Los errores políticos ponen en riesgo la marcha de la economía
Los errores del gobierno de los últimos tiempos hicieron que muchos sectores percibieran signos de debilidad, algunos para atacar, otros para no entrar. Escribe Rodolfo Cavagnaro.
El gobierno de Javier Milei viene cometiendo errores no forzados, que parecen que tienen que ver con la torpeza de quienes nunca ejercieron el poder y, cuando lo tienen, no lo saben administrar. Siempre se dice que la política es el arte de lo posible y, hasta ahora, el gobierno mostró que podía jugar ese juego, con lo cual consiguió muchas leyes teniendo poco respaldo legislativo propio.
El carácter explosivo del Presidente suele generar enojos que les hacen más cuesta arriba el trabajo a sus negociadores que, con mucho esfuerzo, van tejiendo alianzas que nunca llegan a ser permanentes por los exabruptos de Milei contra cualquiera, incluso alguien a quien en su momento admiró, como pasó con Domingo Cavallo.
En poco tiempo se han sumado varios hechos, que se podrían calificar como errores no forzados, que han sembrado dudas sobre la estabilidad del gobierno y eso repercutió en los mercados, que son muy sensibles a estos hechos. El escándalo de las criptomonedas no fue menor y fue aprovechado por la oposición para hacer denuncias penales y crear comisiones investigadoras. Estas cosas no le hacen bien a la imagen presidencial.
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Los escándalos protagonizados con el asesor Santiago Caputo tampoco son positivos porque marcan la presencia de personajes oscuros con mucho manejo de poder y, lo más grave, con mucho poder de influenciar, aunque el presidente diga que es él quien manda. Todos estos hechos desembocaron en la violenta manifestación del miércoles donde grupos violentos se colaron en una genuina protesta de jubilados y generaron un caos muy grande, como desafiando al gobierno, al cual perciben en una situación de debilidad. Por la misma razón, la CGT inventó un paro tratando de aprovechar este momento que perciben como de debilidad del gobierno.
Este entorno de situaciones son las que generan intranquilidad y, ahora, todos se preguntan qué pasará el próximo miércoles en la nueva manifestación de los jubilados con la presencia de hinchas de fútbol, siempre contratados para generar caos. No obstante, el gobierno está concentrado en terminar las negociaciones con el FMI, pero el tiempo apura, ya que estamos en año electoral y la fecha fijada del 26 de octubre pasa a ser, quizás, la más importante para saber cómo seguirá el gobierno de Javier Milei.
El panorama internacional y el FMI
Las últimas decisiones del presidente de EE. UU, Donald Trump, aplicando castigos arancelarios a muchos países o grupos de ellos, con la Unión Europea, están generando un caos geopolítico muy importante. En principio, la aplicación de aranceles del 25% a México, Canadá y China están generando medidas similares de estos países. Pero apareció una dura amenaza a la Unión Europea, aplicándole aranceles del 200% a la exportación de vinos y espumantes.
Estas decisiones del presidente norteamericano han generado un caos en los mercados porque las mismas traen aparejados problemas para todos los involucrados y también para EE.UU. De hecho, la Reserva Federal advirtió sobre el riesgo de una suba de la inflación al aumentar los precios de los productos importados. Este riesgo haría que no siga la baja de tasas de la FED y esto impacta en las expectativas de los inversores. Este es el motivo de las caídas de los mercados, que, de paso, afectaron a los papeles argentinos.
En realidad, esta situación ha creado una incertidumbre mayor que la generada por las guerras u otros conflictos. Es tal la situación que el precio del oro creció y superó por primera vez en la historia el nivel de us$ 3.000 la onza.
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Mientras tanto, no se conocen con claridad los términos finales del acuerdo con el FMI. Al parecer, el gobierno necesitaría la aprobación del Congreso del DNU para proceder, pero no son muchos los detales conocidos. Hasta ahora se sabe que sería a un plazo de 10 años y tendría cuatro años de gracia sin pagar capital. En realidad, y todos los actores lo saben, en 10 años es imposible amortizar esa deuda y solo quedaría esperar una buena gestión de gobierno para que dicha deuda pueda ser refinanciada.
Se supone que el directorio de la entidad podría aprobar el mismo en la asamblea de primavera, entre el 21 y el 26 de abril, pero resta saber la forma en que se harán los desembolsos y cuál será el monto total el préstamo. Los técnicos del FMI quieren asegurarse de que el gobierno desarrolle una ruta que implique salir del crawling peg para pasar a un sistema de libre flotación. Lo que el gobierno tendría claro es que no daría ningún paso hasta después de las elecciones de medio tiempo, por las dudas.
El gobierno tiene necesidad de resolver esta situación lo antes posible y volver a ganar credibilidad porque necesita que lleguen capitales, algo no está sucediendo o que solo se registra a cuentagotas. La reactivación real de la economía es algo que debería comenzar antes de las elecciones y, posteriormente, tomar un ritmo mayor. Realmente, hoy no se ven señales que permitan esperar un crecimiento fuerte de la economía y, de darse las circunstancias, se podría esperar para 2026.
Los precios se resisten a bajar
El viernes se conoció el IPC de febrero que, según el INDEC subió un 2,4% y según la medición de la DEIE, en Mendoza, la suba fue de 2.5%. En ambos casos, el rubro que mayor incidencia tuvo fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas, empujadas, sobre todo, por la suba de los precios de la carne que, en los distintos cortes consignados, subió entre un 9 y un 12%.
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El rubro de mayor aumento fue el que corresponde a los servicios que impactan en el hogar, como servicios y alquileres. En el caso de Mendoza vuelve a llamar la atención que el rubro de la indumentaria, que empujó los índices el año pasado, volvió a bajar, esta vez un 2% y acumula en el primer bimestre del año una baja de 2,5%. Otro rubro que creció por encima del IPC fue el de recreación, como rezago de los últimos tiempos de vacaciones de verano.
La curiosidad, tal vez, fue que, en el desagregado por categoría de bienes, los estacionales tuvieron una baja de 0,8%, mientras los regulados subieron un 2,3% y lo que fue Núcleo subió 2,9%, quizás uno de los más altos de los últimos meses. Hubo otros comportamientos con menos incidencia en el caso de las harinas. El caso de las carnes respondió a una escasez de animales, producto de la sequía del año pasado, en la que se faenaron muchas hembras y, por supuesto, por ello hubo mucho menos terneros.
El problema de la subsistencia de la inflación ya no se puede asignar al crawling peg, porque este bajó al 1% y eso debería haber inducido a una baja de los precios. Todavía subsiste ajustes de los servicios, como precios regulados, que superan a veces el 2% y eso impacta en los bolsillos de los consumidores.
Probablemente habrá que prestar atención al comportamiento de la compra de dólares del Banco Central porque de esas compras quedan muchos pesos dando vueltas. De todos modos, no hay gran demanda de dólares ni expectativas de subas de sus precios. En la última licitación de letras del Tesoro nadie quiso recibir las que ajustan por dólar linked y todos eligieron las opciones en pesos.
De todos modos, el gobierno intenta gestiones con empresas para que no suban precios porque ya advierte que el problema del atraso cambiario le puede traer problemas para cuando decida salir del cepo.