Energía bajo presión: buscan soluciones ante los picos de consumo de verano

El gobierno nacional inició reuniones con empresas eléctricas y lanzó proyectos de infraestructura y licitaciones estratégicas para enfrentar los picos de demanda, mientras avanza hacia un esquema de libre mercado para generación y distribución.

La Secretaría de Energía comenzó a mantener reuniones con las compañías del sector eléctrico para actualizar el Plan de Contingencia y Previsión 2024-2026, con el objetivo de enfrentar los picos de demanda que se esperan durante los meses de verano. La iniciativa busca alternativas inmediatas para manejar la limitada capacidad instalada y, al mismo tiempo, fomentar un marco de inversión a largo plazo que asegure el suministro.

La secretaria de Energía, María Tettamanti, indicó en el Foro Lide Argentina: "El país no cuenta con una potencia instalada suficiente como para pasar los picos de demanda de forma tranquila, ante los picos de verano y de invierno vamos a seguir sufriendo y necesitamos generar en el corto plazo medidas que son solamente paliativas, de gestionar la poca oferta que tenemos y gestionar la demanda".

El Comité de Seguimiento del Plan de Contingencia 2024-2026, conformado el año pasado, retomó los encuentros quincenales con participación de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, el ENRE, CAMMESA, generadores, transportistas, distribuidores bajo jurisdicción federal y grandes usuarios, además de consultas con otros organismos como el Servicio Meteorológico Nacional. En estas reuniones se evalúan las medidas posibles para los próximos meses, su factibilidad a corto plazo y los costos involucrados, buscando maximizar la disponibilidad de generación mediante incentivos de precios y ajustar la demanda no prioritaria.

El verano pasado, a pesar de temperaturas moderadas, la demanda alcanzó un récord de 30.240 MW el 10 de febrero, especialmente por el aumento del consumo residencial. La situación se anticipa compleja este año, dado que no se avanzó en nueva infraestructura y cualquier proyecto nuevo no tendrá impacto antes de 2027.

Inversiones de mediano y largo plazo

Tettamanti detalló que se busca impulsar inversiones a mediano y largo plazo. "Se está trabajando en generar inversiones a mediano y largo plazo. Por ejemplo, se lanzó la licitación de almacenamiento en Buenos Aires por 500 MW para la cual se recibieron ofertas por 1.400 MW, lo que demuestra un gran interés de la industria. Pero también se planean licitaciones de transporte de alta tensión para fin de año, de manera de poder llevar la generación a las zonas de mayor demanda".

En julio, mediante la Resolución 311/2025, se avanzó con el Plan Nacional de Ampliación del Transporte Eléctrico, definiendo las primeras tres obras estratégicas que serán licitadas bajo un modelo de concesión privada. Las obras son: AMBA I, para mejorar la capacidad de abastecimiento del Área Metropolitana de Buenos Aires, que concentra el 40% del consumo eléctrico nacional; la Línea de 500 kV Río Diamante - Charlone - O'Higgins, que permitirá evacuar parte de la generación de Comahue; y la Línea de 500 kV Puerto Madryn - Choele Choel - Bahía Blanca, que optimizará la conexión entre la Patagonia y el sistema troncal. Estas tres forman parte de los 16 proyectos prioritarios señalados en la Resolución 715/2025, que identificó zonas críticas con déficit de infraestructura frente al crecimiento de la demanda.

Según Tettamanti, el Gobierno busca "crear un ambiente regulatorio confiable para fomentar la inversión privada en todos los eslabones de la energía y aprovechar la ventana de oportunidad de las reservas naturales de gas y crudo. La premisa es que la Argentina vuelva a ser un país donde los inversores y financistas extranjeros vean oportunidades, lo cual depende de políticas públicas consistentes del gobierno nacional, el Congreso, la Justicia, las provincias y los municipios".

En relación al sector gasífero, la secretaria agregó: "Actualmente, las distribuidoras tienen contratos en el marco del Plan Gas, pero en los picos de invierno sólo tienen la mitad de su necesidad contractualizada. La otra mitad es abastecida por ENARSA como comercializador e importador de GNL, una compra que debería descentralizarse". También destacó la necesidad de reordenar el sistema de transporte, donde hay contratos de capacidad en rutas sin gas disponible, generando una desconexión entre el mercado formal y la realidad del servicio, y afirmó que se busca "sincerar el mercado para que se normalice el mercado mayorista".

Hacia un esquema de libre mercado

Tettamanti subrayó que "la hoja de ruta energética tiene como objetivo final alcanzar un esquema de libre mercado tanto para la generación eléctrica como para la producción de gas natural. Sin embargo, se necesita una transición cuidadosa para evitar un impacto excesivo en las tarifas y los subsidios".

Sobre los próximos pasos, precisó: "En las próximas horas se publicarán los lineamientos que buscan liberar el mercado eléctrico mayorista. Se trabajó con las opiniones del sector y se hicieron modificaciones para fomentar la inversión en nueva generación".

El modelo plantea que Cammesa actúe como organizador, mientras que las distribuidoras o grandes usuarios sean los compradores de la nueva energía, replicando el esquema de las licitaciones de almacenamiento. Esto requiere que las distribuidoras puedan operar como sujetos de crédito, lo que depende de la renegociación de sus deudas. Tettamanti explicó: "El mayor desafío es eliminar el riesgo para los generadores, creando los mecanismos de garantía necesarios para que inviertan en nueva potencia y puedan venderla a las distribuidoras. Las empresas privadas tienen experiencia y flexibilidad para adaptarse, pero necesitan la certeza de que las políticas públicas serán permanentes".

Sobre las preocupaciones del sector privado, concluyó: "El principal temor del sector privado es la falta de garantías de que las regulaciones perduren, lo que se suma al riesgo argentino y al riesgo regulatorio. El éxito del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es un ejemplo de cómo las reglas de juego claras y sostenidas pueden atraer inversiones, y a diferencia de los vaivenes de precios internacionales que las empresas saben gestionar, los cambios regulatorios dependientes del Estado son el riesgo que más desalienta la inversión".



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