La nueva longevidad: cuando la experiencia se transforma en negocio
El Dr. Diego Bernardini, creador del concepto de la nueva longevidad, revela por qué la experiencia acumulada se convierte en el mayor capital para emprender y proyectar en la segunda mitad de la vida. Dialogó con Gabriel Piconero y Anabel Angileri.
Vivir más tiempo ya no es un desafío del futuro, sino una realidad del presente. Y lejos de ser un límite, la segunda mitad de la vida puede convertirse en una plataforma de proyectos, aprendizajes y nuevos emprendimientos.
Esa es la visión del doctor Diego Bernardini, médico argentino, referente internacional y creador del concepto de la "nueva longevidad", quien dialogó en exclusiva con EntornoPyme por Radio Post FM.
Con una sólida trayectoria académica -médico de familia, kinesiólogo, máster en Gerontología y doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca-, Bernardini impulsa un cambio de paradigma: dejar atrás los estereotipos de "jubilado pasivo" y reconocer que después de los 50 empieza una etapa vital cargada de experiencia y potencial emprendedor.
La segunda mitad: de la pasividad a los proyectos
"La sociedad todavía nos etiqueta como jubilados o abuelos, pero no todas las personas mayores cumplen ese rol. Hoy, lo que realmente importa es la experiencia, la conectividad y la capacidad de aportar", explicó Bernardini durante la entrevista.
Para él, los 40, 50 y 60 ya no son edades de cierre, sino de apertura. "Llegamos con más herramientas que nunca: evidencia científica, hábitos saludables, conciencia de lo que nos gusta. Todo eso nos permite proyectar de una manera más clara. Lo importante no es solo vivir más, sino vivir mejor", enfatizó.
El valor de la experiencia en el mundo emprendedor
En el ecosistema emprendedor, la longevidad se convierte en un capital. Bernardini lo resume con una metáfora: "Entrar a la segunda mitad de la vida es como hacer montaña con una mochila llena: llevamos brújulas, abrigo, alimentos. Todo eso son las experiencias acumuladas. Ese es nuestro mayor valor al emprender después de los 50".
Según estudios, las personas mayores que se suman a proyectos muestran características muy buscadas: compromiso, fidelidad al cliente, bajo ausentismo y capacidad de aprendizaje. "Las personas mayores aprenden, solo hay que enseñarles. Lo que falta no es talento, son oportunidades", señaló.
Un fenómeno global que impacta en las pymes
La longevidad es un desafío que ya atraviesa a todo el mundo. Japón pierde 300.000 habitantes al año, China sufre las consecuencias de la política del hijo único y Europa discute la extensión de la edad de retiro. En América Latina, aunque con dificultades, el tema también está sobre la mesa.
Las pymes, por su esencia familiar e intergeneracional, están en el centro de esta transformación. Bernardini advirtió que muchas veces allí aparecen tensiones en la transmisión del legado, pero también oportunidades únicas. "La diversidad etaria enriquece. Integrar jóvenes y mayores en un mismo equipo de trabajo suma valor, tanto cultural como económico".
Los seis pilares para emprender con salud y vitalidad
Para poder aprovechar esta etapa, Bernardini enfatizó la importancia de la salud como base de cualquier proyecto. La ciencia identifica seis pilares fundamentales para una longevidad plena:
Moverse más y mantenerse activo.
Alimentación equilibrada y peso adecuado.
Vida espiritual y sentido trascendente.
Vínculos afectivos y emocionales sólidos.
Calidad de sueño adecuada.
Tener un proyecto o ikigai, una razón diaria para levantarse.
"Un emprendedor +50 que se cuida, que tiene propósito y vínculos, llega con más claridad y foco que alguien más joven pero sin experiencia ni dirección", apuntó.
Los mayores, como redistribuidores de riqueza
Un dato revelador que compartió Bernardini es que, en muchos hogares argentinos, la jubilación del adulto mayor, aunque pequeña, es el ingreso más estable. "Esa persona le da dinero al nieto para estudiar o a la hija para el supermercado. Son verdaderos redistribuidores de riqueza", explicó.
Por eso, su rol en la economía no puede ser subestimado. Lejos de ser una carga, los mayores son parte activa de la rueda productiva y del sostenimiento de muchos hogares.
La necesidad de una "pedagogía de la longevidad"
Para Bernardini, este cambio de paradigma requiere educación desde la niñez. "Todos vamos a vivir más que las generaciones anteriores. Hay que enseñar en la escuela primaria y secundaria qué significa la longevidad, cómo aprovecharla y cómo valorar a las personas mayores. No es un tema de viejos, es un tema de toda la sociedad".
Una comunidad para emprender la segunda mitad
Desde lasegundamitad.org, Bernardini creó un espacio de aprendizaje y acompañamiento que reúne a personas de toda Iberoamérica interesadas en repensar su segunda mitad. Allí se ofrecen cursos, diplomados y masterclass orientados a la longevidad activa.
Con 58 años, el propio Bernardini es ejemplo de este modelo: activo, viajero, consultor, divulgador y escritor, sigue abriendo caminos en el debate global sobre cómo vivir y emprender más allá de los 50.
Conclusión: edad no es límite, es capital
La entrevista dejó en claro que la edad no debe ser vista como un freno, sino como un activo. "La edad no define nuestras ganas ni nuestros sueños. La mochila de experiencias que llevamos es nuestro mayor capital", concluyó Bernardini.
Para los emprendedores +50, la longevidad no es solo un hecho biológico: es una oportunidad para capitalizar la experiencia, reinventarse y demostrar que la segunda mitad de la vida puede ser la más plena y productiva de todas