Google escala en la carrera de la IA y se convierte en la tercera empresa más valiosa del mundo

Impulsada por el desarrollo de sus chips propios para inteligencia artificial, la compañía superó a Microsoft en capitalización bursátil y apunta a disputar liderazgo con Apple y Nvidia, en medio de una competencia creciente por el hardware que moverá la próxima generación de modelos.

Alphabet, la corporación matriz de Google, reforzó su posicionamiento en la carrera por el hardware de inteligencia artificial y alcanzó un nuevo hito en los mercados: su valor de capitalización subió hasta u$s3,86 billones, superando a Microsoft y ubicándose como la tercera empresa más valiosa del planeta, solo detrás de Apple y Nvidia.

El avance está estrechamente ligado al desarrollo de las TPU, los chips creados por Google para acelerar tareas esenciales de IA, entre ellas la multiplicación de matrices, fundamental para entrenar modelos de gran escala. Estas unidades se destacan por su eficiencia energética y por estar diseñadas específicamente para cargas de trabajo vinculadas al aprendizaje automático, lo que las convierte en una alternativa potencialmente más especializada que las tradicionales GPU que lidera Nvidia.

El salto tecnológico no pasó desapercibido en la industria. Meta Platforms estaría negociando una inversión de miles de millones de dólares para incorporar y eventualmente alquilar estas TPU para su infraestructura de datos a partir de 2027, una señal del interés creciente de los grandes jugadores en diversificar sus proveedores y reducir la dependencia de Nvidia.

Aun así, la transición no está garantizada. Las GPU mantienen ventajas en términos de flexibilidad, un ecosistema de desarrollo más maduro y una demanda ya instalada en el mercado. Para Google, los desafíos inmediatos pasan por lograr una adopción masiva, escalar la producción y asegurar que sus sistemas se integren sin fricciones con la infraestructura tecnológica que domina la industria.

La disputa, en el fondo, marca dos tendencias centrales: la búsqueda de procesamiento más eficiente y especializado para la IA avanzada, y la necesidad estratégica de contar con alternativas sólidas frente al predominio de un único proveedor. En ese escenario, Google se perfila como un competidor cada vez más fuerte, impulsado por un mercado financiero que ya apuesta por su expansión en inteligencia artificial.

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