Minería para el futuro, pero, mientras tanto, ¿qué hacemos?

Hay una peligrosa falta de realismo, poniendo esperanzas en una actividad que no dará resultados hasta dentro de 5 años, como mínimo. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

El gobernador Alfredo Cornejo le ha puesto mucha fuerza a la puesta en marcha de proyectos mineros y es realmente muy importante porque se rompe la inercia de "no hacer" que dejó la 7722. Tanto el Distrito Minero Malargüe como el Proyecto San Jorge son una avanzada muy importante pero solo debería ser el inicio.

De todos modos, no hay que olvidar que las zonas donde mayores recursos podrían encontrarse están en la zona del Valle de Uco, donde la licencia social no existe y desde donde se organizan todas las movilizaciones contra cualquier iniciativa. Por lo que las proyecciones deberían ser moderadas.

Además, hay que tener en cuenta que las actividades en Malargüe, que serían por ahora de prospección están esperando la aprobación de las Declaraciones de Impacto Ambiental para ponerse en marcha. Si fueran positivas y aparecieran posibilidades ciertas, llevaría un tiempo preparar las nuevas DIA para la explotación, lo cual configura un panorama, con suerte, a 10 años.

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En el caso San Jorge el tiempo sería menor, pero hay que esperar si los grupos ambientalistas recurren a la justicia y qué resuelven en ese ámbito, pero hay grupos dispuestos a usar todas las instancias con tal de demorar el inicio y, si es posible, impedirlo. El tránsito hacia la puesta en marcha definitiva no será pacífico y rápido y, aunque lo fuera, lo técnicos más conservadores calculan que la mina podría estar en funcionamiento hacia 2029 o 2030.

Es por restas razones que me permito tratar de movilizar cerebros e ideas para saber qué vamos a hacer hasta que San Jorge esté en marcha. Además, aunque el cobre funcione va a llegar en tiempos donde la disponibilidad de agua será cada vez menor. Hay que volver a pensar Mendoza y ese es el desafío del sector empresario. Y sería importante porque si los que planifican son los políticos, termina siendo un desastre.

Hoy en Mendoza se vive de una suerte de euforia porque el gobierno de Cornejo se está gastando los recursos del Fondo de Resarcimiento, pero eso se va a acabar y nadie piensa en el día después. No todo puede ser obra ni gasto públicos pero nuestros empresarios están anestesiados con los fondos del Estado y cada día tienen menos interés de emprender.

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Por otra parte, no hay que olvidar la frustración que significó la salida de la empresa Vale del proyecto Potasio Río Colorado. Los brasileros se fueron y el gobierno les exigió una indemnización, que pagaron. Con esa plata el gobierno creó una empresa estatal para asociarse en cuanto proyecto apareciera. El viejo proyecto de potasio se vendió a un grupo empresario que parece no haber cumplido. Hasta ahora no hay explicaciones.

Lo mismo ocurrió con el proyecto Hierro Indio. Después de mucho recorrer, se consiguió aprobar la DIA y el proyecto estaba listo para comenzar, pero el dueño reconoció que no tenía plata ni conseguía financiamiento. Ahí apareció la empresa estatal mendocina, que tenía los fondos de Vale y se asoció. Hasta ahora no se sabe si se comenzó la construcción, si han extraído algo. Nadie da explicaciones de nada, pero los funcionarios se viven sacando fotos hasta cuando inauguran una acequia.

Lo que viene no será fácil. No hay inversiones, pero tampoco hay ideas. No siquiera horizontes para tomar como referencia. Hay que despertarse porque hay una realidad: la población sigue aumentando y el horizonte de disponibilidad de agua es cada vez menor. ¿Como nos preparamos?



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