Malestar porque algunas multinacionales se fueron "a medias" de Rusia

Este es el caso de Procter & Gamble y PepsiCo, entre otras empresas. Están bajo presión para realizar una ruptura definitiva. "Todo o nada", les reclaman.

A medida que los gobiernos occidentales intensifican sus sanciones económicas contra Rusia como represalia a la invasión a Ucrania, el mundo corporativo empezó a retirarse de ese país. Sin embargo, si bien esa lista crece día a día, se debate el "grado de desconexión".

Ahora, las empresas que han pausado sus operaciones o anunciado retiros limitados están bajo presión para hacer una ruptura más fuerte: todo o nada. Eso ha llevado a algunos a revisar rápidamente sus planes, lo que genera dudas sobre las implicaciones a largo plazo.

La planta de P&G en Rusia.

La planta de P&G en Rusia.

Hay retiros parciales de Rusia, como el de la multinacional Procter & Gamble (P&G), que ha "descontinuado todas las nuevas inversiones de capital" en Rusia. También está "reduciendo significativamente" su cartera de productos para centrarse en "artículos básicos de salud, higiene y cuidado personal que necesitan las muchas familias rusas".

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Como parte del Dealbook de NYT, se mencionan otros ejemplos de "retiros a medias" de Rusia: Danone y PepsiCo tomaron medidas similares, deteniendo nuevas inversiones y frenando las ventas de algunos productos, pero continuando con los productos lácteos y para bebés, argumentando que esos productos satisfacen necesidades esenciales.

¿Es suficiente? "El punto es que estamos tratando de privar al régimen de sus recursos", dijo Bill Browder, un administrador de fondos de cobertura que trabajó en Rusia y ha hecho campaña contra la corrupción durante mucho tiempo allí.

Salir de Rusia dificulta el regreso 

Cerrar plantas, oficinas y cadenas de suministro es complicado. También existen preocupaciones sobre la expropiación y el robo de propiedad intelectual. La planta Gillette de P&G en San Petersburgo, por ejemplo, exporta productos para el afeitado a más de 50 países y representa el 70% del mercado ruso de productos del rubro.

Algunos ejecutivos han argumentado que no depende de las empresas liderar los castigos que enfrenta Rusia. "No creo que las empresas deban decidir cómo funciona el comercio global en el mundo", dijo David Solomon de Goldman Sachs a la revista Time.

Sin embargo, las expectativas de la sociedad para las empresas han cambiado desde que Coca-Cola vendía bebidas en la Alemania nazi y Heineken elaboraba cerveza en Ruanda durante el genocidio allí. Ahora, ambas compañías dijeron que suspenderían sus operaciones en Rusia.

Las corporaciones también gastan mucho para hacer lobby por políticas públicas que las pongan al frente de importantes temas sociales y ambientales.

El precedente establecido al retirarse de Rusia puede poner a prueba las políticas corporativas sobre dónde trazar la línea para hacer negocios en lugares que enfrentan preocupaciones geopolíticas o de derechos humanos.

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