es preocupación manifiesta de los sectores empresarios.

Argentina, y Mendoza, tienen un problema y es que la calidad educativa está muy lejos de satisfacer la necesidad de una demanda que será cada vez más exigente. Las nuevas inversiones que llegarán serán de capital intensivo con requerimientos muy rigurosos en cuanto a los niveles de calidad de sus postulantes. Nuestro nivel actual puede ser una limitante muy seria.

El problema es que los resultados no serán inmediatos, pero cuanto más tarde comencemos más problemas tendremos. Debería haber un acuerdo político y empresario para comprometer a la educación como una política de Estado, con objetivos claros a los que todos se comprometan. Los resultados de la mala calidad educativa perjudican al conjunto de la sociedad.



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